Si Málaga dio el domingo una lección de apoyo a España, con una Rosaleda brillante, el malaguismo no ha dejado pasar ni veinticuatro horas para dar otra. 

La Rosaleda fue un clamor este domingo en el partido que jugó la selección española contra al República Checa correspondiente a la UEFA Nations League. El encuentro sirvió, entre otras cosas, para que España cerrase líder de su grupo la jornada y que se volviese a demostrar que Málaga nunca falla cuando viene el equipo de todos a la capital de la Costa del Sol. Luis Enrique se deshizo en elogios antes y después del partido para con el recibimiento que le ha brindado la ciudad al combinado nacional. Ahí están las imágenes de un estadio radiante. 

Seguro que entre los que llenaron las gradas del coliseo de Martiricos había muchos malaguistas. Pero sobrevolaba en el ambiente que también había mucho advenedizo. Gente con ganas de fútbol para los que el Málaga CF no es una atracción suficiente, también andaluces de provincias cercanas aprovechando el combo de sol, chiringuito y fútbol de alto nivel. 

Ante las dudas de si lo que había ayer en La Rosaleda era la verdadera afición del Málaga, respuesta. Más de 1.000 abonados han acudido a la cita con el equipo blanquiazul en el primer día de la campaña de abonos, que se ponía en marcha este lunes. En concreto, 1.100. Según apuntan desde el club a EL ESPAÑOL de Málaga, entre este más de un millar hay renovaciones y nuevos abonados, sin tener en cuenta las renovaciones automáticas, que todavía no las ha ejecutado el club. 

El abono del Málaga CF se podía renovar desde este lunes tanto de forma online como de manera presencial. Para los que lo hicieron online, y hasta el día 19, hay un descuento del 5 por ciento en el que caso de que no se puedan beneficiar del descuento del Málaga-Burgos que ofertó el club y que tienen por su parte un 20 por ciento si acudieron al estadio y también lo hizo un acompañante con la entrada que le regalaba el club. 

Pero más allá de descuentos, ni la decepcionante temporada que finalizó hace dos escasas semanas y el malestar entre el malaguismo todavía latente, ni la falta de incentivos en forma de fichajes, han impedido a los más fieles malaguistas a tener ya su sitio para acudir al templo sagrado de la afición del Málaga CF, La Rosaleda, la temporada que viene. 

El malaguismo no tiene que echarse a la boca más que la inmediata llegada de Manolo Reina a la portería, que es un secreto a voces antes de que la temporada terminase de torcerse. Por lo demás, vive en vilo el futuro de Ricardo Horta, exjugador blanquiazul perteneciente al Sporting de Braga que puede recalar en el Benfica y dejar una buena cuantía de dinero en las arcas del Málaga CF.

Está a la espera de que con Manolo Reina empiece el efecto dominó y la futura plantilla dirigida por Pablo Guede vaya tomando color. De aquí hasta que comience la temporada a mitad de agosto, hay tiempo para que el equipo vaya tomando forma y eso sirva de motivación a los que se estén pensando renovar. 

Pero muchos, más de mil, no han necesitado más que el hecho de que se abra el plazo para renovar el abono para decir que están ahí, mandando un mensaje a todos los forman el club, que ellos no van a fallar. Que pase lo que pase, venga quien venga, volverán a acudir a La Rosaleda cada domingo, aunque eso ya esté en desuso por la disparidad de horarios del fútbol español en la actualidad. 

Sin ir más lejos, la afición del Málaga ha sido la más numerosa durante la pasada temporada en Segunda División, a pesar de todo. Según datos publicados por el portal Transfermarkt, una media de 15.345 espectadores ponía al Málaga liderando la asistencia de público en la categoría de plata. Con esos números superaba además a diez estadios de Primera División. 

A falta de fichajes, una cosa está clara: malaguistas, los de siempre.