Imágenes de las cámaras de seguridad de diferentes farmacias de Vallecas captando a personas robando.

Imágenes de las cámaras de seguridad de diferentes farmacias de Vallecas captando a personas robando. Cedidas

Sociedad

Búnkeres y botón del pánico en farmacias de Vallecas contra los robos: "Pusimos un cuarto blindado tras el mostrador"

Los farmacéuticos del barrio afirman que los hurtos son "diarios" y las denuncias "no sirven para nada".

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Cristales blindados, cámaras de seguridad por todas partes e, incluso, una sala 'búnker' cerca del mostrador. Podría parecer un banco, pero no. Esa es la realidad de las farmacias de Vallecas en Madrid.

"Nos roban todas las semanas", dice Javier de Medrano, dueño de uno de los establecimientos. Lleva desde enero regentando su farmacia ubicada en el barrio de Portazgo del distrito de Puente de Vallecas. Asegura que es una práctica que no ha cesado en todos estos meses, aunque estos últimos del verano se ha acrecentado.

Con él coinciden tanto Rosalía Gozalo como Rosa Rubio. Ambas propietarias también de dos farmacias de la zona. A la de Gozalo, sin ir más lejos, le intentaron entrar dos veces por la noche este verano, cerca de las seis de la mañana.

"En las imágenes que pudimos visionar se ve como intentan levantar el cierre apalancándolo con un cubo de hierro lleno de hormigón con la intención de que quedara bloqueado y poder pasar reptando por debajo". Pero el cierre cayó y, al no conseguirlo, intentaron volver a repetir la operación con otros elementos a las 48 horas.

"Nosotros ya nos habíamos movilizado: habíamos reparado el cierre rápidamente y lo reforzamos con anclajes laterales", explica Rosalía, cuya farmacia se encuentra en el Ensanche, dentro del distrito de Villa de Vallecas.

Y es que, afirman, son "unas 70 farmacias" en la zona y "no se libra nadie". De hecho, cuentan que tienen un grupo donde se avisan unos a otros cuando les ocurre alguna de estas situaciones. 

Según los últimos datos (del mes julio) del Ayuntamiento de Madrid con las actualizaciones que realiza la Policía Municipal, el distrito que más delitos recoge después del Centro es Puente de Vallecas (con 175), una de las zonas afectadas.

"1.500 euros en hurtos"

Los robos con fuerza son los que requieren de instrumentos como los que usaron en la farmacia de Rosalía, que en sus 30 años de trabajo en el comercio ha vivido situaciones parecidas: "Nos encontramos una vez encerradas en una farmacia que no tenía salida, con encapuchados que venían a robar". En aquel momento, abría las 24 horas.

"A partir de ahí pusimos un cuarto blindado pegado al mostrador. En caso de que nos encontremos con una cosa así, podemos encerrarnos en un sitio seguro", afirma.

Pero no es la única medida que han tomado. Al ver que la situación se repite, han doblado el número de cámaras (hasta 16) e instalaron un botón del pánico conectado directamente con la policía.

"Además, el cierre tiene un bloqueo que es imposible levantar. Ahora hemos puesto otro sensor más, de forma que en cuanto intentan meter los dedos por debajo del cierre para levantarlo, salta la alarma. Y cuando alguien se acerca a la puerta de acceso por la noche, se enciende un foco de luz", enumera Rosalía.

Una persona robando un producto en una farmacia de Vallecas.

Una persona robando un producto en una farmacia de Vallecas. Cedida

En este tipo de robos, el problema actualmente reside en los desperfectos que dejan, porque normalmente no consiguen llevarse nada. "Vienen buscando dinero", explica su compañera de profesión, Rosa, a la que también le entraron a mediados de agosto tras conseguir romper el cristal blindado con una alcantarilla. "Pero nunca dejo efectivo, así que no pueden llevarse nada. Dieron una vuelta y cogieron una caja, pero estaba vacía".

"Dejamos las cajas registradoras abiertas por si consiguen entrar que no arranquen los cajones. Porque nos generan un destrozo informático enorme que paraliza la actividad durante días", explica Rosalía.

Pero cuando estos ladrones sí consiguen llevarse cosas, es por el día. Con los hurtos, donde las medidas anteriormente mencionadas no les suponen ningún impedimento. "La desesperación es total y absoluta. Nosotros llevamos más de 1.500 euros en hurtos este año", cuenta Javier.

Rosa es la responsable desde hace 14 años de una farmacia más pequeña, también en el Ensanche de Vallecas. En su caso, para asegurarse, cierra las puertas de modo que los clientes para entrar tienen que tocar al timbre. "Aun así, lo consiguen. Se esconden detrás de los expositores".

Imagen de cámara de seguridad de una mujer metiéndose en el bolso productos robados en una farmacia de Vallecas.

Imagen de cámara de seguridad de una mujer metiéndose en el bolso productos robados en una farmacia de Vallecas. Cedida

"Hemos tenido que instalar sistemas de antenas anti hurtos ahora en agosto que nos han costado otros 2.000 euros de gasto. Se nos está haciendo un agujero muy gordo. Hemos cerrado el mes perdiendo mucho dinero", manifiesta Javier.

"Las empleadas tienen miedo de seguir trabajando aquí. Se genera una situación muy compleja en el negocio", agrega. En su caso, hace tan solo unos días, dos de sus trabajadoras tuvieron que salir corriendo para encararse con uno de los ladrones para que les devolviera los productos.

Cartel en la farmacia de Rosalía Gozalo.

Cartel en la farmacia de Rosalía Gozalo. cedida

"Uno me dijo directamente que no iba a dejar de robar porque ganaba muchísimo dinero. Que ganaba más que yo. Y que no le volviera a amenazar, porque iba a tener problemas", dice Rosa. "Yo he tenido situaciones de todo tipo: hubo una vez que los dejé encerrados dentro de la tienda hasta que me devolvieran todos los botes de leche que se habían guardado", añade Rosalía.

Lo que más se llevan, en estos casos, son cremas, cepillos eléctricos, cosméticos... En definitiva, artículos que se encuentran en los expositores. "Estas últimas semanas me han robado en cuatro movimientos 17 solares por valor de más de 400 euros", comenta Rosalía. En su opinión, se trata de compras a la carta: "Sabían perfectamente a por qué productos venían".

Denuncias

Según Javier, "la mayoría son toxicómanos". "Siempre son los mismos. Y todos vuelven, a nadie le hacen nada a pesar de denunciarles y estar fichados. Es un absoluto mamoneo de impunidad". 

Y es que afirman que "no sirven de nada" las denuncias contra ellos. "Es una pérdida de tiempo: ir a la comisaría, pasarme horas esperando a que me atiendan, esperar el juicio y luego que no se llegue a nada, porque resulta que el susodicho no ha aparecido. Él no tiene que perder nada porque no tiene nada. O bien no aparece porque no le da la gana o porque no han podido localizarle por no tener un domicilio", cuenta Rosalía. Por eso, algunos dicen que han dejado de denunciarlo.

Por su parte, desde la Policía Nacional aseguran que "no se tiene constancia de un aumento de robos en las farmacias en el distrito de Vallecas". "Se han realizado gestiones con la comisaría, no registrándose un aumento de denuncias relacionadas con farmacias y las que habían sido interpuestas eran hechos poco relevantes".

También el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM) ha declarado al respecto que "robos suceden de forma aislada de vez en cuando y se colabora con las autoridades al respecto".

Ante esto, Javier se ha llegado a replantear abandonar su negocio si no acaba la situación. Pero Rosalía lo tiene más claro: "Llevamos 30 años aquí. No nos vamos a mover. Lo que nos mata no es el miedo, lo que nos mata es la indignación. Esto no nos va a amedrentar. Mi labor como farmacéutica es atender a mis pacientes".