Una imagen de la pareja

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Fuengirola

El drama de Abelardo, la funeraria tira al vertedero las cenizas de su mujer: "Queríamos descansar juntos"

El hombre quería que se mezclaran las cenizas de la mujer con las de él cuando falleciera y que sus hijos los esparcieran "por unos campos" donde jugaron juntos con apenas 12 años.

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Abelardo y Conchi se conocieron con 12 años y no querían ni que la muerte los separara. Sus planes eran guardar las cenizas del que muriera antes para luego unirlas al que falleciera después y echarlas por el campo donde ambos crecieron jugando, en su pueblo, Puente Genil.

Sin embargo, un supuesto error de la funeraria no le ha permitido cumplir su bonito deseo. Abelardo tiene 86 años y reconoce sentirse totalmente "desorientado" ante una situación así, no sabe a quién recurrir y dice que "nadie le hace caso".

Su mujer falleció el pasado 16 de septiembre, tras meses enferma, hasta el punto de ingresar en una residencia. El hombre acudió tres o cuatro días después del óbito, no recuerda exactamente la data, a un cementerio de Málaga capital a recoger las cenizas, pero se encontró con que las cenizas de su mujer no estaban allí.

Siempre según la versión de la familia, un trabajador les dijo que alguien, un familiar, les había llamado diciendo que no las querían. Primero les dijeron, siempre según su versión, que habían tirado los restos de Conchi a una fosa común y luego que a un vertedero. Abelardo llegó a ir al vertedero donde tiraron supuestamente las cenizas. La urna estaba vacía y desde entonces se aferra a este bote como lo único que le queda de su mujer.

Abelardo ha explicado a EL ESPAÑOL de Málaga que la empresa funeraria le ofreció de inicio 3.000 euros, que luego se han convertido en 9.000 a través de un acuerdo con su abogado. Él rechazó la cifra al parecerle insuficiente. "Eso no valen unos restos de vida humana", dice emocionado.

Asegura que necesita a alguien que le ayude y le asesore bien ante una situación así, teniendo en cuenta que es un "simple jubilado con una pensioncita". "No busco un dineral, porque a la que yo amaba no la voy a recuperar. Busco sacarle todo a la funeraria y luchar para que nadie vuelva a pasar lo mismo que yo", lamenta.

"Nos vinimos a Fuengirola a vivir hace poco porque ella quería disfrutar de la piscina. Ni ha podido. Lo que a mí me duele haber perdido a mi mujer y no cumplir sus deseos, no me lo voy a perdonar nunca", zanja.

La familia denunció la situación y se puso en manos de un abogado, que ha llegado a un acuerdo para que le den a Abelardo 9.000 euros, pero no los ha aceptado. "Ha sido mi único amor y se me ha ido. Y quieren arreglarlo con 3.000 o 9.000 euros, no lo veo normal, no me han pedido ni perdón", sentencia el hombre. Este periódico ha intentado ponerse en contacto con la funeraria sin éxito.