Así se prepara la procesión de El Divino Pastor de Málaga, que sale este viernes.

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Tras los ensayos de la procesión del colegio El Divino Pastor de Málaga: "Con nuestra labor creamos escuela"

Este Viernes de Dolores, el colegio sacará a la calle a 430 niños que conforman un cortejo donde hay músicos, nazarenos, marineros, romanos, e incluso legionarios y guardiaciviles.

22 marzo, 2024 05:00

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Han pasado tres décadas desde que en el colegio El Divino Pastor de Málaga se puso la primera semilla de la que es una gran escuela cofrade en la actualidad. Una antigua profesora, Faly Vallejo, creó unas imágenes con poco más material que un par de paquetes de plastilina. Los alumnos las portaban, entonces, por los pasillos del colegio. Con el paso del tiempo y mucho trabajo han logrado mejorar, tanto, que cada Viernes de Dolores varios centenares de alumnos salen a las calles de la barriada de El Torcal en el marco de un cortejo conformado por marineros, legionarios, nazarenos, mantillas y, por supuesto, dos tronos que portan los niños y niñas de cuarto de la ESO con las imágenes del Santísimo Cristo del Colegio y María Madre del Divino Pastor.

Este año, en concreto, un total de 430 alumnos saldrán en procesión en la mañana del próximo viernes. Organizar un cortejo de estas características no es nada sencillo. Bien lo saben Pilar Elices, Lourdes Rengel y Francis Lorente, los tres profesores que se han encargado principalmente de la organización de este acto cofrade. Todos ellos, además, pertenecen a hermandades malagueñas como Misericordia, Penas y Monte Calvario respectivamente.

El pasado martes, en el interior del colegio, se vivía un ambiente muy especial y mágico. EL ESPAÑOL de Málaga pudo sumergirse en la ilusión de los adolescentes de cuarto de la ESO que, por primera vez, tomaban contacto con el varal. Este gesto es el primer paso para llegar a cumplir un sueño, pues en este colegio, todos los alumnos, desde Infantil a la ESO, cada Semana Santa se imaginan convirtiéndose en "los mayores" del colegio para portar a sus titulares. Todos acaban pasando por el varal.

En la última tarde de ensayo, aún equipados con el uniforme del colegio, muchos de ellos se calzaron elegantes zapatos negros para practicar y así poder saber la altura concreta que tendrán el día de la procesión. Gracias a llevarlos, algunos se dieron cuenta de que necesitaban un taco para poder llegar correctamente al varal sin la necesidad de subir el hombro.

"Pero con el tema de los zapatos aún se nos resisten, no quieren salir de los tenis, así que les aceptamos, al menos, unos completamente negros", decía con gracia Pilar Elices, que reconocía, con mucho humor, que uno de los factores más complicados en la organización es lidiar con las quejas de algunas adolescentes, sobre todo, por el peinado que llevarán en la procesión. "Me dicen que quieren llevar una sobrecola, pero no se dan cuenta de que si llevan el pelo suelto es más incómodo para ellas. Lo mejor es una coleta o una trenza y que ellas decidan si llevan lazo o no en el pelo, igual que los guantes; pero bueno, pese a todo, tienen mucha ilusión", contaba.

Las chicas ensayan.

Las chicas ensayan. Alba Rosado

Mientras que los quinceañeros ensayaban los pasos que debían dar con el trono a hombros, que, por cierto, a primera hora de la tarde, aún no tenía dispuesto el pertinente cajillo, algunas profesoras y otro grupo de alumnos se encargaron de bajar de la "cofradía" --así llaman a una pequeña sala que está dentro de una clase-- los enseres que, luego, algunos componentes del cortejo portan durante la procesión. Algunos de ellos, bastante pesados, por lo que en su traslado a la biblioteca, que actuaba de almacén aquella tarde, los bajaron de dos en dos.

En el porche principal del patio también había algunos críos que no superaban los ocho años de edad. Ellos también estaban descalzándose, pero esta vez no para vestir zapatos elegantes, sino para ponerse unas botas militares. Al lado de ellos, destacaba uno, en solitario, con unos grandes azules. Apenas levantaba un palmo del suelo, pero no paraba de ensayar, tambor en mano. Junto al grupo anterior, forma parte de los caballeros legionarios de la procesión. 

Unos minutos más tarde, en fila, con armas de juguete pero, sobre todo, con mucha actitud, una veintena de niños aparecían en el patio para entonar el Novio de la Muerte. Los lidera Juan Carlos Pérez, un exlegionario, pero también padre del colegio. Desde hace unos años echa una mano para que El Divino Pastor cuente en su procesión, al menos, con una pincelada de una de las figuras más populares de la Semana Santa de Málaga, la Legión Española.

La cabra y el mono legionarios.

La cabra y el mono legionarios. Alba Rosado

Aunque son muchos meses de dedicación para lograr llegar al Viernes de Dolores lo más preparados que pueden, para los profesores, todo merece la pena. Para Elices, el mejor premio es ver a padres, pero, sobre todo, a abuelos, disfrutando de la procesión. "Salen a ver a sus niños y a sus niñas con una cara que parece que es la primera vez que los ven. Es tan bonito verles ese cariño, esa hermosura que tienen los abuelos...", reconocía, algo emocionada.

Además, cada año que la cruz guía de la procesión toca la calle Gaucín se acuerda de don Rogelio, fundador del colegio, y su mujer, doña Salvy. "Y cómo no recordar a Faly Vallejo, que fue la que empezó este maravilloso lío de ensueño hace ya 31 años, porque aunque esta es nuestra 29 procesión por la pandemia, ya han pasado más de treinta años desde que se le ocurrió la brillante idea de unir Plástica y Religión con un trozo de plastilina. Así nacieron los dos primeros tronos. El Cristo, de plastilina, y la Virgen con una muñeca... Y con cuatro agujas de punto y un trozo de encaje se hizo el palio", recordaba la profesora.

Desde entonces, han mejorado a pasos agigantados. Cada año, por pequeños que sean, cuentan con algunos estrenos. Este Viernes de Dolores estrenan los faldones del trono del Cristo, así como sus bordados delanteros, traseros y laterales.

"Otra novedad es que incorporamos cornetas y, además, contaremos con representación de la Cofradía Luz y Mar de San Andrés, con la que estamos hermanados", contaba Francis Lorente, quien ha logrado que 120 niños del colegio acudan a las filas de la procesión de esta corporación, que sale el Sábado de Pasión. "Con esta procesión escolar, sin duda, creamos escuela. Muchos ya salían en cofradías, otros se han sumado a San Andrés gracias a Francis. Yo creo que merece la pena solo por eso. Si de 430 que salen, logramos veinte buenos cofrades y les metemos el gusanillo, podemos estar contentos", explicaba Elices.

Francis Lorente, con algunos alumnos en la procesión de Luz y Mar en 2019.

Francis Lorente, con algunos alumnos en la procesión de Luz y Mar en 2019.

Y lo consiguen. Este año, una exalumna que tiene unos "25 o 26 años", expresaba Lorente, cumplirá su ilusión de vestirse de mantilla en su colegio "de toda la vida": "La chiquilla siempre había querido, pero nunca había podido y nos preguntó si podía salir. Y ahí va a estar de mantilla acompañando a su cole. Muchos otros han venido algunos años a ser mayordomos y formar parte de la banda. Tenemos algunos como Adrián, de la banda de La Paz, que hace seis años que salió del cole y sigue viniendo año tras año. Es un orgullo".

En los ensayos del martes estaban presentes solo algunos antiguos alumnos que forman parte de otras bandas de música y que, cada Semana Santa, colaboran con el que en su día fue su colegio, pero, además, otro profesor, Juanma Peso, lleva años trabajando con los alumnos de El Divino Pastor para que salgan tocando la flauta dulce en la salida procesional. Este año cuenta con 120 alumnos. Además, el trabajo ha dado sus frutos y estrenarán la marcha Málaga a su virgen de la Victoria, de Ginés Sánchez Torres, que ha adaptado Peso al nivel del alumnado. 

Juanma Peso y los componentes de la banda, en el pregón, celebrado este miércoles.

Juanma Peso y los componentes de la banda, en el pregón, celebrado este miércoles. El Divino Pastor

Y tras un buen rato de ensayo, llegaba la hora de bajar a sus sagrados titulares al patio. Muy organizados, un buen grupo de alumnos subieron a la primera planta del colegio para, entre todos, recogerlos y bajarlos con cuidado por la escalera, pues en el ascensor no entraban. Después del gran trabajo que hicieron --algunos de ellos limpiaron enseres e incluso los tronos--, grandes y pequeños acabaron la jornada comiendo una palmera gigante de chocolate, una merienda que, en Málaga, nunca falla.

"Y una vez que todo acabe el viernes, vuelta a empezar. Una vez terminamos, los organizadores nos reunimos para ver los fallos, porque los hay, y tratamos de mejorar para el siguiente año. Lo que intentamos siempre es adaptarnos a los niños y reinventarnos en todo lo que podemos, eso creo que es bonito y clave para crecer", aseveraba Lorente.

El Sábado de Pasión: al hospital Materno

La gran novedad de este año, sin duda, es que los dos tronos, así como algunos enseres, viajarán la mañana del Sábado de Pasión al Hospital Materno Infantil de Málaga, a fin de que los niños ingresados vivan de cerca el ambiente cofrade. Allí permanecerán hasta que finalice la Semana Santa.

Al parecer, este bonito gesto se va a poder realizar gracias a la colaboración de José Páez, conserje del colegio y uno de los integrantes de la asociación AVOI. "A través de él, llegamos al presidente de la asociación y le contamos la propuesta. Así que el sábado llevaremos los tronos para que los niños ingresados puedan disfrutar de la Semana de Pasión, que tengan cerca un trono, vean los detalles...", contaba Lorente.

Una imagen de la procesión el año pasado.

Una imagen de la procesión el año pasado. Alba Rosado

La procesión saldrá a las 11.00 horas del Viernes de Dolores desde la puerta grande del colegio El Divino Pastor y, tras cruzar un sector de calle Gaucín, rodearán el parque de El Torcal y el del ambulatorio para volver de nuevo al colegio. Así queda el itinerario: colegio El Divino Pastor, calle Gaucín, calle Cayetano de Cabra, calle Antonio Chacón, calle José Palanca, calle Niño de Gloria, calle Cayetano de Cabra, calle Gaucín y encierro.