Guille y Vivi, dos malagueños que han hecho de la música de los años 50 un estilo de vida.

Guille y Vivi, dos malagueños que han hecho de la música de los años 50 un estilo de vida. CreDo

Cultura

La música de los años 50 como un estilo de vida: la historia de los 'rockers' malagueños Guille y Vivi

Son los impulsores del festival Rockin’Race Jamboree, el festival de Rock & Roll más importante de España, que se celebra en Torremolinos, y regentan la tienda y el sello discográfico Sleazy Records, en calle Dos Aceras.

20 diciembre, 2023 05:00

Si solo pudiéramos escoger una palabra para definir a Guillermo Jiménez y Vivi Milla esa sería música. Por sus venas corre Rock & Roll y sus estilismos podrían parecer sacados de una película americana de los 50. Con mucho esfuerzo y trabajo, esta pareja ha hecho de su pasión un estilo de vida, pues son los impulsores del festival Rockin’Race Jamboree desde hace treinta años en Torremolinos y son los propietarios de la tienda Sleazy Records de calle Dos Aceras, que también es un prestigioso sello discográfico a nivel internacional.

Vivi y Guille se conocieron en el instituto Gaona, donde ambos fueron conscientes de que compartían inquietudes e incluso gustos musicales. Ambos amaban la música de los años 50. “Fuimos gestando juntos un modo de vida ligado totalmente a la música, a ella le encantaba La Bamba, a mí Ritchie Valens… pero no fue hasta el año 2000 cuando yo decidí que me dedicaría plenamente a lo que me apasionaba, a la música. Ella siguió con su trabajo en el área de Recursos Humanos, pero en 2004 también lo dejó y juntos abrimos Sleazy Records”, cuenta Guille a EL ESPAÑOL de Málaga. 

Aunque Guille tenía otros trabajos, se dio cuenta de que ganaba más vendiendo discos que compraba al por mayor que con su propio sueldo, por lo que, junto a Vivi, se lio la manta a la cabeza sin darse cuenta de que estaban labrando su brillante futuro al otro lado de la calle del instituto que vio nacer su historia de amor. Pues al inicio, Sleazy Records se situó en un pequeñísimo local de la calle Gaona.

En la tienda venden discos de vinilo de primera mano y reediciones especiales, pero sobre todo los álbumes de grupos que ellos editan desde Málaga para todo el mundo, pues su público, principalmente, es extranjero. “Al inicio de todo esto, teníamos amigos que tenían un grupo sin discos y decidimos hacerles un vinilo. Después ese vinilo, curiosamente, se vendió por toda Europa con varios contactos que teníamos y, a partir de ahí, fue como se gestó la idea, sacando uno, otro, otro… Al final tenemos 500 discos editados y distribuidos a nivel mundial gracias a una importante red de distribuidores. Cualquiera de nuestros títulos se puede encontrar en cualquier parte del mundo, siendo muchos de ellos piezas de coleccionista…”, detalla. 

Entre esas piezas de coleccionista, un disco-libro del cantautor Hank Williams, padre de la música americana. “Es un formato único con seis discos, un libro y unas ilustraciones preciosas. A día de hoy está muy cotizado”, prosigue Guille, quien envió al Museo de Hank Williams, en Alabama, una copia del formato que editaron, que está expuesto allí.

¿Y cuál es la clave para que una tienda de vinilos de los años 40, 50 y 60 sobreviva en el Centro de Málaga en pleno auge de las plataformas digitales? Guille lo tiene claro: la hiperespecialización. “Si un cliente entra por la puerta y me pide algo de Alejandro Sanz, pudiéndolo traer, porque lo puedo traer, no lo hacemos. Queremos mantener nuestra filosofía. Cualquier música que tenga cabida en esos años, la comercializamos o traemos, pero no queremos contaminar nuestro negocio abriéndolo a todo el público. Por eso tenemos una seña de identidad tan fuerte y ya tenemos un nombre en el sector”, explica.

El propósito que tuvieron a la hora de montar la tienda nunca fue vivir del público local. Antes de que hubiera Internet, Guille acudía a festivales de su género por toda Europa con una libreta donde iba tomando la dirección de algunos asistentes a los que les explicaba que vendía discos. “Le echaba mucha cara, le contaba todo el mundo que vendía discos. Luego les mandaba a casa un catálogo por correo. Lo hacíamos a máquina. Así nos dimos cuenta de que había un mercado para explotar”, recuerda con una sonrisa.

Otra clave del éxito de su marca cree que es que todo ha estado “muy premeditado” y le han echado “mucho romanticismo”. “Al principio, las cuentas no salían. Fueron muchas horas, pero con lo poco que iba ganando, me sentía a gusto y ganaba más que con el otro trabajo que no me gustaba”, dice.

Su casa se fue llenando de discos, hasta el punto que no cabían, así que abrieron un pequeño local en calle Gaona, donde iniciaron uno de los retos más importantes de su vida. La mitad de la tienda era de vinilos y la otra era de decoración y mobiliario retro. Al final, los discos se “comieron” todo el espacio y unos años después acabaron mudándose a Dos Aceras, ya acondicionado el local totalmente como distribuidora que son.

Rockin’Race Jamboree

Pero por si esta aventura de la tienda y el sello fuese algo sencillo, Vivi y Guille son incombustibles y cuentan con otro gran proyecto profesional llamado Rockin’Race Jamboree, el festival de Rock&Roll más importante de España (que se celebra en Torremolinos) y cumple 30 años en febrero.

Guille y Vivi con el cartel.

Guille y Vivi con el cartel. CreDo

El festival comenzó como un club de amigos en 1993, y cuando este se disolvió, tomaron las riendas de la iniciativa Guille y Vivi, allá por el año 2002. La pareja profesionalizó el festival hasta convertirlo en uno de las más importantes de su sector. Sin ir más lejos, en 2019, Rockin’Race Jamboree fue reconocido como el mejor festival del mundo de raíces americanas en los premios Ameripolitan Music Awards.

"Lo que hacíamos con estos amigos es que en vez de pagar dinero para ir a Barcelona a ver grupos, poníamos una cuota y traíamos al grupo que nos gustaba a Torremolinos. Después la cosa se desinfló y ya lo profesionalicé yo", relata Guille.

"Todas las fiestas que hacíamos en Torremolinos se quedaban pequeñas", asegura el impulsor de este festival. Con ayuda del Ayuntamiento de la localidad, fueron cambiando de ubicación. Un tiempo estuvieron en casetas, luego pasaron a celebrarlo en el recinto ferial, después estuvieron diez años en el Palacio de Congresos de Torremolinos... Hasta llegar al Auditorio Príncipe de Asturias, donde lo celebran en la actualidad.

"Ha sido un salto cualitativo enorme, desde que lo celebramos en el Palacio de Congresos, para pasar a llamarlo festival en lugar de fiesta", dice Guille. Eso sí, como se les sigue quedando pequeño el auditorio, recientemente le han añadido una exclusiva carpa que traen desde Holanda, de 24 metros de longitud y estilo parisino, fabricada con madera y terciopelo, así como espejos en su interior, que engloban una gran pista de baile.

Este festival es el primer gran festival que se celebra cada año en España, pues tiene lugar en el mes de febrero. Concretamente, en 2024, los días 1,2,3 y 4. El hecho de que se celebre en esta época supone una exitosa desestacionalización turística, convirtiendo el comienzo del mes de febrero en temporada alta para Torremolinos y la Costa del Sol.

"Este año traemos un gran cartel. A grandes como Linda Gail Lewis o Reverend Horton Heat, un artista muy bien valorado en Estados Unidos y dentro de la escena del Rockabilly en Europa, digamos, está como en los artistas más top del sector", cuenta Guille. A partir de esos nombres, se despliega una amplia lista de artistas, 42, siendo concretos, de todos los países y géneros, eso sí, siempre dentro de la horquilla temporal de los años 40 a los 60.

En estos 29 años han asistido en total 211.500 personas y ha  producido un impacto económico positivo de 40.585.000 euros. El año pasado, sin ir más lejos, acudieron al festival 20.000 personas con un impacto económico de 6.400.000 euros y está previsto que en 2024 acudan 40.000 (80% extranjeros, la mayoría ingleses y nórdicos, y 20% de procedencia nacional) y se genere un impacto económico de casi 13 millones de euros.