La discoteca Fénix, en el distrito de Carabanchel.

La discoteca Fénix, en el distrito de Carabanchel. Jaime Susanna

Sociedad

La discoteca más odiada de Madrid: peleas, sexo en los portales y un asesinato

La madrugada de este martes, una multitudinaria pelea se saldó con 13 detenidos y 11 heridos. Todo empezó en la sala Fénix de Carabanchel. 

9 agosto, 2023 02:33

A los vecinos de la Avenida de la Emperatriz Isabel ya nada les sorprende. "Menos los martes que cierran, todos los días hay jaleo", afirma Enrique, en referencia a la discoteca que les amarga cada noche desde hace más de dos décadas. La sala Fénix se ha ganado a pulso mala fama en el entorno de la glorieta de Marqués de Vadillo (Carabanchel). El último episodio ocurrió la madrugada de este martes.

En torno a las cinco y media, la Policía Nacional recibió un aviso por una pelea que se estaba produciendo a las puertas de la discoteca. Tras un enfrentamiento inicial en la citada avenida, la riña se trasladó dos manzanas hasta la glorieta, dando paso a una batalla campal en la que volaron botellas.

Un total de 13 personas fueron detenidas y 11 resultaron heridas con cortes múltiples en la cabeza, cara, brazos y piernas, según informaron los servicios de Emergencias Madrid. Los detenidos tienen entre 30 y 20 años, según informan fuentes policiales a este periódico. Todos son de origen latinoamericano. 

[Batalla campal en Marqués de Vadillo: 11 heridos en una pelea a botellazos a la salida de un local]

Entre los atendidos había nueve chicos y dos chicas que pasaron por los distintos servicios sanitarios. Dos de las víctimas fueron dadas de alta en la propia glorieta de Marqués de Vadillo, mientras que nueve de los participantes en la reyerta tuvieron que ser trasladados al hospital. Además, en los alrededores se ha encontrado un cuchillo y no se descarta que se hubiera podido utilizar en la pelea.

La Policía Nacional todavía mantiene una investigación abierta para esclarecer las causas del suceso, aunque las fuentes consultadas apuntan a "un tema de celos". Esto casa con lo que vio Enrique, vecino de la calle, desde su ventana.

Una mancha de sangre en un portal cercano a la discoteca.

Una mancha de sangre en un portal cercano a la discoteca. Jaime Susanna

"Había una pareja gritándole a un chico, que si se había metido con su novia, que si era un chulo", explica este vecino. "Cuando me asomé a la ventana había dos policías de paisano y cuatro uniformados separando a la gente".

Un primer enfrentamiento a las puertas de la discoteca dejó a una persona herida. Todavía se pueden apreciar manchas a pocos metros de la entrada. "La pareja y sus amigos se fueron y el chico los siguió". Ahí empezó la segunda parte de la pelea, la más sangrienta. Los servicios de emergencia aseguran que la mayoría de las heridas provienen de cortes de botellas.

El asesinato de Sergio

Todo esto, en cambio, no tiene nada de novedoso para los vecinos de la zona, que llevan al menos dos décadas sufriendo las molestias que genera esta discoteca. "Nos compramos la casa hace 22 años y esto ya estaba aquí. Ha cambiado varias veces de nombre, pero siempre hay el mismo jaleo", asegura Enrique.

"Ves a la gente mear, cagar y hasta dándole al tema", es decir, practicando sexo en la calle. "Ahí en la puerta de ese garaje hacen de todo", asegura señalando a una cochera muy cercana a la puerta del local.

"¿Le has dicho lo del asesinato?", pregunta otro vecino al ser testigo de la conversación. "Ah, si. Hace 20 años un tío se lio a pegar tiros y mató a uno. Después de eso estuvo dos años cerrado. Cuando volvió a abrir, hubo una recogida de firmas para cerrarlo". De nada sirvió.

El asesinato al que se refieren tuvo lugar el 7 de mayo del año 2000. Aquella noche Ricardo A.R. realizó cuatro disparos contra la puerta del local por haberle negado la entrada. En el trayecto de una de las balas estaba el tórax Sergio López Cerrada, un estudiante de Económicas de 22 años. Murió pocos minutos después en el hospital Doce de Octubre.

Tras la investigación policial, los agentes de Homicidios determinaron que el supuesto autor del asesinato era Ricardo A.R., un colombiano de 24 años que contaba con un nutrido historial: delitos contra el patrimonio, lesiones, tenencia ilícita de armas y amenazas a agentes de la autoridad.