Fachada de la Bombonería Santa.

Fachada de la Bombonería Santa. Ayuntamiento de Madrid

Ocio

Cierra la mítica bombonería Santa de la calle Serrano: a la venta sus dulces, sus muebles y su escalera de caracol

El productor Enrique López Lavigne, que trabajó en el negocio porque pertenecía a su familia, ha anunciado el final de la tienda: "Vendemos todo". 

12 abril, 2024 10:58

Inició su andadura en la primera mitad del siglo pasado, "triunfando entre la sociedad burguesa del Barrio de Salamanca con sus dulces artesanos". Pero la historia de este local, situado en el número 56 de la calle Serrano, parece haber llegado a su fin. Se trata de la Bombonería Santa, un negocio familiar donde creció y trabajó el productor de cine Enrique López Lavigne. Ha sido el mismo quien ha anunciado el cierre del negocio tras el fallecimiento de su madre. 

Santa estaba especializada en sabores tradicionales, destacando, por ejemplo, sus rocas de almendra, avellana, los rizados, los troncos, la leña vieja y las barritas de chocolate amargo con canela o vainilla.

Además de sus bombones, que "son más grandes de lo habitual" -según la información oficial que ofrece la página oficial de Turismo del Ayuntamiento de Madrid-, eran famosos los envoltorios de los productos, sus cestas y cajas para regalos forrados en tela". 

De hecho, la web municipal lo señala como un punto "imprescindible" para visitar en San Valentín debido a sus cajas rojas en formas de corazón rellenas con sus conocidos bombones. 

"Amigos varios y amantes del chocolate (del bueno). Tras el fallecimiento de mi madre tenemos que dejar la bombonería que perteneció a mi abuelo desde 1932 en la calle Serrano 56…", ha contado Lavigne a través de su cuenta de la red social X (antes Twitter). Conocido por producir películas como '28 semanas después', 'Verónica', 'Lo imposible', el empresario ha recordado que, antes de trabajar en la industria del cine, fue bombonero. 

Sin posibilidad de traspasarse o venderse, la tienda de bombones pondrá a la venta "todo lo que queda dentro", como una peculiar escalera de caracol que data de 1957. "Vendemos todo el mobiliario histórico y por supuesto los bombones que están riquísimos...", ha añadido. "Mi vida hoy es un poco peor", ha lamentado. 

El negocio familiar -detalla Lavigne- ha recorrido tres generaciones. "Hoy se me amontonan recuerdos felices y se amotina mi paladar que se funde en la nostalgia del chocolate de mi infancia", ha rememorado.

A su vez, ha recordado episodios de su infancia que ocurrieron dentro de las paredes del establecimiento de la Milla de Oro.