Vistas aéreas de Madrid.

Vistas aéreas de Madrid. iStock

Ocio

El polémico análisis de un prestigioso periódico de Estados Unidos sobre Madrid: "No es una ciudad de madrugadores"

Este medio narra desde dentro cómo es vivir unos días de vacaciones en la capital de España a pesar del sofocante calor de nuestro verano.

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Madrid es una ciudad admirada en todo el mundo. Se trata de un lugar lleno de vida donde el ocio cobra una dimensión especial. Pero además, otro de los aspectos que siempre se destaca de la capital de España es su clima. Sin embargo, es difícil saber qué visión proyecta al exterior.

Por ello, de vez en cuando conviene saber qué piensan en otros países de Madrid. Algo que es posible a través de las diferentes noticias y reportajes que hacen personas que deciden tener una experiencia en la ciudad.

Una de las últimas es la que ha realizado una publicación tan prestigiosa como el Boston Globe. Se trata de un periódico estadounidense que ha realizado un artículo sobre cómo se vive en la ciudad de Madrid. Pero no una vida cualquiera, sino vivir, o sufrir, Madrid en verano.

Y lo cierto es que el resultado ha sido muy sorprendente ya que, salvo alguna crítica, lo cierto es que este medio muestra estupor por lo que se experimenta durante unas vacaciones de verano en Madrid. Aunque muchas personas no lo crean, en Madrid se puede disfrutar "hasta de su calor".

El autor de este artículo, Christopher Muther, ha pasado unos días en Madrid y se ha sorprendido de varias cosas, las cuales destaca en su publicación. Una de las más llamativas son los horarios de la ciudad y otra, que va de la mano, es cómo adapta su ritmo al clima.

¿Cómo es pasar un verano en Madrid?

El medio estadounidense Boston Globe ha realizado un experimento muy curioso. Un artículo que versa sobre lo que supone pasar unos días de verano en Madrid. Y lo que más le ha sorprendido es la increíble adaptación natural que la ciudad experimenta con el clima.

Si por el día hace mucho calor, Madrid traslada su vida a la noche. Y por ello, podemos andar por la calle a altas horas de la madrugada que no nos costará encontrar locales abiertos. "Es más de la una de la madrugada y estoy en una cola muy larga para comprar un helado".

A Christopher Muther no le molestaba tener que estar esperando. Lo que realmente le sorprendía era que hubiera tanta gente a esas horas. "¿Quién hace cola para un helado a la una de la madrugada? Pero este viernes por la noche en particular, disfruto de que incluso haya postre fuera de horario".

A este reportero no le queda otra que rendirse a la singularidad de España y, especialmente, de una ciudad como Madrid: "Aunque es tarde (técnicamente, sábado por la mañana para los más exigentes), la noche está lejos de terminar".

En contra de lo que muchas personas puedan pensar, ya que la opinión general es que Madrid es una ciudad que es mejor visitar en cualquier otra época del año y no en verano, cuando muchos optan por la playa. Sin embargo, este medio apuesta por todo lo contrario.

"Pensarás que tengo un montón de murmullos por decir esto, pero después de pasar unos días aquí, he llegado a la conclusión de que Madrid es un lugar ideal para visitar durante los días más calurosos del verano".

En este medio norteamericano se destaca sobre todo que Madrid te hace "adaptar tu horario al clima". Pero que "los españoles lo tienen todo bajo control". Por ello, durante las noches, no nos faltarán planes por hacer. "La agenda de verano de Madrid es gloriosa".

"Si lo haces bien, parecen unas auténticas vacaciones". Por ello, Christopher Muther asegura que lo mejor es no perder el tiempo comparando ciudades. "Madrid tiene un encanto único. Hay museos, restaurantes y tiendas increíbles, y un parque de 140 hectáreas donde puedes desconectar bajo los árboles y relajarte".

Pero lo más importante es que hay que aprender una serie de lecciones: "No empieces el día temprano en Madrid. No es una cultura de madrugadores. En esta ciudad la gente cena a las 10 o 11 de la noche y quizás se toma un expreso para terminar la noche".

"Dejé las mañanas libres para explorar tranquilamente los barrios a pie. Al mediodía, cuando las temperaturas empezaron a subir, busqué refugio en museos o tiendas. Después, almorcé tarde y me eché una siesta en el hotel durante unas horas. Al anochecer, volvía a salir... Además, me duché mucho".