Adil Mohamed Hachmi, responsable de relaciones públicas de la Liga del mundo islámico en España.

Adil Mohamed Hachmi, responsable de relaciones públicas de la Liga del mundo islámico en España.

Madrid Comunidad

La comunidad musulmana aplaude el primer cementerio en Madrid pero avisa: "Tendrá que ir adaptando su capacidad"

Desde el Centro Cultural Islámico insisten en que, actualmente, "la población musulmana en Madrid y sus alrededores podría llegar a alcanzar medio millón de fieles".

Más información: Madrid tendrá su primer cementerio musulmán: se habilitarán hasta 2.350 sepulturas en Carabanchel.

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La comunidad musulmana de la Comunidad de Madrid está de enhorabuena. Tras años de reivindicaciones, el Ayuntamiento de Madrid ha habilitado una parcela en el cementerio de Carabanchel para levantar el primer camposanto islámico de la capital de España.

La decisión es un "paso histórico, positivo y profundamente significativo para la comunidad musulmana de Madrid". El único problema es que está preparado para un máximo de 2.350 sepulturas y desde el Centro Cultural Islámico de Madrid insisten en que deberá adaptarse a las futuras demandas.

En la Comunidad de Madrid viven, según las últimas cifras analizadas por la institución, medio millón de musulmanes. Eso se traduce en 200.000 personas más las 300.000 que, hasta ahora, han descrito los registros oficiales.

Adil Mohamed Hachmi, responsable de relaciones públicas de la Liga del mundo islámico en España, en una conversación con Madrid Total, afirma que esta respuesta del Ayuntamiento no sólo "reconoce un derecho esencial, el de recibir sepultura conforme a las creencias religiosas de cada persona, sino que también fortalece el compromiso de Madrid con la convivencia, la pluralidad y la inclusión".

Desde la entidad insisten en que este avance ha sido posible gracias al esfuerzo conjunto de muchas entidades: la Comisión Islámica de España, numerosas comunidades y asociaciones musulmanas, y especialmente la Plataforma Un Entierro Digno.

Lápidas ubicadas en el cementerio musulmán de Griñón (Madrid).

Lápidas ubicadas en el cementerio musulmán de Griñón (Madrid). Eduardo Parra Europa Press

"Han sido incansables en su labor de sensibilización, diálogo institucional y movilización cívica. Este resultado demuestra que cuando se trabaja con unidad, respeto y perseverancia, se pueden lograr cambios importantes en beneficio de toda la ciudadanía", insiste el también imam y responsable de Asuntos Religiosos de la Mezquita de la M-30.

Sobre las instalaciones, este ceutí asentado en Madrid destaca que es una parcela de aproximadamente 15.000 m² que da una respuesta "a la demanda inmediata".

"Sin embargo, somos conscientes del crecimiento constante de la población musulmana en Madrid y sus alrededores. Actualmente, puede alcanzar el medio millón de fieles. Por eso, consideramos fundamental establecer un sistema de evaluación y seguimiento conjunto entre el Ayuntamiento, la Comisión Islámica y las entidades comunitarias, que permita adaptar la capacidad a las necesidades reales en el futuro", insisten

Por todo ello, aunque reconoce lo "vital" de este primer paso, "debe ir acompañado de una planificación a largo plazo y de una actitud abierta al diálogo permanente".

La negociación

El Centro Cultural Islámico de Madrid (también conocido como la 'Mezquita M‑30'), y por extensión la Liga del Mundo Islámico (responsable del centro), tomaron la iniciativa en los primeros años del siglo XXI en relación con un cementerio islámico en Carabanchel.

Entre 2000 y 2006 promovieron varias solicitudes formales al Ayuntamiento para la cesión de una parcela de unos 9.900 m² en el Cementerio Sur para enterramientos islámicos. Llegaron a redactarse convenios municipales, con reuniones en 2004 y planes previstos en 2005, aunque el acuerdo nunca se firmó debido a desacuerdos internos sobre representación, especialmente con la Comisión Islámica de España, que es el órgano legítimo de interlocución religiosa ante las administraciones.

Finalmente, en 2007, el Centro Cultural Islámico en Madrid se lo dejó a la Comisión Islámica de España. Y han sido ellos quienes, durante los últimos años han liderado un proceso de "diálogo técnico y religioso", miembros de la Plataforma Un Entierro Digno, junto a técnicos municipales, la Fundación Pluralismo y Convivencia, la Dirección General de Libertad Religiosa y los servicios funerarios municipales.

Vivir sin un cementerio

Durante todos estos años, la comunidad musulmana en Madrid ha vivido con el miedo de no poder ser enterrada en el lugar en el que vive, tienen a su familia y trabajan. Un sentimiento que ha supuesto un problema para la comunidad.

Lápidas ubicadas en el cementerio musulmán de Griñón (Madrid).

Lápidas ubicadas en el cementerio musulmán de Griñón (Madrid). Eduardo Parra Europa Press

"Esta carencia ha hecho sentir a muchos ciudadanos musulmanes como si no pertenecieran plenamente a la ciudad donde viven, trabajan y contribuyen", ha explicado.

Adil Mohamed Hachm insiste en que "la falta de un cementerio adaptado a las prácticas islámicas ha generado dolor, angustia y desarraigo".

"Muchas familias se han visto obligadas a repatriar a sus seres queridos a países de origen, no por elección sino por necesidad, lo que supone un coste económico elevado y una ruptura emocional", añade.

Ahora, todos esos madrileños podrán ser enterrados en su ciudad con dignidad y conforme a su propia fe. Algo que, desde la mezquita M-30, lo ven como "una forma de integración y de reconocimiento ciudadano". "E incluso desde la visión económica es una gran pérdida en todos los sentidos".

El futuro del cementerio

Aunque al cementerio le quedan muchos pasos por dar, está en duda quién va a gestionar este espacio municipal.

Por el momento, el imán Adil Mohamed Hachmi adelanta que los encargados de participar serán "los miembros de la Comisión Islámica de España". Además, muestra su disposición "como el centro cultural islámico y mezquita más grande de Madrid" de colaborar "en la gestión espiritual y demás servicios funerarios que ofrecemos".

"Esta participación garantizará que se respeten los principios religiosos en cada enterramiento y que el lugar sea cuidado con el decoro y la sacralidad que merece. Confiamos en que el Ayuntamiento abrirá vías de colaboración efectiva para que este nuevo espacio no sea solo una infraestructura, sino también un lugar de paz, dignidad y consuelo para toda la comunidad", finaliza.