El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, este lunes en la reunión del Comité Ejecutivo Federal del PSOE en Madrid.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, este lunes en la reunión del Comité Ejecutivo Federal del PSOE en Madrid. Efe

Política

Sánchez traslada que seguirá hasta 2027 pese a la 'ruptura' de Junts, pero en el PSOE, Sumar y sus socios lo ven casi imposible

Moncloa insiste en que presentará los Presupuestos, pero Junts dice que no hay ninguna posibilidad de que salgan adelante.

Más información: Junts no podrá forzar elecciones antes del verano: el Tribunal Constitucional decidirá sobre Puigdemont en primavera

F. Garea
Publicada

Las claves

Pedro Sánchez mantiene su intención de completar la legislatura hasta 2027, a pesar de la ruptura con Junts, negociando votación a votación.

El PSOE y sus socios parlamentarios consideran difícil seguir hasta 2027 debido a la falta de acuerdos y la ausencia de Presupuestos Generales del Estado.

La posición de Junts crea incertidumbre, pero Sánchez apuesta por mantener el diálogo y buscar consensos en temas no ideológicos.

Existen especulaciones sobre posibles elecciones anticipadas en 2026, mientras el Gobierno busca iniciativas fuera del Parlamento para avanzar.

Pedro Sánchez transmite que sigue con la idea de acabar la legislatura en 2027, que la ruptura anunciada por Junts no cambia nada porque hace tiempo que negocian con ellos votación a votación y en muchas ocasiones no hay acuerdo, ni coincidencia.

"Máxima tranquilidad, respeto a la postura de Junts, vamos a seguir trabajando, negociando votación a votación y mano tendida. Nosotros reivindicamos que estamos cumpliendo con los acuerdos de investidura y vamos a seguir trabajando en ese sentido", son las líneas del argumentario que fuentes oficiales de la Moncloa han transmitido este lunes.

Su gran baza sigue siendo que Carles Puigdemont no da el paso de facilitar que se active la posibilidad de moción de censura que con los votos de PP y Vox sacaría a Pedro Sánchez de la Moncloa.

A eso se aferran para sacudirse el polvo de la ropa para hacer ver que no ha pasado nada y que es posible aguantar, aunque vayan cayendo pedacitos del bloque que le dio la investidura en 2023. Y si es posible, sacar adelante alguna iniciativa con el complicado voto de Junts. Explican que ya hace meses Junts tumba iniciativas sobre fiscalidad o medidas laborales como la reducción de jornada.

En el análisis concreto de las palabras de Puigdemont, fuentes de la Moncloa aseguran que el expresidente de la Generalitat "anuncia todo, es decir la 'ruptura del acuerdo' y nada a la vez".

Su visión positiva es que "una parte importante de su intervención la ha dedicado a hacer una lista de tareas pendientes al PSOE, lo que se puede interpretar como un mensaje implícito de "poneos a currar" y "hay reconciliación posible"".

Y, además, aseguran que "se distancia del PP y Vox con habilidad, descartando cualquier posible acercamiento a Alberto Núñez Feijóo".

Pero debajo de ese pretendido optimismo oficial hay cada vez más socialistas y, sobre todo, dirigentes de Sumar y del resto de socios parlamentarios que creen imposible llegar así a 2027. Como mínimo, son conscientes de las dificultades para avanzar hasta entonces.

"No tendrá capacidad para gobernar, más allá de su capacidad para ocupar el Gobierno", le dijo ayer Puigdemont a Sánchez. Empezando porque ya no hay ninguna duda de que no habrá Presupuestos, aunque Moncloa insiste en que los presentarán para que los derroten.

Especulan dirigentes del PSOE, Sumar y Podemos sobre si las elecciones generales serán en el primero o en el segundo semestre de 2026, pero explican que es insostenible una situación en la que el Gobierno no pueda garantizar ni siquiera la convalidación de los decretos que apruebe. Y, por supuesto, es seguro que se cumplirá una legislatura completa sin Presupuestos Generales del Estado.

Será muy difícil también que salgan adelante las leyes de Justicia, claves para el Gobierno, como la que reforma el sistema de acceso a la carrera judicial y fiscal, como ya ocurrió hace meses con las referidas a impuestos o sobre la reducción de la jornada laboral.

Se agrava todo con la posición estratégica de Podemos, que se diferencia desde hace meses del PSOE y parece preferir elecciones generales anticipadas.

De hecho, los de Ione Belarra fueron los primeros que aseguraron que Sánchez tenía previsto convocar elecciones en 2026. En las últimas semanas se ha sumado a esa tesis Aitor Esteban, presidente del PNV.

Fuentes del PNV aseguraron este lunes que "la posición trasladada por Junts no hace otra cosa sino constatar lo que ya se sabía: que existe una mayoría negativa en el Congreso. Es una decisión relevante para Sánchez, pero habrá que ver cómo evoluciona. No creemos, sin embargo, que el Gobierno vaya a caer mañana por la mañana. Aún así, Sánchez debe asumir su responsabilidad y trabajar para aunar mayorías. Está en su mano. Un parlamento sin mayorías ni presupuestos no es muy sostenible en el tiempo".

Y Coalición Canaria, socio del PSOE en la investidura, pero sólo muy ocasional y sobre cuestiones concretas, ha pedido este lunes al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que se someta a una cuestión de confianza, informa EFE.

"Modo electoral" activado

Los socios parlamentarios del PSOE detectan que desde que volvió del verano, Sánchez ha activado una especie de "modo electoral" en sus gestos y en sus decisiones, aunque pueda parecer incoherente con su propósito reiterado de agotar la legislatura, pase lo que pase con Junts.

Algo parecido ocurre con Sumar, que ha incrementado sus movimientos para diferenciarse en lo posible del PSOE y evitar, por ejemplo, que el grave problema de la vivienda les arrastre. También está buscando impulsar propuestas atascadas ante la perspectiva de que decaigan por disolución de las Cortes.

Además, Moncloa busca iniciativas que no pasen por el Parlamento y otras pasan por el Consejo de Ministros casi como programa electoral, aunque luego embarranquen en el Congreso.

Por ejemplo, el proyecto de Ley Orgánica de Enjuiciamiento Criminal que se aprobará este martes para dar la instrucción penal a los fiscales y que tiene muy pocas posibilidades de acabar el procedimiento legislativo completo en Congreso y Senado.

Fuentes socialistas auguran que si se acercara la opción de elecciones anticipadas, Sánchez se distanciaría de Junts y hasta mantendrá la tesis de que se ha resistido a ceder a sus exigencias y, por eso, pone fin a la legislatura.

El paso que ha dado este lunes Puigdemont favorece ese relato con el que irá a las elecciones, sean cuando sean. Es decir, que si cambiara la posición actual del Gobierno de respeto y oferta de diálogo a Puigdemont sería el mejor indicio de que se acercan las urnas.

El optimismo oficial explica que no creen que Junts vaya a oponerse a todo en el Congreso y que necesariamente habrá puntos de encuentro para aprobar iniciativas, siempre que no afecten a cuestiones ideológicas como los impuestos o la inmigración, entre otras.

Eso ya ocurre ahora, pero a partir de este momento sin las reuniones fuera de España con José Luis Rodríguez Zapatero y un mediador internacional que, por cierto, cada vez son menos fructíferas.

Añaden las fuentes que Sánchez está logrando encontrar asuntos políticos que no necesitan del Parlamento y está dispuesto a buscar más, de hecho, colaboradores cercanos al presidente explican que viene repitiendo en reuniones internas que se debe culminar la gestión de los fondos europeos, cuya llegada concluirá en agosto de 2026.