El restaurante Mena, en LaFinca Grand Café.
El refugio de verano del chef Aurelio Morales en Madrid: un taco de chuleta madurada y un cóctel frente al lago
El fuego de las brasas y el horno de leña se convierten en protagonistas de las propuestas de Aurelio Morales para este verano en Mena.
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Madrid está lleno de bonitos refugios para elegir cuando el calor aprieta y queremos huir del asfalto de ciudad. Eso ha debido de pensar el chef Aurelio Morales que, desde que dejó el restaurante Abya, ha optado por hacer colaboraciones que lleven sus platos a distintas mesas y a distintos públicos.
Uno de los que se han apuntado a tener siempre un "Aurelio Morales" en su carta ha sido el restaurante Mena, en LaFinca Grand Café.
Este local cuenta con una de las mejores terrazas del centro comercial, a pie de lago, con vistas al campo de golf e incluso mesas en el pantalán para quienes quieran sentirse más cerca del agua.
Una frescura que Morales ha buscado trasladar a la carta del restaurante con nuevos platos para este verano, con opciones, eso sí, fieles a su identidad gastronómica: el amor por la buena carne, bien preparada, y si es a la brasa mejor.
Aurelio Morales termina uno de sus platos en Mena.
Con un asesor como Aurelio Morales, no es de extrañar que la cocina de Mena se caracterice por el mimo al producto en todos sus platos y propuestas que huelen a brasa y al horno de leña como el Mar&Montaña de picanha madurada y caviar con mayonesa de ostras sobre coca de algas, que es uno de los platos estrellas de este verano en la nueva carta.
Pero no es la única opción de carne madurada que nos ofrece este chef, que consiguió una estrella Michelin con Cebo. Su taco de chuleta madurada, ganador del primer premio del concurso de tapas, es una explosión de sabores intensos, con regusto a brasa por todos lados y muy tierno, perfecto como entrante.
Para estos días de calor, también podemos optar por el Ajoblanco con sardina ahumada, manzana verde ácida y gotas de adobo andaluz, el Bikini a la brasa con chuleta madurada, queso Mahón y trufa negra, el Secreto Ibérico con mole mexicano y crema de choclo dulce o las Mollejas suaves de ternera a la parrilla con limón.
Todo muy madrileño. Todo muy Morales.
1.500 metros de gastronomía
El restaurante Mena ha conseguido hacerse un hueco en un lugar muy sensual por su ubicación y gracias a una interesante oferta de coctelería, que lo hacen especial, sobre todo el atardecer, y sentado en la terraza del lago.
En total son 1.500 metros cuadrados en diferentes espacios que incluyen cuatro barras, algunos reservados, zonas vip y las terrazas del pantalán.
Así podemos encontrar el Bar Mena, en la planta baja, o la sala Nenúfar, en la planta alta, con mesas bajas escalonadas y cocina propia, y luego los espacios al aire libre.
Además la pérgola, que en invierno funciona como un comedor acristalado, se suma estos meses a las zonas de verano mediante la apertura completa de las cristaleras y acaba funcionando como una terraza cubierta con mucho éxito en las noches de más calor.
El interiorismo es cosa de Alejandra Pombo que ha optado por mesas altas para el picoteo, mesas bajas a la orilla del lago y dos sugerentes pantalanes con forma redondeada que, con su mobiliario chill out, se convierten en el espacio perfecto para disfrutar del tardeo.