Pablo Faúndez García y un Ave de Renfe.

Pablo Faúndez García y un Ave de Renfe.

Sociedad

Pablo (26 años) se va de Madrid a Valladolid y hará viajes de ida y vuelta para ir a trabajar: "Hay bastante más calidad de vida"

EL ESPAÑOL de Castilla y León rescata el caso de este joven que ha decidido dar marcha atrás a su decisión tras algo más de un año viviendo en la capital.

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Madrid ha sufrido una gran transformación en los últimos años. La capital de España, históricamente, se ha concebido como una ciudad a la que miles de personas acudían cada curso en busca de oportunidades. Ya fueran de estudios o laborales.

Sin embargo, esa transformación, que no cesa, hace que todo se ponga más y más difícil en Madrid. Aunque muchos estudios indican que se trata de una de las ciudades de Europa y del mundo con mejor calidad de vida, lo cierto es que esto lo experimentan, sobre todo, los que llegan desde fuera.

Mientras tanto, una gran mayoría de españoles intentan como pueden capear el temporal con sueldos cada vez más congelados, pero con una escalada imperial en la subida de los precios. Sea en el ámbito que sea. Desde la cesta de la compra hasta el mercado de la vivienda.

Es por ello que en algunos territorios las tendencias están cambiando. Y uno de esos ejemplos es Valladolid. Por primera vez en muchos años, la capital vallisoletana recibe más personas que llegan desde Madrid que al revés. Es decir, se hace el camino inverso a lo que se hacía históricamente.

La gente ya no va a la capital de España a buscar oportunidades, sino que regresa a sus ciudades de origen porque es imposible aguantar el ritmo de una localidad que no espera a nadie. Es el caso de Pablo, cuya historia ha dado a conocer EL ESPAÑOL de Castilla y León.

Pablo se va de Madrid y vuelve a Valladolid

El caso de Pablo es muy parecido al que están viviendo en los últimos meses miles de personas en España. Antes, la tradición te decía que tenías que ir de las pequeñas a las grandes ciudades para buscarte un futuro. Sin embargo, ahora, el alto nivel de vida que hay en las capitales principales obliga a hacer el camino contrario.

Pablo Faúndez García nació en Valladolid en el año 1998. Como muchas otras personas de la ciudad del Pisuerga, siempre pensó que su vida, o al menos una primera parte de ella, estaría en una gran urbe como Madrid. Por ello, se marchó a ella a trabajar.

Sin embargo, tras un año y medio residiendo en la capital, asfixiado y agobiado por su ritmo a todos los niveles, ha decidido emprender el camino de vuelta. El motivo es que, tal y como él mismo explica, le compensa "por calidad de vida".

Ahora, su vida pasará por viajar de lunes a viernes de Valladolid a Madrid. Lo hará gracias a los bonos de Renfe, que le permiten hacer 50 viajes por 142,60 euros. Es decir, que cada visita a la capital solo se gastará 2,85 euros.

Para aquellos que van y vienen en coche a trabajar residiendo en Madrid, ya supondría un ahorro diferencial. Además, las buenas comunicaciones que hay entre ambas localidades hacen que en una hora se plante en la capital. Así vivirá en su casa, se ahorrará el alquiler y estará más cerca de su familia.

Este giro de 180 grados que ha dado a su vida tiene varias explicaciones. La naturaleza tan particular de su trabajo le da la posibilidad de llevar a cabo este cambio. "Lo que me permite llevar a cabo esta decisión es la flexibilidad horaria".

"Mi trabajo tiene unas condiciones muy buenas. Si no tuviera ese horario sería imposible". Además, casualidades de la vida, su oficina está a tan solo 15 minutos de la estación de Chamartín. Todos estos factores hacen que ir y venir sea una buena opción. Al menos a medio plazo.

De hecho, como para tantas otras personas, esta no es una cuestión nueva para él, ya que durante su primera etapa laboral ya estuvo haciendo exactamente este proceso. Pasó nueve meses yendo y viniendo antes de instalarse en la capital de España.

Sin embargo, los inconvenientes de una ciudad como Madrid le han terminado apagando su ilusión. Por un lado, las "largas distancias de comunicación". Por otro, los elevados precios de alquiler si quieres vivir solo o con una pareja o amigo. En su caso, vivía con cuatro personas más.

Y es que el tema de los precios es lo que más le ha empujado a tomar la decisión: "En Madrid son mucho más elevados, tanto para tomarte una caña como para hacer deporte. Una pista de tenis allí te sale por 16 euros por persona la hora, mientras que aquí son siete u ocho euros".

Por todo ello, Pablo ha decidido quedarse con una ciudad por la que además tiene un mayor arraigo: "Hay bastante más calidad de vida. Sobre todo teniendo un salario que no te permite quizás tener las posibilidades de generar un ahorro como en una ciudad mediana".

En este momento de su vida, ha elegido una calidad de vida que se traduce, sobre todo, en el ahorro. Sin embargo, no así en descanso. Por ello, no se ve haciendo esto "de por vida". Seguir este ritmo mucho tiempo sería "insostenible tanto por la falta de horas de sueño como si luego quieres formar una familia, ya que tienes cansancio acumulado y no puedes disfrutar de ella o hacer actividades". Su plan ideal es que su empresa le pueda trasladar pronto a Valladolid.

La amenaza del transporte

Después de mucho tiempo dándole vueltas, Pablo se ha decidido a dar un giro radical a su vida. Y aunque lo ve positivo en el presente, sabe que hay algunos inconvenientes que pueden amenazar su plan perfecto. El principal sin duda son los diezmados transportes.

"Habitualmente se pueden ver fallos", dice Pablo, sobre todo en puntos como Chamartín, que "ahora está en reformas y supongo que en el medio y largo plazo habrá menos". Uno de los inconvenientes de su nueva vida es que tiene que tener previsión para coger sus billetes.

Muchas personas hacen viajes parecidos y si no actúas con "organización" y "anterioridad" es "complicado", sobre todo comparado con los tiempos en los que utilizaba otras vías como el Metro de Madrid.

Y para los casos más extremos, reconoce que su trabajo y que su empresa le permiten pedir algún día de teletrabajo, de vacaciones o, llegado el caso, viajar en coche en poco más de dos horas cuando sea necesario. Sin embargo, ninguna opción es tan positiva como los bonos de Renfe.

"Sin los bonos seguramente no hubiera tomado esta decisión. Creo que favorecen bastante a que se pueda hacer el ida y vuelta y la comunicación Madrid-Valladolid". La mala noticia es que, salvo que el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible amplíe su vigencia, terminarán el próximo 31 de diciembre.

A pesar de que decisiones como esta puedan sorprender a muchas personas, para Pablo, analizando su situación y examinando pros y contras, es normal y casi obligada. "Poniendo una balanza, al final hay muchas más ventajas que desventajas".