Cuanto Etayo Herrera decretó el final del partido en el Cerro del Espino Manu Molina se clavó de rodillas en el suelo con los brazos en alto. Luego se tumbó boca abajo. A su ladó estaba tirado Víctor García. El Málaga CF acababa de ganar al Atlético de Madrid B 0-1 con mucho sufrimiento, con una mala imagen en la segunda mitad, siendo un manojo de nervios atrás. Roberto había puesto por delante a los de Pellicer tras una genialidad de Dani Lorenzo en la primera mitad. El filial colchonero perdonó a los blanquiazules en la segunda mitad pero faltó acierto. 

Lo que importaba era ganar, después de tres semanas sin hacerlo, sobre todo después del tropiezo del Córdoba el sábado. Y lo hizo el Málaga, sobreviviendo como pudo en una segunda mitad con una mala dirección de campo de Pellicer, que desmontó el centro del campo con la salida de Genaro. Aunque los blanquiazules también tuvieron las suyas en la cabeza de Roberto y en las botas de Dioni. No hicieron falta. 

Sergio Pellicer apostó por un once muy reconocible, dejando en el banquillo a un intocable como Ferreiro para darle sitio a Larrubia desde la izquierda y recuperó su sala de máquinas más utilizada con Genaro, Manu Molina y Dani Lorenzo. Herrero estuvo bajo palos y Gabilondo y Víctor García en los laterales. Nelson siguió acompañado de Juande en el centro de la zaga y por delante de los tres hombres de la medular estuvieron Larrubia, Kevin y Roberto. 

El choque empezó con los dos equipos cediéndose la altenativa, ambos apostando por la pelota, pero sin llevar las riendas ninguno de los dos. Larrubia tuvo una de las que se espera que deje para la foto a los cuatro minutos, con una situación de tiro desde la derecha con su pierna izquierda pero la mandó alta. Kevin lo intentó en un par de ocasiones pero no ajustó el punto de mira desde el otro extremo. 

Poco a poco el Málaga se fue haciendo con el duelo, aunque fue Diego Bri el que la tuvo a los veinte minutos desde el balcón del área, escorado a la izquierda, desde donde sacó un tiro con la zurda que casi mete dentro Nelson Monte al desviarla. Y a los 26' dos jugones conectaron en el balcón del área rojiblanca. Kevin se la dio a Dani Lorenzo, rodeado de jugadores colchoneros. Recibió de espaldas el marbellí, que con hielo en las venas tuvo tiempo de ver por el rabillo del ojo a Roberto que esperaba en línea. Un toque suave para que el de Puente Genil se plantara sólo delante de Gomis. Catorce goles lleva ya Roberto esta temporada. Eso empieza a valer dinero. 1-0 y partido controlado por el Málaga, que contemparizó. 

Aunque en el 38' se llevó un susto con un centro-chut de Pablo Pérez desde la izquierda que se colaba, pero Herrero reaccionó a tiempo. Se estiró el filial rojiblanco en el último tramo antes del descanso y metió atrás al Málaga. Pero fue más empuje que otra cosa. 

Los cambios desarbolan al Málaga

De la caseta salió el Atlético revolucionado, aprentando, poniendo en dificultades el Málaga. Pero en el 58' fue Roberto el que tuvo un gol en la cabeza. Remató picado un balón puesto desde la izquierda y obligó a un paradón a Gomis, que la mandó a córner. Antes se había reclamado un posible penalti a Genaro cuando Ndiaye se lo llevó por delante en un córner. 

Luego llegó el carrusel de cambios y Pellicer desdibujó al equipo. Quitó a Genaro y Kevin por Sangalli y Avilés. Se perdió el equilibrio y se perdió todo. En el otro lado entró Álex Cala, que volvió loco al Málaga. Falló dos goles cantados y le ganó la partida y Juande y Víctor García cada vez que pisó el área. En el 64' fue la primera apareciendo solo en el segundo palo para rematar un centro de Pablo Pérez. Moussa entró por Gabilondo y el sistema cambió a tres centrales. Ahí el que perdonó fue Diego Bri, solo en el área pequeña. El remate lo desvió Manu Molina. El Málaga era una calamidad.

Se quitó algo la presión el equipo de Pellicer y Dioni tuvo la sentencia en el 77'. Se revolvió en el área recogiendo una asistencia de Avilés pero tuvo que rematar con la derecha, la menos buena. Salvó Gomis de nuevo. El boquete en la izquierda seguía abierto y por allí volvió a aparecer Cala para fallar otro gol cantado con la cabeza. La fortuna se estaba aliando con el Málaga, pero eso no era saber sufrir. En los últimos minutos el Málaga se dedicó a frenar los ataques, no se fue a matar el partido cuando atrás estaba haciendo aguas. No intentó una contra. Era un flan más que un equipo. Pero así se llevó los tres puntos, sigue cuarto, ahora a tres puntos del Córdoba. Un paso menos para terminar de abrochar el playoff. Sufridos.