Excavaciones en el yacimiento iraní, situado al sur de los montes Zagros.

Excavaciones en el yacimiento iraní, situado al sur de los montes Zagros. TISARP

Historia

El sorprendente menú de los humanos de hace 80.000 años: tortugas asadas y grandes pájaros

Un estudio de los restos de fauna hallados en un yacimiento de Irán desvela que la dieta de los homininos del Paleolítico medio era más variada de lo que se asumía.

28 noviembre, 2023 19:57

La cueva de Ghar-e Boof se localiza al sur de los montes Zagros, en el moderno Irán, y constituye un sitio clave en el estudio de la evolución humana y las adaptaciones y el comportamiento de los homininos durante el Paleolítico medio, periodo comprendido aproximadamente entre hace 300.000 y 45.000 años. Aunque las excavaciones que se han realizado en el sitio en las últimas décadas no han sacado a la luz restos óseos que se puedan adscribir a alguna especie del género Homo, los arqueólogos sí han documentado un notable conjunto de huesos animales consumidos por los habitantes temporales de este campamento o refugio.

Un nuevo estudio de los restos de fauna hallados en Ghar-e Boof, datados entre hace 81.000 y 45.000 años, ha desvelado que la dieta de estos homininos —la mayoría de investigadores coincide en los yacimientos de la región de Zagros se relacionan con la presencia de humanos anatómicamente modernos, es decir, Homo sapiens— era mucho más diversa de lo que se pensaba. Estos individuos cazaron sobre todo ungulados —mamíferos cuyas extremidades terminan a pezuñas, como ovejas o cabras—, pero también carnívoros y tortugas. El menú se completaba con grandes pájaros.

"Según varios estudios, los homininos del Paleolítico medio se alimentaron principalmente de ungulados. Sin embargo, cada vez hay más pruebas de que, al menos de forma ocasional, las tortugas, los pájaros, el pescado, las liebres y los mamíferos carnívoros formaban parte del menú de los neandertales y de sus parientes", explica Mario Mata-González, doctorando de la Universidad de Tubinga (Alemania) y coautor de un trabajo cuyos resultados se han publicado en la revista Scientific Reports.

Entrada al yacimiento de Ghar-e Boof.

Entrada al yacimiento de Ghar-e Boof. N. Conard

Junto a otros investigadores del Instituto Senckenberg para la Evolución Humana, Mata González ha realizado el primer análisis sistemático y comprensivo de los restos de fauna (941 huesos de especies identificadas) hallados en el yacimiento. "Reconstruir los hábitos dietarios de los antiguos homininos es uno de los objetivos principales de los estudios zooarqueológicos, que arrojan luz sobre la forma en que nuestros antepasados se adaptaban e interactuaban con el medioambiente", detalla el experto.

Hasta la fecha, este tipo de hallazgos registrados en la extensa región montañesa habían estado prácticamente limitados a la presencia de ungulados. No obstante, las excavaciones en la mencionada cueva han desvelado un escenario de mayor complejidad.

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"Más del 75% de la fauna recuperada en Ghar-e Boof consiste en ungulados, desde pequeñas a grandes especies. Sobre todo hemos encontrado restos de cabras salvajes (Capra aegagrus) y gacelas (Gazella sp.). Pero también hemos podido documentar pequeñas muestras de osos salvajes (Sus scrofa), ciervos rojos (Cervus elaphus), caballos (Equus sp.) y ganado salvaje (Bos primigenius)", enumera Mata-González. "Además de los ungulados, las tortugas (Testudo sp.) son la especie más frecuente cuyos fósiles se han podido recuperar del área excavada, aproximadamente de unos dieciocho metros cuadrados".

Los investigadores asimismo han identificado restos de varias especies de pájaros y unos pocos de carnívoros, como el zorro rojo (Vulpes vulpes) y un gran depredador felino, probablemente un leopardo (Panthera cf. pardus). Los cortes y marcas de procesado en algunos de los huesos fosilizados señalan a los primeros humanos como los responsables. Según el estudio, las tortugas fueron asadas en sus propios caparazones antes de ser consumidas, o al menos así es cómo los especialistas interpretan las evidencias de quemaduras presentes en las placas protectoras de estos reptiles.

Nicholas J. Conard, investigador del Instituto Senckenberg y coautor del artículo, explica que "los restos de fauna de Ghar-e Boof son la primera prueba de que animales de caza menor como tortugas y pájaros, así como carnívoros, fueron utilizados como alimento en el sur de las montañas Zagros". Y cierra: "Incluso si alguna de estas especies solo fue consumida de forma esporádica, nuestros hallazgos muestran que los homininos del Paleolítico medio que habitaron la región tenían una dieta más variada de lo que se asumía hasta ahora. Esto es consistente con los descubrimientos en otras partes de Eurasia".