
El primer ordenador cuántico de España, en Barcelona.
La Universidad de Málaga ya toma posiciones en la próxima gran revolución tecnológica: así es la computación cuántica
El proyecto Quant·UMA busca acercar esta tecnología disruptiva a estudiantes, investigadores y empresas desde el corazón de la Costa del Sol
Más información: La computación cuántica marca un hito: crean la primera red de procesadores cuánticos interconectados entre sí
Imagina un mundo donde los ordenadores no piensan en ceros y unos, sino en posibilidades infinitas al mismo tiempo. Un mundo donde las máquinas no solo siguen instrucciones, sino que exploran múltiples caminos a la vez. Ese es el territorio misterioso y fascinante de la computación cuántica, una revolución silenciosa que está naciendo en los laboratorios más avanzados del planeta, con la promesa de cambiar para siempre cómo entendemos la información, la ciencia y la tecnología.
La clave está en los qubits, que son como los bits de los ordenadores normales... salvo alguna cosa. Un bit solo puede estar en uno de dos estados: 0 o 1. Un qubit, en cambio, puede estar en 0, en 1, o en ambos al mismo tiempo gracias a una propiedad llamada superposición. Todo toma tintes más complejos aún con el entrelazamiento cuántico, una especie de conexión invisible entre qubits que hace que lo que le ocurra a uno afecte al otro, sin importar la distancia que los separe.
Gracias a estos principios, los ordenadores cuánticos no solo hacen lo mismo más rápido, sino que podrían resolver problemas que hoy en día son prácticamente imposibles para las máquinas más potentes. Ya está siendo considerada la próxima gran revolución tecnológica... y ya está sembrando sus primeras semillas en Málaga.
"Quant·UMA es una iniciativa que arrancamos hace un par de años desde la Escuela de Ingeniería Informática de la Universidad de Málaga", explica el catedrático de la Escuela de Ingeniería Informática de la UMA e impulsor del proyecto, Javier López: "Pretende crear un punto de entrada divulgativo para todos aquellos profesores y estudiantes interesados en computación cuántica pero que no saben muy bien por dónde comenzar".
El profesor López, que dirige un grupo de investigación en ciberseguridad, reconoce que la computación cuántica representa un reto formativo importante por su transversalidad: "Es de amplio espectro, incluye muchas áreas distintas y el comienzo no es realmente fácil si no tienes claramente indicado por dónde tienes que comenzar", justifica.

El impulsor de Quant·UMA, Javier López, en una imagen de archivo.
"Hay distintas áreas y tecnologías que se ven afectadas por la irrupción de la computación cuántica", señala López, que cree que tendrá un impacto multidimensional en áreas como la ciberseguridad, el software o la inteligencia artificial.
Justamente en el contexto actual de auge de la IA, que necesita mucha capacidad de cómputo, esta tecnología se ha convertido en la nueva sensación internacional: "La computación cuántica acelera los procesos y los tiempos y hace abordable lo que hace años era inabordable", resume.
"Es una tecnología que ha llegado y no se va a ir. Lo importante es poder proporcionar a los chicos y chicas con iniciativa una formación adecuada a las necesidades que hay ahora", subraya López. El innovador Curso de Extensión Universitaria en Computación Cuántica nació justamente para dar respuesta a ello.
El profesor reconoce que actualmente la demanda de estos profesionales "no es alta", a diferencia de otras ramas tecnológicas, aunque cree que "sí que la va a haber y pronto". La universidad debe anticiparse a un mercado que "va a crecer mucho en los próximos años", argumenta.
"Trabajar para una empresa de computación cuántica no significa necesariamente tener que salir de Málaga", sostiene el impulsor de Quant·UMA. Hay dos retos: el primero, que en la capital de la Costa del Sol no hay actualmente ningún súpercomputador de este tipo, de altísimos precios. "Sí se puede trabajar con ellos por conexiones remotas", asegura López.
El segundo desafío es la integración de esta tecnología en el emergente sector empresarial malagueño. En la Málaga tecnológica no hay ninguna empresa del sector, más allá de contar con la destacada presencia del vicepresidente de Sandbox AQ —una empresa de cuántica nacida en el seno de Google— Fernando Domínguez Pinuaga.
"Queremos que empresas que no están en Málaga vean, entiendan y conozcan las capacidades que tenemos en la Universidad desde el punto de vista de este sector. Eso les puede servir como motivo de atracción para instalarse aquí", sostiene López.
Aunque se trata de "un campo incipiente" con "mucha investigación por hacer", la Universidad de Málaga cuenta con una particularidad especial en este campo: "Aquí son muchos los grupos de investigación de distintas áreas que confluyen en la computación cuántica. Eso es algo no tan fácil de ver en otras universidades, donde el foco de cuántica está en un área muy concreta", valora el catedrático.
Esta diversidad de enfoques ha permitido que la UMA ya tenga "un puesto predominante" a nivel nacional, según el experto. El siguiente paso es ganar relevancia a nivel europeo, algo que requiere "una mayor inversión de tiempo y de recursos en la formación" y "alinearnos con propuestas nacionales" para ganar visibilidad en el ámbito internacional.
"Como Universidad, tenemos que hacer el esfuerzo no solo de divulgar entre nuestros estudiantes y profesores, sino también de acercar la tecnología al sector empresarial que tenemos aquí", concluye Javier López: "De una forma u otra, van a estar implicados todos cuando los computadores cuánticos estén más al alcance del uso cotidiano... que será en unos pocos años".