Domingo Merlín posa en Sohrlin momentos antes de la entrevista con EL ESPAÑOL de Málaga.

Domingo Merlín posa en Sohrlin momentos antes de la entrevista con EL ESPAÑOL de Málaga. Carlos Díaz

Málaga A título personal

Domingo Merlín: "Soy empresario porque nadie creía en mí y tengo un proyecto único mundial con Antonio Banderas"

El copromotor y director de Sohrlin explica cómo fueron sus inicios, sus grandes producciones en Arabia Saudí y cómo se metió en un "sueño" junto a Banderas en Málaga que será "un referente internacional".

Más información: Sohrlin, el espacio cultural de Antonio Banderas y Domingo Merlín, avanza lento, pero a paso firme

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Conocer a personas como Domingo Sánchez, cuyo nombre artístico es Domingo Merlín por su empresa Producciones Merlín, te hace comprobar cuánto talento hay en Málaga y cómo hay que quitarse los complejos para triunfar no solo en España sino en el resto del mundo.

Su trayectoria profesional es apasionante y la cuenta con una humildad, naturalidad y honradez que se agradecen en estos tiempos de postureo, polarización y estupideces que vivimos.

Es el protagonista de nuestra sección A título personal de este domingo. Explica cómo tenía claro que quería entrar en la industria cultural aunque para arrancar tuviera que cargar y descargar todos los camiones habidos y por haber en los conciertos que venían a Málaga.

Cómo montó su empresa porque nadie le hacía caso, cómo se pegó una buena torta de inicio y cómo creó grandiosos espectáculos en Arabia Saudí.

Pero, lo que es la vida, no se ha hecho realmente conocido hasta que se alió con Antonio Banderas para crear Sohrlin. Un espacio único en el mundo y que será un referente internacional. De hecho, acaba de empezar y nuestro protagonista ya cree que habrá que ampliarlo. No se pierda su historia porque merece mucho la pena.

Usted es un salmantino malagueño.

Si partimos de la base de que uno no es de donde nace sino de donde pace se puede decir que soy malagueño. Nací en Salamanca, pero me vine muy pequeño a Málaga, con nueve años. Soy quien soy hoy en día gracias a Málaga. Es la ciudad que me ha visto crecer, formarme, sufrir, luchar, llorar, reír.

Domingo Merlín en una de las zonas de Sohrlin.

Domingo Merlín en una de las zonas de Sohrlin. Carlos Díaz

¿Cuándo le surge el interés por las artes escénicas? ¿Desde niño?

Desde que era niño siempre me gustó dedicarme a todo lo que tenía que ver con el espectáculo. No sabía si quería ser cantante, si quería ser actor… Desde luego no servía ni para una cosa ni para la otra. Me di cuenta más tarde de que lo que me gustaba realmente era el mundo de la creación, de la dirección y sobre todo, la producción.

Hacer que las cosas pasaran, ocurriesen y, sobre todo, hacer posible lo que pensabas o lo que soñabas, convertirlo en realidad. Antes no existían ni los teléfonos móviles ni internet para consultar y conocer mucho más de la industria, de las profesiones y cómo poder trabajar en todo esto. Ibas un poco con una venda en los ojos. A ciegas.

¿Y cómo se lanzó?

Tuve mis pinitos con la hostelería, trabajando en bares, creando fiestas para las marcas de bebida, pero siempre sabiendo que quería hacerlo desde un punto creativo. En 1999 decidí dar el paso. Soy productor y empresario por error, porque nadie supo darme la oportunidad y, al final, cansado de que no me la dieran, no me quedó más remedio que coger las riendas de mi vida profesional y ser emprendedor. Como no encontraba a nadie que creyese en mí en ese momento, no hay nadie mejor que uno mismo para poder coger esa fuerza, ese impulso y hacerlo.

Al ser algo tan creativo y casi personal, ¿cómo se formó?

Leyendo mucho, buscando porque soy muy inquieto, viendo muchos espectáculos. Soy autodidacta. No he estudiado interpretación, dirección o producción porque en esa época no se sabía donde estudiar y prácticamente no había formación. De hecho, a día de hoy existe un gran desconocimiento de lo que son todos los oficios de la industria, de las salidas y de las carreras profesionales, que es uno de los objetivos que tenemos con este proyecto, con Sohrlin.

Escuelas de arte dramático hay desde hace muchos años y en Málaga hay una muy prestigiosa, pero es cierto que en la parte técnica no está tan definido.

La verdad es que no. Para empezar no está reglado. El técnico era como un oficio, una profesión menos digna. Yo he sido técnico, he trabajado de producción, empecé en los conciertos haciendo carga y descarga de camiones cuando venían las grandes giras estadounidenses… Cogía el torito, las máquinas, lo que hiciera falta porque tenía esa inquietud y sacaba un dinerillo en verano. Me apuntaba a todo.

Luego nos hemos dado cuenta de que los oficios son grandes y muy dignos. De hecho, hay más oportunidades en los oficios que en la interpretación, la dirección o la creación.

"En el extranjero además está muy cotizado lo español, más de lo que nosotros nos imaginamos. A veces tenemos prejuicios y complejos y puedo decir que ir con un pasaporte español fuera de España esta muy valorado. En Arabia Saudí a los técnicos españoles los ven como grandes profesionales"

En los últimos años, en mis aventuras profesionales internacionales los perfiles que tenía más dificultad para conseguir y los que estaban mejor valorados eran los técnicos de iluminación, los diseñadores, los técnicos de sonido, los creadores de mapping de contenidos visuales.… Eran los mejor pagados y donde había más trabajo.

En el extranjero además está muy cotizado lo español, más de lo que nosotros nos imaginamos. A veces tenemos prejuicios y complejos y puedo decir que ir con un pasaporte español fuera de España está muy valorado. En Arabia Saudí a los técnicos españoles los ven como grandes profesionales.

A mí me da mucha pena porque es verdad que tenemos técnicos muy bien formados, pero no tenemos tantos que sean capaces de jugar en las ligas internacionales, muchas veces solo por no saber inglés. Es algo que yo siempre estoy inculcando. Que hay que estar siempre preparado y alerta para coger cualquier oferta internacional porque eso nos abre un mundo gigante de oportunidades, de aventuras y de experiencia.

Volviendo a sus inicios, me comentaba que emprendió por necesidad. ¿Cómo fue ese arranque?

Un desastre porque no tenía conocimientos empresariales. Yo creo que casi todos los productores de este país hemos sido productores por vocación y por las ganas de querer construir algo. En mi caso, lo típico, te haces autónomo, empiezas a trabajar y se te monta un follón porque piensas que lo importante es la parte creativa y hay que constituir sociedades, gestionarlas, etcétera.

Tienes que incidir mucho en no parar de crear pero siempre, claro, sin olvidar la gestión, que es lo que te puede llevar al éxito o al fracaso de un proyecto empresarial. Por lo tanto, tienes que estar también con todas las cosas menos bonitas, digamos, del día a día de una empresa como los impuestos, los recursos humanos, etcétera.

Nosotros nacimos como servicio de producción de cine, pensando que el cine podía ser una oportunidad cuando, en realidad, de cada diez películas que se estrenaban en el cine en esa época solo una era española. El cine americano estaba en todo su esplendor. En España había mucha película subvencionada y no teníamos mucha salida por ahí.

Domingo Merlín posa junto a una decoración de Imagine.

Domingo Merlín posa junto a una decoración de Imagine. Carlos Díaz

Empezamos a trabajar entonces con los centros comerciales. Estaban invirtiendo en programas de animación y podíamos darle servicio generando productos de arte y cultura. Empezamos a trabajar con el centro comercial Plaza Mayor, que justo acababa de aterrizar en Málaga. Fuimos la primera empresa. Estuvimos desarrollando todo el plan de marketing y al ser un espacio abierto incidimos mucho en la creación de eventos con la cultura y el arte como base. Hicimos concursos de pintura en las vacas o un festival de cortometrajes muy exitoso que llegó a tener la participación de 900 cortos internacionales.

¿Cómo da el salto internacional?

Estuvimos haciendo acciones por toda España con todas las marcas líderes que hay en los centros comerciales e incluso ganamos algún premio internacional de estrategia. Empezamos a diversificar haciendo eventos también para ayuntamientos y para el sector privado, organizando actos privados de alto standing.

En 2012 hicimos la producción de un concierto de música bastante importante con David Guetta. Se llamó Málaga Summer Festival en el estadio de atletismo de Málaga. Fue un gran salto en cuanto a generar una gran producción, pero también un gran fracaso porque no vendimos las entradas que esperábamos y perdimos bastante dinero.

Eso nos hizo reinventarnos y tener claro que teníamos que crear productos propios. Había estado viendo varios circos como el Circo del Sol y otras compañías que me habían llamado mucho la atención y siempre quise crear un espectáculo que tuviese todos esos ingredientes. Danza y acrobacias con una narrativa.

Fundamos la compañía Cirque des Sens y en 2014 creamos nuestro primer espectáculo, al que llamamos Aihua. Empezamos a hacer ensayos con público en Marbella para que nos sirviera de prueba. Elegimos Marbella porque era un escaparate internacional. Nos visitó gente de todos los países y un día vino un miembro de la familia real Saudí. Nos comentó que el gobierno saudí tenía un plan de apertura, que querían importar espectáculos de Occidente y nos ofrecieron la posibilidad de llevarlo a Arabia Saudí.

La ignorancia es muy atrevida. Queríamos dar un salto internacional y pensábamos que no había que tener miedo. Dijimos que íbamos. Lo que pasa es que era 2014 y el plan de apertura empezaba en 2016, por lo que parecía que el momento nunca llegaba.

Mientras tanto estuvimos en el teatro Calderón de Madrid e hicimos una gira por teatros de España con mucha acogida. Nos decían que éramos el Circo del Sol español. Hay que reconocer que el Circo del Sol marcó una nueva era en el circo, un circo sin animales, apostando por la calidad de los espectáculos.

En 2016 nos volvieron a llamar de Arabia para hacer el espectáculo allí. Estábamos con la gira en España, pero nos entró ese veneno del emprendedor de ir un poco más allá, esa adrenalina de llegar más lejos. Eso es lo que nos hizo ir a Arabia. Un país donde la música no estaba permitida y donde no existían los espectáculos. En nuestros primeros espectáculos estaban separados los solteros de los casados con sus familias… Estaba todo por descubrir. No llevamos Aihua porque teníamos mujeres en el escenario y no estaba permitido allí todavía. Por suerte Arabia ha evolucionado mucho en los últimos años y es mucho más abierto.

"En Arabia Saudí hemos hecho de todo. Organizamos incluso unas Fallas como las de Valencia. Fue una locura. Llevamos espectáculo de caballos, grandes producciones de videojuegos, organizamos el día de la Fundación de Arabia Saudí con más de 3.500 actores, con 400 caballos… Grandes producciones que aquí jamás hubiéramos podido hacer"

Fuimos con el espectáculo Kibai, que creamos especialmente para Arabia. Íbamos con ese miedo de si gustaría o no y de cómo reaccionaría la gente. Hicimos una primera gira de 20 espectáculos y fue todo un éxito.

Vieron que teníamos también experiencia y conocimiento para crear cualquier tipo de evento y nos pidieron que colaborásemos con ellos en la organización del primer Día Nacional de Arabia Saudí, con pasacalles, desfiles y música. Se hizo en la avenida Tahlia, una de las avenidas más importantes de Riad. Se congregaron allí más de 200.000 personas y fue un éxito.

A partir de ahí no dejamos de hacer cosas allí. Organizamos incluso unas Fallas como las de Valencia en Arabia. Fue una locura. Llevamos espectáculo de caballos, grandes producciones de videojuegos, organizamos el día de la Fundación de Arabia Saudí con más de 3.500 actores, con 400 caballos… Grandes producciones que aquí jamás hubiéramos podido hacer.

¿Cómo fue la vuelta a España?

Seguíamos trabajando en España, pero muy poco porque el mercado de Arabia estaba en ebullición y todo lo que éramos capaces de crear o producir nos lo compraban allí. Estábamos asentados allí hasta que en 2019 se anuncia la celebración de los Premios Goya en Málaga.

Un momento de la entrevista.

Un momento de la entrevista. Carlos Díaz

Nosotros estábamos ya bastante relacionados con el sector cinematográfico y nos ofrecieron la posibilidad de producir y hacer toda la adaptación del Palacio de Deportes José María Martín Carpena en colaboración con la Academia y el Festival de Cine de Málaga. Después de todo lo que habíamos hecho en Arabia, nos picaba el gusanillo de venir a Málaga y dijimos que sí.

Hicimos los Goya, trabajamos codo con codo con la Academia y el Festival de Cine de Málaga y fue muy satisfactorio. Nos empezaron a llover muchos proyectos internacionales y justo un mes después llegó el Covid.

Se le paralizaría el cuerpo con la incertidumbre.

Los Goya fueron en enero del 2020, en febrero fui a Arabia a cerrar un montón de proyectos y cuando volví a Málaga para organizar equipos y demás llega el Covid y ves que esas pizarras que tenía llenas de proyectos empiezan a cancelarse e incluso no puedes ni viajar.

Le pilló en Málaga entonces.

Sí, me quedé pensando que el mundo se iba a acabar y sin saber qué iba a ocurrir. Entras en shock al ver las imágenes de los aeropuertos vacíos. Vienes de pasar una época de esplendor en Arabia en 2019 con todo tipo de producciones multitudinarias y, de repente, te quedas en tu casa.

Eso me hizo reflexionar todo. Siempre tenía la inquietud y tenía la espinita dentro de poder transmitir a los jóvenes toda mi experiencia, de animarles a ser emprendedores, que podían creer, soñar, que hay oportunidades en esta industria. Gracias a esta industria pudimos estar todos mucho más entretenidos con las plataformas de contenido.

No podía ser que se parase todo. Tenía que volver todo a la normalidad. El ser humano iba a necesitar la cultura y el entretenimiento, que le transmitamos las emociones.

Una persona me dijo que tenía el mismo discurso de Antonio Banderas y que deberíamos encontrarnos.

¿No se conocían?

Le conocí una vez en 2004 en Plaza Mayor cuando inauguró el entonces establecimiento de La Posada de Antonio. Comimos juntos y le conté mi proyecto de Merlín. Pero yo era un chico que estaba empezando y Antonio era el súper actor de Hollywood. Había mucha diferencia de dónde estaba él y dónde estaba yo.

Pero recuerdo que ese día llegué a mi oficina y le dije a mi equipo que tenía una sensación rara. Que algún día Antonio y yo nos volveríamos a encontrar y haríamos algo juntos. Fue curioso porque el día que salió en prensa nuestro proyecto común de Sohrlin, gente que ya no trabaja conmigo me dijo que se acordaba de aquel día que dije eso.

"Sohrlin es un proyecto del Covid. Como ni Antonio (Banderas) ni yo estábamos viajando no paramos de quedar para comer, para tomar café y echar mañanas intensas para ver cómo sembrar esa semilla"

¿Cómo fue entonces ese reencuentro con Antonio Banderas?

Un día nos tomamos un café y empezamos a dibujar, creer y soñar con un proyecto conjunto desde Málaga para el mundo. Queríamos poner en valor la formación, cómo queríamos crear, producir, exhibir y cómo poder poner toda nuestra experiencia y red de contactos para ir al resto del mundo.

Ahí se empezó a dibujar el proyecto Sohrlin. Es un proyecto del Covid. Como ni Antonio ni yo estábamos viajando no paramos de quedar para comer, para tomar café y echar mañanas intensas para ver cómo sembrar esa semilla.

Y empiezan a intentar darle forma a ese sueño.

Antonio seguía saliendo a rodar al extranjero y yo intentaba recuperar mercado en Arabia. Málaga tiene carencia de suelo. Hacer el proyecto con concursos públicos o concesiones era bastante lento para los dos. Es verdad que siempre el alcalde, Francisco de la Torre, cuando supo de nuestro interés, estuvo por la labor de apoyar nuestro proyecto, pero nosotros necesitábamos ir más rápido. Y entonces pensamos en buscar un espacio privado para ir sembrando esa semilla.

A partir de ahí empezamos a buscar espacios privados. Un amigo me habló de unas naves en la Térmica, pero me dijo que eso no lo íbamos a querer para nada porque era un silo lleno de grano y que igual lo echaban abajo. En cualquier caso, pensé en ir a verlo.

Al entrar por una puerta de la calle Nereo, aquello estaba lleno de grano, todo sucio… Pero miré a las ventanas de arriba y vi la luz que entraba en el espacio, cómo estaba construido, la fuerza arquitectónica de sus columnas. Impresionante. Es como si me atrapara. Llamé a Antonio corriendo. Nos pasó lo mismo y dijimos “a ver si estamos locos los dos”. Pero cuando hay dos locos soñadores, los dos nos encendemos rápido. Nos fuimos engatusando el uno y el otro, emocionándonos.

Domingo Merlín nos explica una fotografía histórica de empleados en la fábrica que había hace décadas donde ahora está Sohrlin.

Domingo Merlín nos explica una fotografía histórica de empleados en la fábrica que había hace décadas donde ahora está Sohrlin. Carlos Díaz

Al principio eran solo las naves y luego vimos también la opción de coger el edificio. Llamaba a Antonio, que estaba en cualquier parte grabando, y me decía “contigo al fin del mundo, haz lo que tengas que hacer”. Nos fuimos enamorando del proyecto y dibujándolo.

Pero había que luchar con los plazos, los tiempos. Yo en Arabia, venía pero no avanzábamos con los permisos, etcétera. Al final te dabas cuenta de que o te quedabas en Málaga un tiempo o era imposible. Decidí dejar Arabia y apostar por este proyecto, por Málaga y por Andalucía. Y me empleé a fondo para hacer lo que hoy en día es Sohrlin.

Con todo el ímpetu y todo el esfuerzo, tanto por parte de Antonio como el mío, empezamos a construir todo esto.

¿Qué es Sohrlin exactamente?

El ejemplo de lo que es Sohrlin es Imagine. Es su primera producción. Llega en 2023, en plena construcción y elaboración de Sohrlin. Es un proyecto de entretenimiento cultural, porque es mucho más rico y más enriquecedor. Si unimos la palabra entretenimiento con cultura es algo mágico y es una gran industria.

Sohrlin es un proyecto de emprendimiento, de 360 grados de la industria porque tiene formación, creación, producción, exhibición y distribución. Imagine tiene todos los ingredientes de esas cinco áreas.

¿Qué formación ofrece Sohrlin y cómo se pueden apuntar las personas interesadas?

Damos formación en los oficios de la industria, que no están reglados. Hay cursos de técnicos de sonido, iluminación, etcétera pero no existe una formación reglada con lo que tiene que ver con la regiduría o con otros oficios de las propias artes escénicas.

Nosotros estamos en esa búsqueda en la formación, en conseguir esa regulación de todos los oficios. Comenzamos en noviembre del año pasado con un máster de regiduría, aunque hemos tenido también masterclass. En ese máster empezamos con un grupo reducido de alumnas y parte de ese grupo está ya trabajando con nosotros en nuestro proyecto de Imagine. Por lo tanto, cumplimos otro de nuestros objetivos que no es solo dar la formación sino ayudar a los alumnos a encontrar una salida profesional y laboral no solo aquí en Málaga.

Comenzamos también ahora en septiembre un Máster de Maquillaje, en el que ya hay alumnos matriculados. De nuevo el Máster de Regiduría, un Máster de Escenografía, otro de video mapping y creación de contenido visual. Tenemos también de iluminación, sonido…

¿Cuántas plazas hay?

Son cursos reducidos. No van a tener más de 15 alumnos. Lo idea es entre 7 y 10. Lo más importante en nuestra formación no es la teoría sino la práctica, estar en contacto constante con el medio y la industria. Los alumnos desde el primer día usan el auditorio o la blackbox y ven lo que es un regidor, un maquillador o un iluminador de un espectáculo.

Por otra parte, somos pioneros en el tipo de formación de circo que vamos a dar aquí en Sohrlin. Tenemos una escuela que está muy bien equipada y la suerte de contar con una compañía de circo dentro del proyecto.

Me gustaría comentar el origen de la palabra Sohrlin. No se le puede ocurrir a otra persona que a Antonio. Después de pensar en más de 100 nombres Antonio unió su empresa Soho y la mía de Domingo Merlín, creando Sohrlin. Lo digo porque este proyecto cuenta con un teatro, una compañía teatral, una compañía de circo y una productora y eso es lo que da contactos y experiencias para que el alumno pueda estar dentro de la industria.

¿Hay algún proyecto similar en España o Europa?

No. Solo por hablar del espacio Sohrlin tenemos casi 10.000 metros cuadrados con espacio de creación, de entrenamiento, de eventos, el auditorio, multidisciplinares para conciertos o exposiciones inmersivas de última generación, un edificio con varias aulas para dar clases y una residencia en el que hay alumnos o artistas que están viviendo aquí. Yo creo que con las mismas características que Sohrlin no hay ningún otro espacio en el mundo.

Y lo quisieron hacer en Málaga.

Málaga está muy bien comunicada con el mundo. En Sohrlin tenemos un aeropuerto internacional a diez minutos, la estación de tren de alta velocidad a otros diez minutos, a 15 minutos el centro de la ciudad… Sohrlin es un proyecto internacional y pensamos que va a ser un referente.

Hemos recibido ya visitas de grandes directores, creadores, escenógrafos o artistas del Circo del Sol y te definen las instalaciones como únicas en el mundo. Otras compañías tienen grandes centros de producción en otras partes del mundo con salas de ensayo y platós, pero no tienen, por ejemplo, nada de formación o nada de creación. Otros solo exhiben, pero ni crean, ni forman ni producen.

Creo que Sohrlin en los próximos años se va a quedar pequeño y habrá que ampliar el proyecto, El sueño de Antonio y mío es que sea un referente no solo local y nacional sino internacional.

Ahí tenemos la suerte de que Antonio Banderas es un altavoz y nos da mucha visibilidad en el mundo. Queremos que la gente venga a formarse, crear, coproducir o exhibir. No vamos a crear solo producciones propias sino que queremos nutrirnos con todo lo que se está haciendo en el resto del mundo. Nos vamos a hermanar con otros espacios y hacer proyectos de forma conjunta con otros creadores y compañías internacionales.

Queremos hacer un mundo más rico en entretenimiento a través de la cultura y el arte y que esto pueda seguir siendo una gran industria.

¿Hasta cuando se podrá ver Imagine en Sohrlin?

Eso lo decide el espectador. La venta de entradas está abierta hasta el 27 de julio, aunque es cierto que tenemos muchas peticiones de gente que vienen a Málaga en agosto o septiembre y quieren ver el espectáculo. Estamos valorando poder extenderlo.

"Nos preguntan si llevaremos Imagine a Madrid o Barcelona y ahora mismo no entra dentro de nuestros planes. Nuestra idea es que se quede aquí en Málaga y que la gente que quiera ver Imagine venga a Málaga"

Imagine puede convivir perfectamente con otros proyectos que se desarrollan en Sohrlin. Mientras haya espectadores que quieran seguir viniendo a ver Imagine, esa vida de perseguir los sueños que tanto tiene que ver con la vida de Antonio y con la mía, nos gustaría que siguiera.

En cualquier caso, nos gusta que Imagine esté en Málaga. Nos preguntan si lo llevaremos a Madrid o Barcelona y ahora mismo no entra dentro de nuestros planes. Nuestra idea es que se quede aquí en Málaga y que la gente que quiera ver Imagine venga a Málaga y disfrute de la Málaga cultural, de nuestra gastronomía, de nuestra oferta turística y que además vea Imagine. Que alguien venga un día o un fin de semana, se tome un espeto de sardinas en la playa, vea algún museo, nuestra obra y vuelva a su ciudad porque estamos muy bien comunicados.

Queremos que Sohrlin sea parte de esa locomotora de la industria cultural de Málaga.

¿Qué perfil de espectadores están teniendo?

Pues nacional e internacional. El otro día me vino un padre con su hija, me dijo que le había encantado Imagine. Me hizo mucha ilusión porque no hablaban apenas español, eran personas con un apartamento en la costa que habían venido a Málaga, vieron la publicidad en el aeropuerto, compraron la entrada, pillaron un Uber y se vinieron.

Me llamó mucho la atención. De hecho estamos pensando hacer una campaña más dirigida al turismo. En el aeropuerto, en la estación, con mensajes muy dirigidos también al turismo.