Un momento de la IV Jornada de Branding en La Noria.

Un momento de la IV Jornada de Branding en La Noria. Amparo García

Málaga

Los proyectos de La Noria para mejorar la sociedad en Málaga: desde criar caracoles a nodos innovadores

La vicepresidenta segunda de la Diputación, Natacha Rivas, el delegado de la Fundación La Caixa en Andalucía, Juan Carlos Barroso, la técnica de inserción sociolaboral de Fundatul, Lola Alcántara, y el alcalde de Benarrabá, Silvestre Barroso, participan en la IV Jornada de Branding de EL ESPAÑOL de Málaga y la Diputación.  

14 enero, 2023 05:00
Málaga

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¿Cómo fomentar el emprendimiento en las zonas rurales y evitar la despoblación? ¿Cómo ayudar a los colectivos desfavorecidos a poder tener un futuro en el ámbito laboral? ¿Es rentable invertir en innovación social? Muchas de estas preguntas se pusieron ayer sobre la mesa en la IV Jornadas de Branding organizadas por EL ESPAÑOL de Málaga y la Diputación de Málaga que tuvieron lugar en el Centro de Innovación Social La Noria y que contaron con la participación de Natacha Rivas, vicepresidenta segunda y diputada de Innovación Social y Atención al Despoblamiento de la Diputación de Málaga; Juan Carlos Barroso, delegado de la Fundación “la Caixa” en Andalucía; Lola Alcántara, técnica de inserción sociolaboral en Fundación Tutelar y de Asistencia Personal (Fundatul); y Silvestre Barroso, alcalde del ayuntamiento de Benarrabá. 

La primera pregunta era obligada, porque todo el mundo sabe lo que significa innovación y lo que significa social, pero la unión de ambas genera más dudas que Rivas despejó rápido. "Se trata de buscar soluciones diferentes a los retos que tiene nuestra provincia, hay problemas de los que llevamos años hablando y muchas veces lo más sencillo es lo que más funciona", apuntó. La diputada señaló que el reto es que "la innovación se convierta en emprendimiento y se pueda vivir de ello" y precisó que "estamos inmersos en la inversión de impacto porque Málaga no solo debe ser atractiva para la inversión en tecnología sino también para dar un impulso a proyectos sociales".

La Noria cumple este año su primera década de vida y, para llegar a los mayores rincones posibles, tiene que apoyarse en aliados. Uno de los más importantes es la Fundación La Caixa, que aporta cada año 300.000 euros para apoyar a unos 22 proyectos. En estos diez años, esta fundación ya ha aportado 2,5 millones de euros y ha colaborado con 158 iniciativas de innovación social. "Ha sido una sintonía perfecta con La Noria, empoderamos a las entidades sociales y las ayudamos a profesionalizarse y estamos trabajando en retos de forma conjunta como la lucha contra la despoblación, desarrollar el talento en los municipios, atraer nómadas digitales a los pueblos y generar oportunidades para los colectivos más vulnerables, que tienen menos recursos en los municipios pequeños que en las grandes ciudades", explicó Juan Carlos Barroso. 

Un momento de la jornada.

Un momento de la jornada. Amparo García

Como comentó el delegado de la Fundación La Caixa en Andalucía, hay 158 proyectos en marcha con los que están colaborando y, entre los últimos, destacó la creación de la primera escuela de agroecología junto a la asociación Estiércol, varios proyectos de inserción laboral ligados al mundo de la ganadería y de la cabra malagueña, o el programa Entre Costuras 3.0 que quiere recuperar el pasado textil de la provincia y generar nuevos negocios, especialmente entre las mujeres. 

Para entender qué es la innovación social y los proyectos que se apoyan desde La Noria lo mejor es poner ejemplos concretos y pudimos analizar dos muy curiosos de Fundatul y el ayuntamiento de Benarrabá.

Cultivo de caracoles por personas con diversidad funcional

Si le dicen la palabra helicicultura probablemente no sepa lo que es. Pero si le dicen cultivar caracoles la cosa cambia. Y eso es lo que está haciendo la Fundación Tutelar y de Asistencia Personal (Fundatul), que trabaja en la integración sociolaboral de personas con diversidad funcional. 

Lola Alcántara es trabajadora social en esta fundación y explicó claramente cuál es la labor de este tipo de entidades. "Cuando se acaba la etapa escolar, a los 16 años, hay un vacío. Las personas siguen estudiando o se ponen a trabajar pero en el caso de las personas con discapacidad no existe un ente específico que las cualifique al ritmo que necesitan y con las herramientas específicas para que puedan desenvolverse en el ámbito laboral. Ahí está Fundatul, una entidad sin ánimo de lucro que lleva unos años presentando proyectos en La Noria", expuso. 

Lo de los caracoles, dijo, "fue una idea innovadora porque no había en la zona ninguna granja de caracoles y hay mucha importación de estos animales". La asociación Líbero les cedió un espacio en un rancho en Cártama para una experiencia piloto y han empezado a criar caracoles con la ayuda de una veterinaria especializada. "Cada vez acuden más personas con discapacidad que quieren participar. En un principio eran las del Valle del Guadalhorce, pero ahora vienen también de Marbella, Monda, Ojén, Alozaina…", detalló Alcántara. Suelen ser personas con discapacidad intelectual y les forman en buscar empleo por internet o gestionar la granja de caracoles, así como hacen especial hincapié en fomentar su capacidad de comunicación y su autoestima.  

Lola Alcántara en su intervención.

Lola Alcántara en su intervención. Amparo García

Tienen clientes en cartera, pero todavía no pueden comercializar los caracoles que están criando porque necesitan un permiso administrativo que pidieron en marzo de 2022. Casi un año después siguen sin respuesta, por lo que parece que hay más caracoles -por su lentitud- en algunas administraciones que en la propia plantación.  Ahora les han cedido un espacio en Pizarra y confían en poder seguir con el proyecto.

A esta jornada asistieron 60 alumnos del Instituto de Educación Secundaria Ben Gabirol, entre otros invitados, y Alcántara les animó a que trabajen con personas con diversidad funcional, como voluntarios o como profesionales, porque "es muy gratificante". "Estas personas generan cohesión, muy buen ambiente laboral y te quitan el mal genio porque desde que entran por la mañana te están dando cariño", dijo la técnica de Fundatul ante el aplauso de los presentes. 

Un nodo de emprendimiento en un edificio de 1700 en Benarrabá

El segundo ejemplo sobre innovación social lo puso el alcalde de Benarrabá, Silvestre Barroso. En esta pequeña localidad de menos de 500 habitantes La Noria ha instalado uno de sus nodos -tiene otros en Vélez, Marbella, Gualdalhorce y habrá otro en Rincón- donde se reúnen emprendedores para generar proyectos sociales, digitales y tecnológicos involucrando y generando alianzas con las entidades sociales del territorio, a la vez que se defiende la cultura y las tradiciones de Benarrabá junto a la Asociación Veracruz. 

Barroso se mostró orgulloso de que Benarrabá albergara el primer nodo rural de la provincia -situado además en un edificio singular de 1700- y animó a los jóvenes y no tan jóvenes a que prueben la experiencia de vivir y trabajar en los pueblos "porque hay un montón de oportunidades que muchas veces no se ven". "Les animo a que prueben, un mes, tres meses, a que desarrollen un proyecto, a que convivan con la gente", resaltó el alcalde, quien destacó que ya hay personas que están regresando al municipio con proyectos bajo el brazo y que incluso se está promoviendo la creación de videojuegos desde la localidad. 

Vivir y trabajar en los pueblos

Frenar la despoblación es una de las principales tareas en las que está inmersa la Diputación de Málaga y Natacha Rivas recordó que están haciendo diversas campañas para atraer tanto a los que se fueron como a personas que siempre han vivido en ciudades y que quieren tener nuevas experiencias. No obstante, Rivas reconoció que "no todo el mundo vale para vivir en un pueblo y por eso hemos hecho proyectos de acompañamiento a las familias para que se adapten y se enamoren del pueblo, que hagan comunidad y se sientan uno más". Sobre los nativos, Rivas explicó que hay que desterrar de una vez esa idea de "estudia para poder irte fuera del pueblo" y apeló al orgullo de ser de un municipio pequeño y a la necesidad de poner en valor el trabajo que se hace en el campo. 

Natacha Rivas y Juan Carlos Barroso.

Natacha Rivas y Juan Carlos Barroso. Amparo García

"Desplazarse a vivir a un pueblo no es fácil. Es muy tranquilo y te puedes cansar de tranquilidad, pero hay cantidad de oportunidades para emprender negocios", insistió el alcalde de Benarrabá. Por su parte, el delegado de la Fundación La Caixa en Andalucía, Juan Carlos Barroso, precisó que "fondos para hacer proyectos sociales en los municipios hay. Hay que tener una buena idea, el compromiso de mejorar la sociedad y dedicarle tiempo y cariño".