Javier Luque, el bombero malagueño que recorre el mundo formando a héroes.

Javier Luque, el bombero malagueño que recorre el mundo formando a héroes.

Málaga

Javier Luque, el bombero malagueño que forma a héroes por el mundo con el método Arcón: "El regalo es salvar vidas"

Este sistema optimiza la concentración y el rendimiento olfativo de los perros de rescate, hasta el punto de detectar personas con vida bajo cuatro plantas de hormigón, donde el olor era mínimo.

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Niños heridos haciendo cola en un hospital improvisado. Ancianos con la mirada perdida tras perderlo absolutamente todo. Montañas de hormigón convertidas en tumbas en cuestión de segundos. Esas son algunas de las imágenes que jamás se borrarán de la memoria de Javier Luque, cabo del Parque de Bomberos de Estepona, que desde hace más de dos décadas combina su labor local con misiones internacionales en escenarios de catástrofe.

"Lo que más me ha marcado hasta ahora, sin duda, fue el terremoto de Pakistán, en 2005. Fue mi primera misión internacional. Después de rescatar a personas entre escombros, ayudamos a levantar un campamento médico. Pasaron cientos de personas por allí: niños, ancianos, familias enteras. Aquello me impactó profundamente" recuerda.

Luque no ha tenido la vocación de bombero desde que tiene uso de razón. No se colocó de crío una chaquetilla de plástico con líneas fosforitas ni tampoco un casco de color rojo. Pero sí que siempre ha sido de esas personas que viven para ayudar, por eso era habitual verle en proyectos de voluntariado. Javier pasó como voluntario por la Cruz Roja y por el Consorcio Provincial de Bomberos de Huelva.

Javier, en una emergencia.

Javier, en una emergencia.

Allí en Huelva conoció a Jaime Parejo, creador del Método Arcón, un sistema pionero de entrenamiento de perros de rescate que ha recibido reconocimientos de la ONU y de universidades de todo el mundo. "Ver cómo perros entrenados con este método localizaban personas con vida donde otros sistemas habían fallado, en Turquía, en Colombia o en Taiwán, fue lo que me hizo decidirme. Yo quería aprender eso" declara.

En 2001 aprobó su primera oposición de bombero en Córdoba. Un amigo le dijo que se iba a presentar y él se animó. Tras años de estudio y entrenamiento, lo consiguió. Después se convirtió en cabo en Écija, hasta llegar por permuta al Parque de Bomberos de Estepona, donde trabaja desde entonces, para estar más cerca de casa. Es de Casares.

Pero su carrera dio un giro cuando, en 2002, viajó a El Salvador para recibir su primer curso de Método Arcón, quería saberlo todo. "Con los sistemas tradicionales, los perros estaban demasiado condicionados por los guías, con poca autonomía y motivación. El Método Arcón optimiza su concentración y su rendimiento olfativo, hasta el punto de detectar personas con vida bajo cuatro plantas de hormigón, donde el olor era mínimo”. Esa eficacia no solo se ha visto en simulacros, sino en emergencias reales.

Una imagen de los bomberos en una emergencia tras desastre natural.

Una imagen de los bomberos en una emergencia tras desastre natural.

Ahora, más de veinte años después, es él el que recorre el mundo formando a profesionales a través de este método. "No he parado: Ecuador, Panamá, Guatemala, Costa Rica, Portugal, Colombia… Normalmente doy uno o dos cursos al año, siempre de forma altruista", dice.

"En Ecuador, por ejemplo, tras el terremoto, varios equipos que habíamos formado localizaron personas vivas. También en Panamá, en Costa Rica, en Colombia… Esa es la mayor satisfacción, la verdadera recompensa llega cuando recibes la noticia de que un perro entrenado con nosotros ha localizado a una persona viva".

Javier, en una formación.

Javier, en una formación.

Esa entrega tiene un coste personal. "Tengo niños pequeños y cada vez cuesta más dejar a la familia. Pero siento que debo hacerlo" confiesa. Organizar un curso internacional implica pedir vacaciones, cuadrar turnos y contar con la solidaridad de los compañeros del consorcio. "Si yo estoy en Ecuador, es porque en Málaga un compañero me cubrió un turno. Lo que conseguimos fuera también es parte de ellos, estamos muy agradecidos”.

ONG

Javier forma parte de la ONG Grupo de Especialistas en Rescate Canino en Catástrofes Método Arcón, que nació en 2010. La conforman un grupo de bomberos profesionales de diferentes provincias de España, con 20 años de experiencia en esta disciplina. "La mayoría son andaluces, de Málaga y Granada principalmente", dice Javier.

Una imagen de los héroes con sus perros.

Una imagen de los héroes con sus perros.

El denominador común de todos los que están en la ONG es que son bomberos profesionales, guías o instructores del método Arcón. "En esa plataforma nos vamos coordinando para acudir a diferentes emergencias", sostiene.

Javier lamenta que no siempre sea demasiado fácil llegar a tiempo a una catástrofe, no por falta de equipo, sino por cuestiones burocráticas. "Este último terremoto de Afganistán casi no ha salido en ningún lado, no fue prácticamente nadie. Nosotros lo intentamos, estábamos en Ecuador, pero no se pudo hacer nada con la Embajada, la gestión fue un poco caos y al final no puedes montar un avión e irte sin saber", expresa.

En el terremoto de Marruecos, cree que la cosa funcionó diferente. "Estábamos en la frontera y nos dejaron pasar rápido. Estábamos al lado y pensamos: si nos autorizan a trabajar, perfecto; y si no, damos la vuelta y el gasto es mínimo. Al final hicimos bien porque llegamos los primeros al lugar del siniestro y nos dejaron intervenir. Pero este tipo de cosas no podemos hacerlas en Afganistán, perderíamos mucho tiempo y dinero por la distancia", añade.

Los cursos que da por el mundo son más una inquietud personal. "A veces la ONG en realidad actúa como una herramienta para que sea posible el curso en algunos países, donde nos hace falta una organización no gubernamental que los respalde. Los cursos, o se lo piden a Jaime, o me los piden a mí y ya nos coordinamos para tratar de cubrir los máximos posibles", dice el bombero.

El pasado mes de agosto, Luque y su compañero José Antonio Solano recibieron una distinción del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Panamá. "Fue una sorpresa enorme. No nos lo esperábamos, pero es muy emocionante que valoren tu trabajo fuera de tu tierra" asegura con humildad a través de una videollamada desde Ecuador, donde estará hasta el día 26 dando una formación.

Una imagen del reconocimiento.

Una imagen del reconocimiento.

A pesar de los logros, Javier no duda en señalar lo que considera una asignatura pendiente en su país tras conocer decenas de cuerpos de bomberos de todo el mundo: "En España estamos faltos de regulación. No tenemos una ley básica que coordine a los cuerpos de bomberos, y eso provoca descoordinación en emergencias, como ocurrió en la Dana. A veces es más fácil que vengan bomberos franceses a ayudar que compañeros de provincias cercanas, es una realidad”.

Hoy, con 24 años de carrera a sus espaldas, se le pregunta sobre qué siente cuando mira hacia atrás y ve su recorrido como profesional. "Si soy sincero, lo que más me sorprende es lo rápido que pasa el tiempo. Pero también me doy cuenta de que, cuando uno está motivado, puede lograr casi cualquier cosa”.

Y lo mejor es que no pierde su visión como bombero local ni mucho menos. Para Luque, cada rescate —en Pakistán, en Marruecos o en su propio pueblo— tiene el mismo valor: una vida salvada que justifica toda una carrera. "Cuando se está de guardia siempre se está alerta. Los siniestros no tienen hora ni lugar exactos", zanja.