Bárcenas, en la sesión del juicio de este martes, en la que ha terminado su declaración./

Bárcenas, en la sesión del juicio de este martes, en la que ha terminado su declaración./ E.E.

Tribunales

"Rajoy se gira en el sillón y destruye las hojas de la caja B en la destructora que tenía detrás"

Luis Bárcenas relata en el juicio sobre la reforma de la sede del PP la conversación que asegura que grabó en 2009 al expresidente.

9 marzo, 2021 11:52

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El extesorero del PP Luis Bárcenas ha relatado ante el tribunal que le juzga por presuntos delitos fiscales y de falsedad documental relacionados con la reforma de la sede del partido cómo fue la conversación que asegura haber mantenido con el expresidente Mariano Rajoy cuando en 2009 puso fin a las anotaciones sobre la caja B del partido.

Bárcenas afirma que existen audios de esa conversación y de otra previa mantenida con Javier Arenas, a los que grabó subrepticiamente. Las cintas habrían sido robadas del estudio de restauración de la mujer de Bárcenas, Rosalía Iglesias, en el marco de la operación parapolicial Kitchen y el extesorero ha afirmado en el juicio que, "si no las ha destruido", las tiene el comisario "amigo de Dolores de Cospedal" Andrés Gómez Gordo, a quien emplazó a entregarlas. Tanto Rajoy como Arenas están citados a declarar en este juicio como testigos.

"Dale el sobre a Rajoy"

A preguntas de su defensor, Gustavo Galán, Bárcenas ha descrito su conversación con Rajoy. "Le hice una introducción de que 'he hablado con Arenas, le he comentado que me queda un saldo en la caja B y, teniendo en cuenta las circunstancias, entiendo que esto no se va a utilizar'", dijo en referencia al estallido del caso Gürtel.

Barcenas acusa a Rajoy de destruir documentos

"Javier [Arenas] me dice 'desentiéndete de esto y entrégale el sobre a Rajoy, que él sabrá lo que tiene que hacer'", añadió. Se trataría de un sobre con el "remanente" de la caja B, 50.000 euros de los que ayer dijo que entregó 25.000 a Rajoy y la misma cantidad a María Dolores de Cospedal. Hoy ha hablado de un único sobre y no ha sido preguntada por la exsecretaria general del PP.

"Subo al despacho de Mariano Rajoy, le entrego la cantidad y le enseño las dos últimas hojas para que viese cómo llevábamos ese tema. Él me pregunta '¡Pero Luis ¿cómo podéis llevar esto?!'. Y yo le digo que eso era una indicación de Álvaro [Lapuerta, el anterior tesorero, ya fallecido] y que era una garantía para nosotros de que si alguien en algún momento ponía en duda que se había anotado alguna aportación de algún empresario o que se había hecho un pago determinado que nadie dijera que había habido alguna apropiación indebida por parte de alguien".

"La conversación es así de rápida y a continuación Rajoy se gira en el sillón y en la destructora que tiene detrás destruye esos dos documentos, que eran fotocopias", ha manifestado.

Bárcenas ha precisado a lo largo de su declaración que estaba hablando "del PP antiguo, no el de Casado" y ha negado estar movido por sentimientos de animadversión.

De hecho, ha asegurado que pidió a su defensor que desmintiera las noticias de algunos medios según los cuales ha estado negociando su situación procesal con cargos del PP. "Enrique López no negoció nada ni conmigo ni con mi amigo [el empresario Agustín de Diego], sólo le presentó a Jesús Santos en algo que no fue nunca una negociación sino exposición de posturas", ha aclarado, supliendo que no lo hizo su abogado.

Lecciones de moral

Para Bárcenas, "lo único molesto" es "la cobardía de personas que no están dispuestas a reconocer que nos hemos equivocado, que nos hemos financiado irregularmente y que sabíamos lo que estábamos haciendo".

"Todos están fuera de la política y no se les puede exigir responsabilidades, por lo que me parece una cobardía no dar la cara. Es moralmente reprochable que no reconozcan las cosas que hicimos mal porque no van a tener ningún reproche penal", ha añadido.

A preguntas de la abogada del Estado Rosa Seoane, Bárcenas ha confirmado que una parte de la reforma de la sede central del PP se pagó con la caja B y que para ello se falsificaron documentos. "Había un presupuesto inicial ["el de mentira"], con la totalidad de lo que se pretendía hacer. Pero luego, en función de que los pagos se iban a hacer una parte oficialmente otra extraoficialmente, había que acomodar el presupuesto que finalmente iba a ser el oficial y que era el que se correspondía con las certificaciones".