Reconstrucción artística de un grupo de neandertales descuartizando un elefante prehistórico (Palaeoloxodon antiquus).

Reconstrucción artística de un grupo de neandertales descuartizando un elefante prehistórico (Palaeoloxodon antiquus). Alex Boersma PNAS

Historia

La desconocida presa que cazaron los neandertales: el hallazgo que altera su historia

La gran cantidad de carne que proporcionaban los elefantes de colmillos enormes revela que esta especie desarrolló mecanismos para conservar los alimentos y/o al menos operaron en grupos más grandes de lo que se creía.

5 diciembre, 2023 09:02

En su lucha por sobrevivir y obtener alimentos, las comunidades de neandertales que habitaban hace unos 125.000 años, durante el último periodo interglaciar, las llanuras de las tierras altas de Europa central debieron organizarse para cazar todo tipo de animales: conejos, pájaros, grandes herbívoros, carnívoros y peligrosos omnívoros como el oso. Pero también se enfrentaron a un reto mayúsculo: derribar al mamífero terrestre más grande del Pleistoceno, un elefante con colmillos largos y ligeramente curvados hacia arriba que podía pesar hasta 13.000 kilos. Lo hicieron con éxito, y además durante decenas de generaciones, un hallazgo que añade un nuevo ingrediente de complejidad al repertorio de comportamientos de esta especie humana.

Las evidencias de la actividad cinegética y el posterior procesado de la carne de las presas han salido a la luz en el yacimiento de Neumark-Nord, situado al este de Alemania y en un paisaje dominado por un gran lago. Los arqueólogos han recuperado los restos de un número mínimo de 57 ejemplares de Palaeoloxodon antiquus que muestran que los neandertales tuvieron acceso directo a estas carcasas frescas y las descuartizaron de forma similar durante al menos 2.000 años. Su interés, además, por los adultos machos confirma que estos individuos tenían un objetivo muy claro dentro de la población de elefantes.

Según los investigadores, se trata de un descubrimiento "sin paralelo en el registro arqueológico" para indagar en la vida de estos antiguos humanos. No obstante, no está claro si la arriesgada actividad, que habría requerido la participación de múltiples cazadores, estuvo extendida entre los grupos de neandertales. Un estudio publicado este lunes en la revista científica PNAS presenta nuevas pruebas que permiten responder afirmativamente al interrogante.

La pelvis del elefante hallado en Gröbern.

La pelvis del elefante hallado en Gröbern. Lutz Kindler

Entre los restos de fauna recuperados en otros dos yacimientos alemanes cercanos y contemporáneos a Neumark-Nord —Gröbern y Taubach, que se encuentran a medio centenar de kilómetros y que han sido datados durante el último periodo interglacial, ocurrido aproximadamente entre hace 129.000 y 115.000 años— también se han identificado huesos de P. antiquus. Los restos fósiles recuperados en los tres sitios presentan marcas de corte consistentes con un deshuesado de los esqueletos para extraer la carne, la grasa y otros tejidos comestibles. ¿Y cómo los cazaban? Seguramente cavando zanjas o conduciendo a ejemplares solitarios hasta trampas de barro, donde les darían muerte con sus rudimentarias lanzas.

Los investigadores del Centro de Investigación Arqueológica y el Museo para la Evolución del Comportamiento (LEIZA), la Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia y la Universidad de Leiden, liderados por Sabine Gaudzinski-Windheuser, aseguran que uno de estos elefantes de diez toneladas podría haber proporcionado a un neandertal adulto 2.500 raciones diarias de 4.000 kilocalorías. El misterio, por lo tanto, consiste en averiguar cómo eran capaces de aprovechar todo este excedente de energía que suponía la captura de una presa de un tamaño tan gigantesco. ¿Desarrollaron estos humanos algún mecanismo para conservar los alimentos y/o sus grupos estaban formados en realidad por más individuos de los que comúnmente se piensa?

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Los neandertales, barajan los investigadores, quizá ingeniaron técnicas para acumular grandes cantidades de comida sin que se pudriese. Por ejemplo, secando o ahumando la carne, o incluso conservándola directamente en pequeñas charcas de agua. Una parte del grupo acamparía cerca de estas zonas de almacenamiento para proteger los recursos. No obstante, se trata de hipótesis que no se pueden demostrar arqueológicamente.

Nuevo escenario

La otra posibilidad es que esta región de la moderna Alemania fuese hace unos 125.000 años una zona de reunión de distintas comunidades neandertales que generaron una población bastante considerable. Diversos estudios han concluido que la media de individuos que formaban los grupos de esta especie estaría en torno a la veintena.

"Las evidencias presentadas aquí sugieren que, al menos de forma temporal, el tamaño de los grupos locales pudo haber excedido el pequeño número que domina las reconstrucciones del nicho neandertal", escriben los autores en el artículo científico. "Los recolectores del Pleistoceno que vivieron en ambientes con recursos ricos, densos y predecibles pudieron haber generado grupos más grandes durante un breve periodo. La bonanza de alimentos continua documentada al norte de las llanuras de las tierras altas europeas, en el contexto de los hábitats del último periodo interglacial, llenos de otros grandes mamíferos menos peligrosos que fueron cazados en Neumark-Nord en gran cantidad, pudo haber proporcionado oportunidades para reunirse en grupos más grandes o incluso haberse realizado explícitamente en el contexto de esas sumas cortas en el tiempo".

Esta hipótesis se ve reforzada por el hecho de que en la zona de Neumark-Nord de la orilla del lago en la que han salido a la luz los fósiles de los elefantes, también se han documentado varios miles de artefactos líticos y de restos de fauna, además de carbones vegetales. A pesar de la excepcionalidad del registro, los investigadores aseguran que no es posible responder a la pregunta de si esas concentraciones responden a las actividades repetidas de grandes grupos o las huellas de muchos muy pequeños.

"Lo que sí sabemos a través de los datos sobre la explotación de elefantes presentados en este estudio —cierran los científicos— es que en las llanuras del norte de Europa los últimos recolectores interglaciares eran capaces de manejar grandes cantidades de carne y grasa en actividades de procesamiento de presas, ya fuera a través de formas culturales de almacenamiento, a través de la unión de grandes grupos o una combinación de ambos. Esta evidencia proporciona un marco de referencia único para la interpretación de grandes acumulaciones de restos de fauna con marcas de corte en otros sitios neandertales: apunta a la posibilidad de que no sean necesariamente palimpsestos de muchos pequeños eventos de procesamiento y caza a escala".