
Miriem Diouri, asesora fiscal.
Miriem Diouri, asesora tributaria: "Este beneficio fiscal puede ser una ratonera si no se aplica correctamente"
La Ley Beckham permite a los nuevos residentes tributar únicamente por su renta de fuente española, a un tipo fijo y favorable, durante un período de seis años.
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El régimen fiscal para los impatriados en España, conocido popularmente como 'Ley Beckham', está siendo motivo de controversia en los últimos meses en el ámbito internacional. Así lo asegura la asesora fiscal Miriem Diouri, socia de MDG Asesores, e indica que este beneficio está bajo lupa "por sus posibles efectos perversos y por los riesgos que entraña cuando no se aplica con precisión".
La Ley Beckham fue aprobada a principios de los 2000, coincidiendo con la llegada a España del famoso futbolista David Beckham. Permite tributar exclusivamente por las rentas generadas en España durante seis años, aplicando un tipo fijo del 24% hasta 600.000 euros.
Aunque inicialmente dirigido a deportistas, ha sido ampliado a perfiles más diversos, incluidos directivos internacionales, fundadores de startups y trabajadores remotos.
Sin embargo, el creciente número de profesionales que lo solicitan ha hecho que se intensifiquen tanto la atención mediática como el escrutinio de las autoridades fiscales.
Según apunta Diouri, ya se escuchan voces críticas desde el Reino Unido, lideradas por una prestigiosa firma de asesoría fiscal internacional. "Ha publicado en sus redes sociales una advertencia clara: “The Spanish Beckham Tax Regime is a trap if you don’t know what you’re doing.” (“El régimen fiscal español tipo Beckham es una trampa si no sabes lo que estás haciendo".).
Este mensaje se ha viralizado entre expatriados y profesionales del sector, generando debate sobre la transparencia y estabilidad del sistema español en comparación con los regímenes de otros países europeos.
Mientras que en Suecia o los Países Bajos los beneficios fiscales para impatriados están más acotados y tienen una fiscalización más predecible, en España la Agencia Tributaria puede revisar retroactivamente durante toda la vigencia del régimen si se siguen cumpliendo los requisitos, según detalla la asesora fiscal.
Por ello, uno de los "mayores errores" es pensar que, una vez concedido, el régimen blinda al contribuyente ante cualquier revisión o contingencia."Exige el cumplimiento continuo y sostenido de sus condiciones, incluyendo no haber residido en España en los cinco años previos, trasladar el centro de intereses económicos y personales al país, y mantener una relación laboral que cumpla con los parámetros exigidos", añade.
Un incumplimiento, aunque se produzca en el cuarto o quinto año, puede hacer que se pierda el beneficio de forma retroactiva, y con ello surjan liquidaciones complementarias, intereses e incluso sanciones.
"Y lo más grave: en muchos casos, el contribuyente ya ha reorganizado su vida en España y no puede deshacer la situación fácilmente. Ahí es donde aparece la ratonera de la que advierten desde fuera", subraya la asesora fiscal.
Diferencias con otros países
Este enfoque de revisión continuada no es la norma en toda Europa. En Suecia, por ejemplo, los beneficios fiscales a impatriados se aprueban con un enfoque más estable, sin estar sometidos al mismo grado de escrutinio durante toda su duración.
Según la experiencia profesional de Diouri muchos de los errores más graves se cometen en la fase previa al traslado, cuando se asume que todo está "resuelto" con una simple solicitud. "Lo cierto es que, sin un asesoramiento adecuado, es fácil caer en una falsa sensación de seguridad. Una vez concedido el régimen y comenzada la residencia en España, salir de esa situación puede ser muy complicado y muy costoso", apunta.
La recomendación de la asesora fiscal es analizar bien cada situación particular antes de tomar la decisión de trasladarse a España y acogerse al régimen Beckham. "No se trata solo de cumplir los requisitos en el momento de la solicitud, sino de poder sostener ese cumplimiento los 365 días del año durante los seis años de vigencia. Solo así se puede evitar que un incentivo atractivo se transforme en una carga inesperada", concluye.