Fin de la reunión de los ministros de Energía de la UE donde aprobaron la reforma del mercado eléctrico europeo.

Fin de la reunión de los ministros de Energía de la UE donde aprobaron la reforma del mercado eléctrico europeo. Invertia

Observatorio de la Energía

El futuro mercado eléctrico europeo no toca lo esencial: el gas seguirá fijando precios con el mismo sistema marginalista

Los grandes objetivos de Europa para evitar la volatilidad de los precios en el mercado mayorista no se han conseguido.

18 octubre, 2023 02:43

No hay grandes sorpresas con el acuerdo que alcanzaron los ministros de Energía de la Unión Europea para la reforma del mercado eléctrico común. Sigue la estela de lo propuesto por Comisión Europea, sin apenas cambios, manteniendo el sistema marginalista y dejando al gas que mueva los precios al vaivén del contexto internacional. 

"Con esta reforma vamos a seguir exactamente igual, habría que haber sacado el gas del mercado diario", explica a EL ESPAÑOL-Invertia, Francisco Valverde, experto en el sector eléctrico.

"Tanto ruido para tan pocas nueces. No hay nada nuevo que no existiera ya, veremos si se traduce en alguna medida concreta", añade, por su parte, Luis Villar, Financial and Market Adviser, especializado en M&A en el sector renovable.

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"No veo nada nuevo o qué interese a España, habrá que esperar a leer la letra pequeña", señala a su vez Javier Colón, socio fundador de la consultora especializada Neuro Energía. "Para nuestro país, lo importante es que se desarrollen las interconexiones, el almacenamiento (inteligentemente) y las redes, que las nucleares no se cierren y que se mejore el sinsentido de la tramitación de nueva capacidad renovable".

La propuesta pasará ahora a las negociaciones del trílogo con el Parlamento Europeo, que alcanzó su propia posición de compromiso el mes pasado, y la Comisión.

PPAs y CfDs

Los ministros de energía de la UE han roto el estancamiento durante meses entre Francia y Alemania por desacuerdos sobre el uso de ayudas para las inversiones en energía, esencialmente, en qué se considera "energía limpia".

Esas ayudas se harán a través del sistema conocido como Contratos por Diferencia (CfD), que permiten a los gobiernos ganar cuando los precios de la electricidad aumentan, porque los productores de energía deben devolver parte de los ingresos, y cuando el precio cae, se asegura un ingreso mínimo a los generadores.

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En el centro de la disputa estaba la preocupación de Alemania de que las nuevas reglas permitirían a Francia obtener enormes ganancias de su enorme flota nuclear -el 70% de su generación eléctrica- y redistribuirlas a su industria, dándole una ventaja competitiva.

París defendía que la política energética es una elección soberana y que el bloque se beneficia de su electricidad barata de origen atómico.

En una concesión a Francia, ahora se "podrá decidir" aplicar CFD a inversiones para la "repotenciación sustancial" de la generación de energía existente, "aumentando su capacidad o prolongando su vida útil", según el borrador final adelantado por POLITICO.

Eso podría permitir a Francia utilizar los CFD para extender la vida útil de sus reactores nucleares más antiguos. El Gobierno de Macron defendía que su energía nuclear no solo es muy barata, sino que abastece a los países vecinos. Países como Rumanía, Eslovaquia, Suecia y Bulgaria respaldaron su idea.

Pero, en un guiño a Alemania, los países también acordaron que los CFD deberían estar sujetos a ciertas "reglas de diseño" determinadas por la Comisión Europea. Esas reglas deberían garantizar que cualquier redistribución de ingresos "no cree distorsiones indebidas a la competencia y al comercio en el mercado interno", afirma el documento, donde los CFD no están sujetos a subastas competitivas. Los ministros de Dinamarca, Luxemburgo, Austria, Irlanda y Países Bajos expresaron su apoyo a la posición alemana en una mesa redonda pública.

"Ojalá sirva de algo. Tengo mis dudas con las bondades de los CfD", opina Alfonso Zárate Conde, experto en Energía, en redes sociales.

La 'no' reforma

La propuesta se aleja considerablemente de la presentada a principios de año por el Gobierno de España y se queda en un acuerdo de mínimos.

Al igual que la de la Comisión Europea, no introduce ningún cambio en el sistema de fijación de precios. Es más, la reforma suprimiría todas las medidas de intervención de emergencia aprobadas en el último año, como el tope a los beneficios de las renovables y la nuclear o la tasa a los beneficios extraordinarios de las petroleras y gasistas.

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Y en caso de una nueva crisis de precios, la única medida que podrán adoptar los Estados miembros es regular los precios minoristas para hogares y pymes.

El acuerdo tampoco va en la línea que solicitaron once patronales del sector eléctrico español, las más representativas de los principales agentes interesados. En febrero pasado firmaron una carta conjunta para que Bruselas conociera su posición. Ponían el acento en la necesidad de impulsar los PPAs (acuerdos bilaterales a largo plazo), pero también de no sobrevalorar los CfD.

Aún así, han conseguido su objetivo, esto es, que se mantuviera el mercado a corto plazo, basado en precios marginales.