Alberto Núñez Feijóo y Alejandro Fernández, en un acto del PP en Cataluña.

Alberto Núñez Feijóo y Alejandro Fernández, en un acto del PP en Cataluña. Europa Press

Política ELECCIONES CATALANAS

Feijóo apoya a Alejandro Fernández para no abrir una guerra en Cataluña en "un buen momento del PP"

En la forma de proceder de Génova han pesado más los costes de no elegirlo que los puntos a favor de hacerlo.

27 marzo, 2024 02:36

Más que los puntos a favor, en la elección de Alejandro Fernández como candidato del PP en Cataluña han pesado los costes de no elegirlo. Y no ha sido fácil resolver el dilema. El PP ha tardado casi quince días en nombrarlo. Y al final, Alberto Núñez Feijóo ha optado por el pragmatismo.

Ha sido una cuestión de tiempos más que de posturas coincidentes sobre lo que debe ser el discurso del PP catalán. Cuando Feijóo llegó a la presidencia del PP, Alejandro Fernández se sintió hombre muerto. Y Génova se marcó como tarea a medio plazo la búsqueda de un relevo. En ese mar navegaba Feijóo hasta que se produjo el adelanto electoral.

A tenor de las fuentes consultadas por este periódico, la reunión del lunes entre Feijóo y Fernández selló la paz entre ambos. El segundo prometió al primero la búsqueda de un rumbo común y la asimilación de las directrices del presidente. Y Feijóo, respetando la singularidad del candidato, se apunta el tanto de ensanchar la organización. Una de sus obsesiones desde que fue elegido.

Además, haber seleccionado otro candidato de urgencia habría abierto una guerra que Feijóo buscaba evitar a toda costa... "en un buen momento".

Desde que se conoció el 12 de mayo como fecha de los comicios catalanes, los populares no han dejado de subir en las encuestas. Superan con amplio margen los diez escaños y en algunos casos llegan hasta los 13. Hoy tienen 3.

Apostar por un candidato alternativo habría abierto una guerra interna y Alejandro Fernández podría haberse convertido en una especie de Pepito Grillo en el oído de los descontentos con su descabalgamiento.

Para más inri, en estos días de amnistía y pactos de Sánchez con Puigdemont, Fernández representaba la visión más contundente del PP frente al nacionalismo. Es, por decirlo de una manera gráfica, de la línea de Cayetana Álvarez de Toledo. Si se le hubiera apartado, Vox podría haber explotado el argumento de la "derechita cobarde" y haber acusado a Feijóo, una vez más, de coquetear con el nacionalismo.

Con este nombramiento, Fernández se ha convertido de facto en el Juanma Moreno de Feijóo. Cuando Pablo Casado llegó a la presidencia del PP, también fueron los tiempos y la ausencia de alternativa lo que le empujó a mantener un candidato que llevaba el sello de Soraya Sáenz de Santamaría, su rival en primarias.

En aquel momento, ocurría al revés: Casado buscaba a alguien más contundente en sus maneras, pero se quedó con Juanma Moreno porque no encontró a otro. Hoy, el líder andaluz es presidente autonómico y uno de los valores indiscutidos de la organización.

Feijóo ha encontrado en Fernández el candidato que no quería y, si las encuestas siguen subiendo, podría encontrar también a un líder autonómico indiscutido... que en principio no quiso.

Historia de un desencuentro

El acercamiento no ha sido fácil. Cuando Feijóo lanzó su política de "catalanismo cordial", Alejandro Fernández y Cayetana Álvarez de Toledo encabezaron la corriente que, desde dentro, cuestionaba esa filosofía.

La hemeroteca está llena de duras críticas de Fernández a Feijóo. Además, mientras se iban conociendo los contactos del PP con Junts, el líder catalán cargaba las tintas en los medios contra su jefe. Lo hacía irónico, como es su estilo, pero con severidad.

Aquello produjo un divorcio entre ambos, que nunca fue personal, pero sí político. Poco tardaron en saberse incompatibles. Tan pocas posibilidades creía Fernández que tenía de ser el candidato, que no le importó acrecentar este distanciamiento con sus intervenciones. Tan poco creía Feijóo en Fernández como candidato que apenas hizo por restañar esa relación y seducir al presidente del PP catalán.

De ahí que produzca cierto sonrojo escuchar en boca de algunos dirigentes que "Alejandro siempre fue la primera opción". 

El lunes quedó sellada esa paz civil y, aunque se ha solucionado lo que públicamente era más delicado –la elección del candidato–, ahora toca elaborar un discurso con el que competir.

Según las fuentes contrastadas por este diario, ya ha empezado un trabajo sincronizado entre Génova y el PP catalán en ese sentido. El eslogan tan típico de Feijóo "un PP donde cabemos todos" no es tan fácil de aterrizar si se trata de "catalanismo cordial" y Alejandro Fernández. Pero los enemigos externos acaban haciendo extraños compañeros de cam...paña.