Violeta Aragón: "La clase media no tiene ninguna posibilidad de comprar una vivienda en Málaga, es una emergencia"
Violeta Aragón: "La clase media no tiene ninguna posibilidad de comprar una vivienda en Málaga, es una emergencia"
La secretaria general de la Asociación de Constructores y Promotores lamenta que aún tengan que pasar 20 años de trámites urbanísticos para poder hacer edificios.
"Tenían claro que no querían una mujer para representar a los constructores, pero aquí sigo 20 años después", señala Aragón.
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Violeta Aragón es una de las voces más autorizadas en el sector inmobiliario de España. Es la secretaria general de la Asociación de Constructores y Promotores de Málaga (ACP) desde hace dos décadas y no es necesario decir que Málaga es una de las provincias más fuertes en este ámbito. Todas las grandes empresas tienen proyectos aquí con inversiones multimillonarias.
Aragón es protagonista de nuestra sección Málaga se mueve, que grabamos en colaboración con Opplus en la sede de esta empresa tecnológica en Málaga TechPark.
En esta amplia entrevista, cuya grabación puede seguir completa, la secretaria general de la ACP habla de forma clara sobre el grave problema de la vivienda en la provincia de Málaga, su trayectoria profesional y la dificultad de las mujeres en un sector aún bastante masculino.
Es secretaria general de la asociación de constructores y promotores de Málaga. ¿Se imaginaba en un puesto así cuando era pequeña?
Cuando eres pequeña, como cualquier niña, no sabes ni lo que es una patronal, ni el sector. Es verdad que a mí siempre me gustó jugar con cosas de construcción. Me viene la vocación de pequeña por lo que veía en casa.
¿Su familia era del sector?
No, para nada. Mi padre era directivo de Coca Cola y mi madre ama de casa. Mi abuelo vivía en la casa de enfrente, trabajaba en Renfe y era capaz de hacer cualquier cosa manual. Mi madre siempre estaba a su lado. Hacían planos, mediciones, solucionaban todos los problemas que pudieran surgir en la casa… Eso me marcó.
Vi la ingeniería, la construcción y esa idea imaginativa de solucionar problemas en casa desde muy pequeña y me gustó. Algo se me pegaría.
¿Qué estudió?
Estudié Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos. El sector de la construcción y de la infraestructura me parecía un mundo muy interesante, era apasionante. Tampoco tenía una vocación clara por la ingeniería de caminos, sino más bien por la ingeniería y la construcción en general.
Cuando tienes 17 años te da igual ser arquitecto, ingeniero de caminos, de telecomunicaciones o aeronáutico, pero bueno, opté por caminos porque yo nací en Granada y era la escuela que estaba en mi ciudad, por lo que estudié allí.
"Siempre me gustó jugar con cosas de construcción. Me viene la vocación de pequeña por lo que veía en casa"
¿Cómo fueron sus inicios profesionales?
Empecé a trabajar en empresas constructoras, algunas bastante potentes. Iba con la obra. Moviéndome. Estuve en Almería o Madrid. Vine luego a Málaga con una promotora y estuve trabajando en obras desde Torre del Mar hasta Estepona.
¿Cómo acabó de secretaria general de la ACP?
Salió un anuncio en mi colegio profesional, en el boletín de empleo. Buscaban un secretario general de la Asociación de Constructores y Promotores en Málaga y me presenté. Me pareció que era un reto súper apasionante. Era poder contemplar desde una posición mucho más general lo que era el sector e intentar ayudar a que mejorara y a que se movilizara.
Por otra parte, también era un trabajo un poco más estable y no tenía que estar todo el día yendo detrás de la obra.
¿En qué año fue? ¿En pleno boom?
Estaba todavía la construcción en pleno auge y muchos compañeros me decían que había trabajos de sobra para ingenieros. Pero me dio igual. Quería ese cambio y me dieron la oportunidad. Llevo 21 años en la asociación.
Ha vivido el boom y el batacazo de la construcción.
Efectivamente, me pilló en la asociación cuando llegó la crisis y fueron momentos muy complicados. Mucha gente perdió el empleo. En la asociación veíamos como muchos empresarios estaban desesperados, sin poder avanzar y con unas plantillas a las que no podían mantener. Muchas empresas desaparecieron y lo pasamos mal todos.
Muchas quebraron, incluso de las conocidas.
Sí, hubo muchos concursos aunque algunas consiguieron salir de ellos. Fue un momento muy complicado, pero como esto es cíclico ahora estamos otra vez en un buen momento para el sector.
Se está pidiendo vivienda, vivienda y vivienda por lo que el sector debería ir a más.
Sí, vivienda e infraestructura. La construcción es un sector clave. Es imprescindible. Todo lo que vemos a nuestro alrededor alguien lo ha construido. Se tiene que construir, se tiene que rehabilitar y seguimos creciendo y necesitando más infraestructuras o mejorar las que tenemos, más viviendas…
La construcción, sin duda, es un sector que no va a poder desaparecer con la inteligencia artificial. Estamos entrando en muchos procesos más automatizados y no tan manuales, pero la construcción seguirá.
Volviendo al origen. Hace 20 años cuando entró en la ACP, la inmensa mayoría eran hombres. ¿Cómo fue ese arranque? ¿Sigue siendo un sector tan masculinizado?
Yo creo que cada vez menos. El sesgo masculino/femenino para hacer este tipo de trabajos nunca lo he tenido por lo que vi en mi casa. No obstante, entré en una carrera en la que, efectivamente, éramos cinco mujeres y cien chicos, pero lo vi como algo normal. Nunca me puse esas barreras porque yo no las percibía mentalmente.
Es verdad que luego te vas dando cuenta de que existen y te van surgiendo algunas trabas. Yo me presenté al proceso de selección con total normalidad. Buscaban un perfil como el mío y presenté mi currículum. Hice el proceso de selección en una empresa de recursos humanos y ésta le pasó tres perfiles finalistas a la asociación, entre los que estaba el mío.
Yo me enteré después, pero me dijeron que en el seno del comité ejecutivo, en el que había grandes empresarios de los que luego aprendí muchísimo, lo primero que dijeron fue: “oye, nos han puesto una mujer, ¿qué hacemos? Le decimos que no, que no venga, porque es imposible que una mujer esté al frente de los constructores”.
Pensaron que no me iban a hacer el feo de no entrevistarme porque iban a quedar muy mal pero tenían claro que una mujer no.
Pero cambiaron de opinión.
Sí, no sé lo que ocurrió pero lo hicieron, me contrataron y se lo agradezco. Dieron un paso que sorprendió al sector porque era jovencita además. Pero fue un paso importante para normalizar que no hay trabajo de hombres ni mujeres, sino perfiles y personas.
“Oye, nos han puesto una mujer, ¿qué hacemos? Le decimos que no, que no venga, porque es imposible que una mujer esté al frente de los constructores”.
¿Qué empresarios le han marcado más en estos 20 años?
He aprendido muchísimo de todos los empresarios. Y todos los días son diferentes en la asociación porque tenemos perfiles muy diversos. Pero si tuviera que escoger hablaríamos de personas como Paco Vera, José Joaquín Erroz Lecumberri o Miguel Rodríguez y luego de mis presidentes José Prado, Emilio López Caparrós y ahora Juan Manuel Rosillo o Ignacio Peinado.
¿Echa en falta más mujeres? Todos los que estamos diciendo son hombres.
Echo en falta mujeres, pero en el comité ejecutivo de la asociación, que somos diez personas, somos tres mujeres. Están Ana López, María García y yo. Es verdad que seguimos estando en minoría y habitualmente en todos los eventos o en todas las reuniones y en las grandes empresas, los CEO siguen siendo hombres. Empieza a cambiar, pero muy poco a poco.
Le voy a preguntar por lo que todo el mundo pregunta. La vivienda. Mucha demanda, poca oferta, precios muy caros que la mayoría de la gente no puede pagar. ¿Cómo se puede cambiar esa situación?
El tema de la vivienda es muy complejo porque tiene muchísimos factores que inciden. Pero se pueden hacer cosas y hay que hacerlas. Se dice que en Andalucía faltan 200.000 viviendas pero no faltan en Jaén. Es en Málaga donde falta un tercio de todas esas viviendas.
Eso es “positivo” en el sentido de que Málaga tiene un dinamismo, una actividad económica y una calidad de vida que hace que la población quiera vivir en Málaga. Pero tenemos un problema bastante grave. Esta falta de vivienda hace que los precios suban porque es la ley de la oferta y la demanda.
La necesidad de hacer viviendas en Málaga es una realidad y es urgente. Desde la asociación llevamos más de diez años diciendo que la tramitación urbanística es lentísima. Tenemos planes generales de ordenación urbana en los que están definidos dónde van viviendas, está regulado, no es que se construya en cualquier sitio.
Pero desde que una ciudad define dónde van a ir las viviendas hasta que las viviendas están realmente construidas pueden pasar 20 años y eso es lo que no puede ocurrir.
"La necesidad de hacer viviendas en Málaga es una realidad y es urgente. Desde la asociación llevamos más de diez años diciendo que la tramitación urbanística es lentísima"
Las administraciones lo saben pero la situación está igual.
Sí, lo entienden, pero la realidad es que hay que tomar medidas más contundentes. Tiene que aprobar el plan general, planes parciales, planes de reparcelación, proyectos de urbanización… En hacer todos esos trámites y en pasar 30 veces por aprobaciones de la propia administración para que te vayan validando toda esa tramitación pasan 20 años fáciles. Y eso si no ocurre algo intermedio, alguien pone alguna pega y se va a los tribunales.
En el urbanismo no hay posibilidad, a día de hoy, de subsanar los problemas o la falta de documentación que haya a lo largo de esta tramitación urbanística, sino que se vuelve a la casilla de salida. Con lo cual, son problemas que hay que solventar.
Y en esta situación de emergencia hay que tomar medidas de emergencia.
¿Cuántas viviendas harían falta entonces en Málaga para atender esa demanda real?
Unas 60.000 en la provincia. Es difícil hacerla de manera inmediata ni tendríamos la mano de obra suficiente para ponerlas en marcha a la vez. Pero sí que tenemos que, por lo menos, ser capaces de duplicar las viviendas que estamos haciendo ahora.
Y una de las medidas, por ejemplo, que estamos proponiendo desde la asociación es que en los nuevos desarrollos que hay se pueda hacer más vivienda protegida. La edificabilidad es un número que alguien se inventó hace 30 años con el plan general y que no se ha tocado.
Esa modificación de edificabilidad para hacer más vivienda protegida que tanto necesitamos tendría que ser automático. No podemos pensar que para hacer este cambio de edificabilidad tenemos que hacer un nuevo plan general, porque si no se nos vuelven a ir otros 10 años.
En cualquier caso, para el lector que esté viendo o leyendo la entrevista y quiera comprar un piso. El mensaje es que el precio, de momento, va a seguir subiendo.
Mientras que no consigamos que la demanda esté medianamente estable con la oferta de viviendas que hay, los pisos solo los podrán comprar los más fuertes.
Es verdad que algunas administraciones y el Ayuntamiento de Málaga están poniendo en marcha algunas promociones de VPO que estaban totalmente paradas.
Se puede llegar a dar la paradoja de que puedan comprar las viviendas libres los que tengan más dinero, que también puedan acceder a la vivienda de VPO los que ganen menos renta y que se quede la clase media en una bolsa intermedia que no tenga ninguna posibilidad.
La mayoría de la población es clase media. Es un problema muy grave.
Claro, me salgo de los límites para poder comprar una VPO, pero no llego a la vivienda libre.
Todavía es joven y le queda mucha carrera por delante, pero si pudiera destacar un logro de su carrera, algo de que se sienta especialmente orgullosa, ¿cuál sería?
Pues, no sé, sería difícil elegir uno de la carrera. Ayudar a una empresa pequeña en cosas que para ellos es un mundo te da tanto orgullo como conseguir modificar o aportar a una ley de vivienda o a unos planes generales.
Pero si tuviera que hablar de un logro, me iría a lo personal y diría que siempre la familia. Mi mayor logro es haber conseguido una familia estupenda, un niño al que quiero muchísimo y para mí eso es lo más grande.