Aunque de puertas para fuera ningún cargo del Málaga CF ha reconocido abiertamente que el equipo está pensado para ascender, tan solo Manolo Gaspar ha dicho que se peleará por estar lo más arriba posible, el proyecto blanquiazul de este curso está construido para que el año que en el mes de junio el equipo esté en Primera División. Pero la realidad es la que es, el equipo ahora de Pepe Mel es colista, con cuatro puntos.

Y los precedentes no son nada halagüeños para el Málaga CF, porque desde que se instaurara el nuevo formato de ascenso a Primera, ningún equipo que era colista en la séptima jornada de Liga acabó al final de curso en la máxima categoría. Pero las estadísticas están para romperlas y el camino todavía es muy largo. 

Desde la temporada 2010-11, el formato del ascenso se modificó. Dejaron de ascender tres equipos de manera directa para que lo hicieran solo dos y el tercero lo hiciera después de un playoff disputado entre el tercero y el sexto. Se jugarían una semifinal y una final. En caso de empate, asciende el equipo que haya quedado por delante en la clasificación. 

Son ya doce temporadas con ese formato, y tan solo un equipo en una situación parecida a la Málaga CF, acabó en Primera División. El Getafe de la temporada 2016-2017 a estas alturas del curso era penúltimo, con 6 puntos. 

Los azulones, que habían caído el año anterior desde Primera División, no empezaron bien la temporada y, de hecho, también destituyeron a su técnico. Pero después de la jornada 7, tras caer en el Coliseum Alfonso Pérez 0-2 contra el Girona. El argentino Juan Eduardo Esnaider fue destituido y cogió las riendas de los del sur de Madrid José Bordalás. Un argentino fuera y un entrenador contrastado al banquillo. 

Bordalás llevó al Getafe hasta la tercera posición con 68 puntos. En dos partidos lo sacó de puestos de descenso y en nueve partidos lo tenía en puestos de playoff, donde acabaron la temporada. Durante las eliminatorias para subir a Primera dejaron en el camino primero al Huesca y después al Tenerife, con el exmalaguista Dani Pacheco como gran protagonista en el partido decisivo anotando dos goles. 

Pero es lo único a lo que se puede agarrar el Málaga CF para imitar el camino a seguir. La receta que Bordalás le imprimió a aquel Getafe es muy parecida a la que necesitan los blanquiazules. Convertirse en un equipo compacto y fiable, que no conceda, algo clave después de todo el tiempo perdido en este inicio de curso. 

De las otras once ediciones de la Segunda División desde que se implantó el playoff, ningún equipo de los que acabó en Primera estaba en apuros a estas alturas. La única gran escalada de posiciones fue la del Girona el curso pasado, del 15º al 6º y de ahí a Primera en las eliminatorias. 

También puede servir de espejo el CA Osasuna de la 2018-19, cuando el Málaga de Muñiz mandaba con puño de hierro y los navarros, decimoterceros por estas fechas con 8 puntos, acabaron líderes con 87. 

Una trayectoria similar tuvo el Eibar en la 2013-14. Del 17º en la jornada 7 con ocho puntos, al primer puesto con 71 puntos en la jornada 41. 

Con estos precedentes, Pepe Mel y el Málaga tienen un reto mayúsculo por delante, que tienen que empezar a afrontar desde este sábado en Santander con el Racing. Hay tiempo por delante y mucho margen de mejora.