Yolanda Díaz y María Jesús Montero, vicepresidenta segunda y vicepresidenta primera, en el Congreso.

Yolanda Díaz y María Jesús Montero, vicepresidenta segunda y vicepresidenta primera, en el Congreso. Fernando Sánchez / Europa Press

Macroeconomía

Con el no de Junts y sin el voto de Ábalos: la derrota de la senda de déficit convierte los Presupuestos en una quimera

Pese al previsible rechazo del Congreso, el Gobierno tramitará Presupuestos, reforma de la financiación autonómica y condonación de deuda en paralelo, a las puertas de las elecciones en Andalucía.

Más información: Qué va a ocurrir con el límite de déficit de 2026 y cómo va a afectar a los Presupuestos

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Las claves

El Congreso ha rechazado la senda de estabilidad propuesta por el Gobierno, dificultando la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado hasta 2028.

Junts ha cumplido su amenaza de vetar la senda fiscal tras romper con el PSOE, sumándose a la oposición de PP, Vox y UPN, mientras la abstención de Podemos y Compromís debilitó el apoyo al Gobierno.

La ausencia del voto de José Luis Ábalos, tras su ingreso en prisión, ha mermado aún más las posibilidades del Ejecutivo para sacar adelante las cuentas.

El Gobierno planea presentar una reforma de la financiación autonómica y la condonación de deuda regional en un contexto preelectoral, buscando atraer apoyos clave para aprobar los Presupuestos.

Este jueves el Congreso rechazó la senda de estabilidad (que incluye los límites de déficit para las Administraciones) propuesta por el Gobierno hasta 2028. Una derrota que era esperada en Moncloa. Sin embargo, siembra de malos augurios el futuro de los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Los convierte, de hecho, en una quimera.

Junts está cumpliendo su amenaza y se mantiene su decisión de vetar la senda fiscal (y otras normas) tras romper con el PSOE hace unas semanas. Una postura que la formación independentista conservará para el proyecto de Cuentas cuando llegue a la Cámara Baja.

A estos votos en contra hay que sumar un voto perdido: el de José Luis Ábalos. La antigua mano derecha de Pedro Sánchez, investigado por graves delitos de corrupción, venía votando a favor de las leyes y de las normas que presentaban los socialistas pese a estar en el Grupo Mixto, tras haber sido expulsado del PSOE.

Algo que ya no podrá hacer después de que el Tribunal Supremo ordenara su ingreso preventivo en la cárcel de Soto del Real por riesgo "extremo" de fuga.

La pérdida de estos escaños se constató en la votación de este jueves. La mayoría de los diputados de la Cámara Baja (formada por PP, Vox, Junts y UPN) rechazó los límites de déficit planteados por el Gobierno. Una votación en la que se abstuvieron Podemos y Compromís, votando a favor sólo PSOE, Sumar, ERC, Bildu, PNV, BNG y CC.

La Ley de Estabilidad Presupuestaria obliga al Ejecutivo a presentar de nuevo la senda de estabilidad en menos de un mes. El Ministerio de Hacienda ya ha avanzado que no tiene intención de cambiar su propuesta (que recoge un 0,1% de déficit para las comunidades autónomas, pese a que la mayoría reclamaba al menos un 0,2%) y se da por hecho un nuevo rechazo del Congreso.

Pese a ello, el Gobierno va a seguir adelante con los Presupuestos de 2026 (algo que no hizo con los de 2025, por cierto). Como ya ha contado este periódico, el Ejecutivo afirma que el rechazo del Congreso a la senda fiscal no va a frenar la elaboración de las Cuentas y se aplicará el déficit público recogido en el Programa de Estabilidad enviado a Bruselas: un límite del 2,1 del PIB en general.

Las regiones no podrán incurrir en déficit alguno para elevar su gasto público, puesto que tendrán que respetar el equilibrio presupuestario. Es decir, tendrán que quedarse en un déficit cero.

Así las cosas, el Ministerio de Hacienda calcula que presentará el proyecto de Presupuestos (expansivos, con un 8,5% más de capacidad de gasto) durante el primer trimestre del año, presumiblemente en febrero. Y cuenta con afrontar la votación decisiva en el Congreso entre abril y mayo.

Una votación cuyo éxito parece una quimera, vista la aritmética de la Cámara Baja. Así lo ven también en el Gobierno, donde admiten que tienen todas las de perder en la votación de Presupuestos.

Sin embargo, fuentes del Ejecutivo aseguran que, si las cuentas son rechazadas, volverán a presentarlas. Confían en que se genere una "ventana de oportunidad" que haga viable su aprobación. Algo que sólo puede ocurrir si Junts cambia de postura.

Para tratar de ablandar a los de Puigdemont, la vicepresidenta María Jesús Montero presentará a las comunidades autónomas una propuesta de reforma de financiación autonómica que luego llevará al Congreso.

Un modelo de financiación regional con el que la vicepresidenta primera se ha comprometido a más cesiones de impuestos a las regiones, no perjudicarlas y tener en cuenta sus particularidades. Incluso baraja introducir la ordinalidad en el reparto de fondos.

A este cóctel se suma un tercer ingrediente: la condonación de la deuda autonómica, que también se tramitará en el Congreso alrededor de esas fechas.

Así, Montero afrontará durante el primer semestre de 2026 un notable reto: tramitar tres normas clave para el tejido económico del país y especialmente importantes para las regiones. Una vorágine legislativa que llega a las puertas del nuevo ciclo electoral de 2026, con elecciones en Castilla y León y en Andalucía antes de julio.

Todos estos proyectos servirán para mantener en el candelero y en continua exhibición a la propia María Jesús Montero. Y lo hará en un momento muy adecuado para sus aspiraciones políticas, puesto que competirá por la presidencia de la Junta de Andalucía como candidata del PSOE. Como diría el novelista Terry Pratchett, creador de la saga Mundodisco, se vienen "tiempos interesantes".