Yassine Kanjaa, en una imagen reciente.

Yassine Kanjaa, en una imagen reciente. EL ESPAÑOL

Tribunales YIHADISMO

El juez impone una fianza de 100.000€ al yihadista de Algeciras por cometer un "asesinato terrorista"

La Audiencia Nacional procesa a Yassine Kanjaa y le mantiene en prisión provisional, a la espera de su juicio.

10 noviembre, 2023 20:36

El juez de la Audiencia Nacional Joaquín Gadea ha impuesto una fianza de 100.000 euros a Yassine Kanjaa, el joven marroquí investigado por el asesinato de un sacristán en Algeciras (Cadíz). Con este dinero, que deberá entregar en 24 horas, responderá a las indemnizaciones que puedan derivarse de una posible futura condena.

Así consta en un auto, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, en el que el magistrado de refuerzo del Juzgado Central de Instrucción número 6 procesa al supuesto yihadista. En plena calle, el 25 de abril de 2023, el joven, nacido en 1997, blandió un machete de "grandes dimensiones" y, una vez penetró en una iglesia, atacó a varios fieles católicos en su interior.

Gadea le atribuye la muerte del sacristán Diego Valencia y las heridas provocadas a varias personas. El juez califica los hechos investigados como "un delito de asesinato terrorista" y "lesiones terroristas".

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Por contra, tal y como avanzó este periódico, la defensa del detenido trató de que esta causa judicial no corriese a cargo de la Audiencia Nacional, sino de un juzgado gaditano. La abogada de Kanjaa, en contra del criterio del juez, de la Fiscalía y de la Policía Nacional, insiste en que el suceso no tuvo un móvil terrorista. Trató de demostrar, para ello, que el joven padecía un trastorno mental, en base a los informes médicos que apuntan en esa dirección.

Sin embargo, el juez ya respondió en una resolución previa que "las alteraciones psíquicas que pudiera sufrir (...) afectarían, de dictarse un pronunciamiento condenatorio, al alcance de la culpabilidad, sin afectar a la calificación de los hechos como terroristas".

Próximamente, una vez que la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional confirme el procesamiento del investigado, las acusaciones personadas en esta causa deberán firmar los escritos en los que soliciten una condena para Kanjaa. La organización Abogados Cristianos ejerce la acusación popular.

El atentado

Tal y como recuerda este último auto, fechado el pasado jueves y al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, Kanjaa fue detenido poco después de asesinar a machetazos al sacristán. Antes de ello, al filo de las siete de la tarde del 25 de abril, había entrado en otra iglesia distinta e increpado a los feligreses.

Posteriormente, regresó a su casa y apagó y guardó su móvil, "conscientemente", en un cajón. Tomó un machete "de grandes dimensiones", que escondió bajo su chilaba, y se dirigió a la Iglesia de Nuestra Señora de la Palma, donde atacó a Diego Valencia.

Además, como desveló este diario, el joven marroquí trató de matar también a un musulmán con el que se cruzó de camino, al creer que se había convertido al catolicismo.

Es por ello, que Gadea subraya que los objetivos del ataque fueron "sacerdotes de la Iglesia católica y musulmanes que no siguen las directrices de los preceptos salafistas" y que la intención del atentado fue la de "alterar gravemente la paz pública, provocando un estado de terror en la población o parte de ella".

Tras haber "rematado en el suelo" a su víctima mortal, Kanjaa se dirigió a un tercer templo, el Santuario de Nuestra Señora de Europa. La puerta estaba cerrada y, pese a darle varias patadas, no pudo acceder a su interior.

Asesinato terrorista

El delito de asesinato terrorista que le atribuye el juez se castiga con prisión permanente revisable. Gadea, tras haber finalizado la instrucción, también considera al joven marroquí autor de un delito de lesiones terroristas, castigado con penas de hasta quince años de cárcel.

Tras ser detenido e ingresar en prisión provisional, los forenses de la Audiencia Nacional analizaron a Kanjaa. Y, en un informe provisional, recomendaron su ingreso en un centro psiquiátrico penitenciario.

Yassine Kanjaa, tras asesinar al sacristán en Algeciras.

Yassine Kanjaa, tras asesinar al sacristán en Algeciras. EL ESPAÑOL

Según ese primer dictamen, el detenido presentaba una "sintomatología compatible con trastorno delirante". Desde entonces, la investigación judicial giró en torno a este asunto, si el joven era o no imputable en función de sus condiciones mentales.

No obstante, Gadea, cuando decretó prisión provisional sin fianza para Yassine Kanjaa, le atribuyó los delitos de asesinato y de lesiones con fines terroristas, postura que sigue manteniendo ahora.

De hecho, tal y como avanzó este periódico, a través de una comisión rogatoria dirigida al Reino de Marruecos, el juez pidió los "antecedentes psiquiátricos" del investigado. El país vecino, pese a que la Audiencia Nacional insistió en una segunda ocasión, nunca respondió.

Equilibrio mental

Como publicó en exclusiva EL ESPAÑOL, la primera abogada de Kanjaa, una letrada del turno de oficio, negó que este joven marroquí fuese yihadista y puso en duda su equilibrio mental.

También solicitó que la causa fuese enviada a un juzgado de Algeciras, al descartar el móvil yihadista. Gadea lo denegó y esta decisión fue después confirmada por la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, la instancia superior al Juzgado.

Desde el primer momento, tanto la Policía Nacional como la Fiscalía sí apuntaron en la misma dirección: que los hechos tuvieron un claro carácter terrorista.

Precisamente, en su auto, el magistrado Gadea señala que Europol incluyó el atentado de Algeciras en uno de sus informes, "relacionándolo con otras acciones terroristas que tenían como objetivos concretos templos o personas de religión cristiana".

Entre ellos, el ataque a la Iglesia de Notre Dame de Niza o los sucedidos en las de Saint-Etienne-du-Rouvray o en la parisina catedral de Notre Dame. Los tres ocurrieron en Francia desde 2015.

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Además, de acuerdo con la documentación de esta causa, Yassine Kanjaa incrementó el número de publicaciones de corte yihadista en su Facebook poco antes de cometer el atentado.

"Igualmente, resulta llamativo, en las conversaciones que mantiene el investigado con su madre mediante la aplicación de mensajería WhatsApp, el nivel de religiosidad que estaba adquiriendo en las semanas previas a la comisión de los hechos, circunstancia que es advertida por la madre de este en varias ocasiones", advertía el juez en una resolución reciente.

Ya había sido identificado

Kanjaa ya había sido identificado y detenido en junio de 2022 en Algeciras. Entonces, la Policía comprobó que no llevaba documentación de ningún tipo que le permitiera residir en España. Automáticamente, se iniciaron los trámites para expulsarle a Marruecos, su país de origen. Un expediente que se hizo, según el Ministerio del Interior, "con todas las garantías", pero que nunca llegó a culminar en su expulsión.

Cuando cometió el atentado en Algeciras, no estaba siendo vigilado por los grupos de Información de la Policía Nacional, dedicados a la lucha antiterrorista, ni por parte de otras unidades policiales. A los agentes no les consta cómo entró en España ni cuándo.

Antes, en agosto de 2019, consiguió ingresar, montado en moto acuática, en Gibraltar. Tras ser arrestado por las autoridades gibraltareñas, el 2 de agosto de ese año, fue expulsado a Marruecos apenas una semana después. Y en una fecha indeterminada, pero posterior a estos últimos hechos, entró en España.

Piso okupa

Yassine Kanjaa nació en octubre de 1997 en Marruecos. Llevaba meses viviendo como okupa en un piso de la calle Ruiz Ragle, muy cerca del centro de Algeciras y a apenas 90 metros de la iglesia donde cometió el atentado. Compartía casa con otras cuatro personas de origen magrebí.

Interrogadas por el juez, confirmaron que el comportamiento de Kanjaa era "normal" hasta un mes antes del ataque. Sus compañeros de piso señalaron que el detenido, un tiempo atrás, bebía alcohol y fumaba hachís, pero que empezó a escuchar de manera asidua versos del Corán y discursos radicales a través de su móvil.

Cuando cometió el ataque, Kanjaa carecía de los papeles necesarios para residir en España y tenía una orden de expulsión a Marruecos desde hacía siete meses, que Interior aún no había ejecutado. Tal y como ha publicado este periódico, de todas las órdenes dictadas, apenas un 4% de ellas llegan a efectuarse.