Trabajos arqueológicos en el Cerro del Villar, en Málaga.

Trabajos arqueológicos en el Cerro del Villar, en Málaga.

Málaga ciudad

Nuevos tesoros en Cerro del Villar: un alabastrón egipcio y ánforas griegas revelan el peso comercial de la Málaga púnica

La cuarta campaña reafirma el excelente estado de conservación del Cerro del Villar, uno de los espacios más adecuados para estudiar la expansión colonial en la Península Ibérica.

Más información: Las catástrofes del Cerro del Villar: un gran incendio, continuas inundaciones y un temporal marino

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Excavar en el Cerro del Villar es hacerlo en el origen mismo de la ciudad de Málaga. Es en ese punto localizado junto a la desembocadura del río Guadalhorce donde se sembró hace unos 3.000 años la semilla de la actual urbe.

Una constatación que encumbra el valor del espacio y reafirma la apuesta institucional y académica por seguir desenterrando sus muchos secretos.

Desde hace cuatro años, un amplio equipo multidisciplinar de arqueólogos y especialistas, liderado por el profesor de Prehistoria de la Universidad de Málaga, José Suárez, investiga sobre el terreno el potencial del yacimiento, largo tiempo abandonado y sometido al olvido.

La última campaña desplegada toca ahora su fin tras arrancar las labores el pasado 1 de septiembre. Y los resultados, tal y como era de esperar, son ciertamente prometedores y positivos.

Conforme a las primeras impresiones, el trabajo desarrollado reafirma el excelente estado de conservación del Cerro del Villar, consolidando la idea de que es uno de los asentamientos en mejor estado del Mediterráneo occidental de este periodo y una de las plazas más adecuadas para estudiar la expansión colonial en la Península Ibérica.

Restos encontrados en el yacimiento.

Restos encontrados en el yacimiento.

Para tomar conocimiento de estos avances, el rector de la UMA, Teodomiro López, y el delegado de Cultura, Carlos García, entre otros, han visitado la excavación.

Durante el encuentro con los investigadores, se ha subrayado la importancia de la producción alfarera del asentamiento en época púnica (siglo V a.C.), así como el buen estado de la factoría romana de salazones.

La nueva campaña, financiada por la Junta de Andalucía, se ha concentrado en varios puntos del yacimiento, ubicados en dos sectores opuestos de la antigua isla formada en el delta del río.

Descubrimientos

En el localizado al sur se ha encontrado un testar asociado a talleres púnicos de producción alfarera. Fechado en el siglo V a. C., según el profesor Suárez, es coetáneo a la importante ciudad de Malaka, localizada en la margen izquierda de la desembocadura del río Guadalmedina.

"Esto significa que en esos momentos el Cerro del Villar funcionó como un ámbito artesanal relacionado con la ciudad, pero con una entidad superior a lo que se había imaginado hasta el momento", afirma.

De hecho, estudios realizados por miembros del equipo de investigación del proyecto han demostrado que conservas de pescado envasadas en estas ánforas malacitanas fueron consumidas en importantes ciudades griegas del momento, como Corinto.

Representantes institucionales que han acudido este miércoles a conocer el avance de los trabajos en el Cerro del Villar.

Representantes institucionales que han acudido este miércoles a conocer el avance de los trabajos en el Cerro del Villar.

También en el sector sur se ha confirmado el buen estado de la factoría de salazones romana de época altoimperial, cuyo abandono se sitúa a lo largo del siglo V d.C.

Esta relevante factoría, detectada mediante prospecciones geofísicas del subsuelo en 2022, ha sido excavada parcialmente, buscando su posible conexión espacial con las fases de ocupación fenicio-púnica.

Al norte, se ha continuado investigando la naturaleza de una serie de edificios de grandes dimensiones y buen estado de conservación, destacando la existencia de escalones construidos con piedras de gran tamaño que permitirían el acceso desde uno de estos inmuebles a una de las orillas de la isla, que pudo haber sido una zona de atraque o varadero.

Dichos inmuebles, de los que se conservan evidencias de dos fases arquitectónicas a lo largo del siglo VII a.C., presentan muros con zócalos de piedra con alzados en tierra que, en algún caso, pudieron haber presentado más de una planta, conformando una de las fachadas de la antigua isla.

En su interior destaca el descubrimiento de contenedores de cerámica fabricados en el propio asentamiento, así como vajilla de uso doméstico y de preparación de alimentos, fabricados a mano, siguiendo la tradición local y, también, a torno, que responden a formas procedentes de Oriente.

Se han identificado a su vez ánforas de importación procedentes de diversas ciudades griegas, caso de Atenas o Corinto, que contuvieron aceite y vino de calidad, que evidencian la pujanza económica del asentamiento por estas fechas.

También se ha localizado parte de un alabastrón, pieza de origen egipcio que contenía, a su vez, vino de calidad.

El hallazgo de parte de una máscara de terracota fabricada en los propios talleres alfareros del Cerro del Villar muestra la práctica de actividades de culto en el asentamiento.

También se confirma la presencia de prácticas metalúrgicas con técnicas de tradición local (vasijas-horno para producción de cobre), escorias y objetos de hierro que evidencian la práctica de la forja, siguiendo técnicas propias de Oriente.

Equipo científico

En esta cuarta expedición han participado investigadores de la institución malagueña vinculados a las áreas de Arqueología e Historia Antigua, así como de universidades andaluzas (Cádiz, Córdoba y Sevilla) e internacionales, procedentes de Chicago (EE. UU.) y Marburgo (Alemania), entre otras.

Igualmente, se ha contado de nuevo con el apoyo de especialistas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de los Servicios Centrales de Apoyo a la Investigación (SCAI).

Asimismo, un amplio grupo de estudiantes y egresados, en particular del Grado de Historia de la Universidad de Málaga, han colaborado en las tareas de excavaciones arqueológicas y de procesado de los materiales en laboratorio, conformando un equipo de más de medio centenar de personas.

El Ayuntamiento, por su parte, ha contribuido con cinco operarios de arqueología, además de habilitar infraestructuras como el punto de toma de agua para criba y flotación.

En paralelo a la excavación de este año, se continuará trabajando en el laboratorio de Arqueología de la UMA el procesado y la preservación del material arqueológico recuperado en los trabajos de campo para su posterior estudio y análisis, bajo la dirección del equipo de la empresa MENIA RESTAURACIÓN.