Pelea entre traficantes de droga en la puerta del parking de un supermercado en Málaga.
Crecen las traiciones entre grupos criminales y acaban en tiroteos como el ocurrido en un supermercado en Málaga
El pasado 10 de mayo dos bandas iban a intercambiar droga y dinero en el parking de un súper en la calle Gerona de Málaga. Unos intentaron estafar a otros y un hombre recibió dos balazos.
Más información: El crimen organizado ya utiliza drones con explosivos en Europa: están vinculados con la Costa del Sol
Un sábado, pasadas las seis de la tarde, el aparcamiento del supermercado LIDL en la calle Gerona de Málaga no parece, a priori, el lugar más discreto para cerrar un trato relacionado con el narcotráfico y el crimen organizado. Menos aún si una de las partes tiene la intención de tenderle una trampa a la otra.
Ese fue el escenario del último tiroteo en la provincia de Málaga, un tipo de suceso que, lamentablemente, ya no sorprende por su frecuencia. En apenas mes y medio se han registrado siete tiroteos, al menos los que han trascendido públicamente. Con seguridad han sucedido otros que se enmarcan en vuelcos de drogas entre grupos criminales que ocurren en zonas remotas o que nadie denuncia por motivos obvios.
Este último caso del 10 de mayo se enmarca en una dinámica creciente de traiciones entre grupos criminales. Según las primeras investigaciones, una de las partes implicadas sustrajo una mochila —presumiblemente con fajos de dinero o drogas— y emprendió la huida. Una de las víctimas del robo resultó herida de bala. El caso está siendo investigado por la UDYCO (Unidad de Drogas y Crimen Organizado), lo que da una idea de la magnitud del asunto.
En el mundo del crimen organizado, como en cualquier negocio ilícito, hay un momento especialmente delicado: el del cobro. La falta de pago, o incluso un simple retraso, puede desencadenar violencia. Y eso fue, precisamente, lo que ocurrió el pasado sábado. Uno de los grupos fue víctima de una estafa conocida como Rip Deal, una modalidad de engaño en la que se promete un intercambio ventajoso —en este caso, una gran cantidad de estupefaciente a cambio de dinero— que nunca llega a concretarse. En lugar de obtener la droga prometida, les arrebataron el dinero y dejaron tras de sí un reguero de violencia.
El intercambio acabó con entre cuatro y cinco detonaciones dentro del aparcamiento. Un hombre recibió dos impactos de bala, mientras su compañero forcejeaba con los estafadores en un intento por recuperar la mochila robada. La escena concluyó con una huida precipitada por parte de todos los implicados.
Instantes después del tiroteo, se produjo un forcejeo entre víctimas y atracadores a la salida del parking, en la calle San Salvador. Un testigo grabó el momento: en las imágenes, difundidas en redes sociales, puede verse a una de las víctimas ya sin camisa, intentando evitar que se llevaran la mochila. Durante ese forcejeo cayeron varios fajos de billetes, que una de las víctimas logró recuperar antes de huir.
Esa fue la última imagen registrada en el vídeo, una muestra más del nivel de violencia y descontrol que puede llegar a tener criminalidad en la Costa del Sol. En el asalto intervino una moto con un piloto y acompañante que iban completamente tapados y otro coche que salió por patas con su mochila. Ahora queda por ver si las víctimas van a colaborar para resolver esto, la experiencia de este tipo de delitos nos dice que la Policía tendrá que esperar sentada.
Secuestros cryptos
Desde hace al menos un par de años, las personas que han acumulado fortunas gracias a las criptomonedas se han convertido en objetivos prioritarios de bandas de secuestradores. En la Costa del Sol se han registrado al menos dos casos conocidos que fueron resueltos por las autoridades.
En 2024, un grupo criminal mantuvo secuestrado durante más de 20 días a un ciudadano sueco, exigiendo un rescate de 500.000 euros en criptomonedas. Fue liberado por agentes de la Policía Nacional en una vivienda de Fuengirola. Este fue el primer caso de gran relevancia vinculado a este tipo de delincuencia en la región. Poco después, en San Pedro de Alcántara, miembros del GOES (Grupo Operativo Especial de Seguridad) rescataron a un ciudadano británico que había sido engañado por compatriotas que le propusieron un falso negocio relacionado con criptomonedas. En realidad, solo buscaban robarle.
Intento de secuestro a la hija de un empresario de criptomonedas en Francia.
En Francia, este fenómeno también ha generado alarma. En 2024 se han registrado cuatro casos. Uno de los más notorios ocurrió en enero, cuando la localidad de Vierzon fue completamente acordonada durante varias horas ante la sospecha de un secuestro. La víctima era David Balland, cofundador de la empresa Ledger, especializada en carteras frías de criptomonedas.
Balland y su pareja fueron secuestrados por un comando que incluso llegó a amputarle el dedo meñique de la mano izquierda. El GIGN, unidad de élite de la Gendarmería francesa, irrumpió en varias viviendas utilizadas como pisos francos hasta lograr su liberación. Durante 48 horas, los medios de comunicación franceses guardaron silencio a petición expresa de las autoridades, ya que la vida de Balland corría serio peligro.
El uso de criptomonedas para el blanqueo de capitales provenientes de actividades delictivas ha permitido a ciertos grupos criminales acceder a información sobre personas ajenas al crimen organizado, pero que pueden facilitar el acceso a grandes sumas de dinero.
El caso más reciente ocurrió el pasado 13 de mayo, en la calle Pache del Distrito XI de París. Un grupo armado intentó secuestrar a la hija de un directivo de una empresa dedicada a la compraventa de criptomonedas. El intento falló gracias a la intervención improvisada de un transeúnte que utilizó un extintor, provocando la huida de los delincuentes. Afortunadamente, no parecían tener experiencia profesional en este tipo de acciones. No se ha informado sobre la empresa del padre de la víctima. Lo que sí parece seguro es que el mundo empresarial relacionado con las criptomonedas próximamente necesitará escoltas puntualmente porque estos secuestros serán más constantes.