Un montaje con imágenes de una avería en la conducción en Benalmádena.
13,6 millones para blindar el agua en la Costa del Sol: así será la nueva tubería entre Benalmádena y Torremolinos
La nueva conducción discurrirá principalmente por la plataforma de la antigua N-340 y permitirá dejar fuera de servicio los tramos actuales más antiguos y dañados.
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La empresa pública Acosol acaba de dar un paso decisivo para garantizar el suministro de agua de la Costa del Sol en los próximos años.
Pese a que los días más graves de sequía ya pasaron, se trata de una amenaza siempre presente sobre este territorio.
Con el objetivo de disponer de herramientas adecuadas para mejorar las condiciones de abastecimiento, el ente dependiente de la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol acaba de poner en marcha la contratación de una obra estimada en casi 13,6 millones de euros.
El proyecto en cuestión contempla la conexión de Benalmádena y Torremolinos con una nueva tubería de 800 mm para reforzar la red ante futuras sequías y evitar roturas explosivas como las sufridas en los últimos años.
Esta intervención debe permitir aumentar la capacidad de interconexión entre los sistemas de abastecimiento Costa del Sol Occidental y Guadalhorce-Limonero, generando una mayor resiliencia del sistema ante episodios de escasez de agua, además de reducir el riesgo de interrupciones por fallos en la red.
Un sistema envejecido que necesita renovación urgente
La Costa del Sol Occidental, con una población que supera los 579.000 habitantes y que se duplica durante los meses de verano, se abastece principalmente del agua del embalse de La Concepción, en Marbella.
Según se reconoce en el pliego de condiciones que rige este procedimiento, esta infraestructura, junto con una red de tuberías construidas en los años 70 y 80 del siglo pasado, ya no es capaz de responder con fiabilidad a la demanda creciente y a las nuevas condiciones climáticas.
El sistema actual se articula a través de las denominadas conducciones principales de abastecimiento, que parten de la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) de Río Verde y se ramifican hacia el este y el oeste a lo largo de la costa.
Sin embargo, el paso del tiempo ha deteriorado considerablemente estas infraestructuras; en especial el tramo que atraviesa Benalmádena y llega hasta El Pinillo (Torremolinos), donde se han producido roturas explosivas en la red con riesgo para la seguridad de las personas y cortes de suministro.
Una nueva conducción de 800 mm para reforzar el sistema
El proyecto contempla la instalación de una nueva tubería de fundición dúctil de 800 mm de diámetro, enterrada en zanja con una cubrición mínima de un metro, que recorrerá el tramo entre Nueva Torrequebrada (Benalmádena) y El Pinillo (Torremolinos).
El trazado discurrirá principalmente por la plataforma de la antigua N-340, hoy integrada en la trama urbana como Avenida del Sol, Avenida Antonio Machado y Avenida Alcalde Miguel Escalona Quesada.
Esta nueva conducción permitirá dejar fuera de servicio los tramos más antiguos y dañados, fabricados en hormigón armado con camisa de chapa, y que han sido responsables de las incidencias más graves en los últimos años.
Además, se integrarán tres nuevas conexiones con las redes municipales de abastecimiento de Benalmádena y Torremolinos (dos de 400 mm y una de 200 mm).
Plazos, detalles técnicos y condicionantes arqueológicos
El plazo para la presentación de ofertas finaliza el próximo 11 de agosto, y se prevé que la redacción del proyecto se complete en 30 días, mientras que la ejecución de las obras se estima en un máximo de 8 meses.
La zona afectada incluye terrenos con una alta sensibilidad arqueológica, especialmente en un tramo de un kilómetro en Benalmádena, donde se requiere la autorización de la Consejería de Cultura y la vigilancia arqueológica durante los trabajos. Para ello, se ha realizado ya un estudio con georradar, incluido en la documentación del proyecto.
El trazado atraviesa suelos con características geológicas diversas, desde calizas marmóreas hasta pizarras, lo que requerirá medidas especiales para garantizar la excavabilidad y la estabilidad de los taludes. Un estudio geotécnico ya ha sido elaborado para anticipar estas condiciones y planificar adecuadamente los trabajos.