Yolanda Díaz e Irene Montero, tras su encuentro el martes en el Congreso junto a Enrique Santiago (detrás en la imagen).

Yolanda Díaz e Irene Montero, tras su encuentro el martes en el Congreso junto a Enrique Santiago (detrás en la imagen).

Política PSOE-UNIDAS PODEMOS

El 'sí es sí' aleja a Yolanda Díaz de Podemos y pone en riesgo la unidad del bloque a la izquierda del PSOE

Sánchez trata de rebajar tensiones para facilitar la unidad a su izquierda y poder repetir coalición en 2024.

11 marzo, 2023 02:17

Las bombas racimo o de fragmentación son artefactos que al impactar liberan pequeñas bombas que provocan sucesivas explosiones retardadas que causan múltiples daños.

La aprobación, negociación y votación de la llamada ley del sí es sí ha sido una especie de bomba de racimo política que ha causado múltiples daños políticos. Los ha causado en el Gobierno de coalición, en el movimiento feminista, en el bloque de investidura, en el interior del PSOE y también en el llamado espacio político a la izquierda de Pedro Sánchez.

Es decir, ha agravado grietas en la zona política que ocupan Unidas Podemos y el proyecto Sumar que intenta poner en pie la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. Tanto que han vuelto a activarse las dudas sobre la futura unidad de la izquierda, agrupada en torno a Díaz, de cara a las elecciones generales del mes de diciembre.

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Así es a pesar de que todo el grupo parlamentario, desde Yolanda Díaz a Irene Montero y Ione Belarra, votaron en el mismo sentido para rechazar la toma en consideración de la proposición del ley del PSOE que busca salir al paso de las reducciones de condenas de delincuentes sexuales.

Y aún quedan explosiones retardadas de la bomba de racimo hasta que termine de tramitarse la proposición de ley en el Congreso y el Senado, previsiblemente a mediados o finales de abril.

El primer dilema que debe resolver Unidas Podemos es el de las enmiendas durante el trámite parlamentario. No ha presentado enmienda de totalidad, pero debe decidir si presenta enmiendas parciales y qué posición mantiene en la negociación parlamentaria.

Los socialistas esperan que ese trámite sirva para "retratar" a sus socios de Gobierno desvelando las propuestas que han hecho durante cuatros meses de negociación. Debe decidir Unidas Podemos si rectifica su negativa a cambiar la ley y si, finalmente, apoya el texto resultante del trámite en la comisión.

Por el momento, la dura intervención de la diputada Laura Muñoz en el debate del martes causó malestar en algunos parlamentarios de Unidas Podemos, aunque fue aplaudida y asumida por Montero con un abrazo a la portavoz.

El Gobierno de coalición sigue su camino pese a las múltiples heridas causadas por la ley. Parte de esas heridas se las lleva Yolanda Díaz por el reproche de Moncloa y el PSOE por no haber liderado y suavizado el conflicto, y también desde Podemos porque le reprocha a la vicepresidenta falta de apoyo a la ministra de Igualdad.

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Miembros de Podemos entienden que Díez debió estar presente en el debate en el Congreso y haber sido clara defendiendo en público la posición de la ministra. Esa situación es continuidad de otras vividas en los últimos meses que han alejado a la vicepresidenta de las dos ministras de Unidas Podemos, Montero y Belarra.

Ese contexto hace que algunos de los partidos que podrían formar parte del futuro proyecto de Díaz tengan cada vez más dudas de que Podemos pueda integrarse también para concurrir a las generales. Su sospecha es que, finalmente, fuercen ir por separado.

Los organizadores de Sumar cuentan con hacer público durante el mes de abril la voluntad de Yolanda Díaz de promover su candidatura y explican que, de inicio, su voluntad es integrar a Podemos, al tiempo que participaría Más País, En Comu, Izquierda Unida y Compromís, entre otros grupos. De hecho, ya hay conversaciones avanzadas, aunque aplazada su aplicación hasta después del 28 de mayo.

Hay también ya algunos movimientos públicos. Por ejemplo, este viernes se han reunido en Las Palmas de Gran Canaria representantes de Más País, Verdes Equo, Compromís, Més per Mallorca, Coalición por Melilla, Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía de Ceuta, y la Chunta Aragonesista. Lo hicieron para arropar a Proyecto Drago, el movimiento creado por Alberto Rodríguez, exdiputado y exdirigente de Podemos. Todos esos grupos estarían en el futuro Sumar, según el deseo de sus promotores.

Alberto Rodríguez e Íñigo Errejón.

Alberto Rodríguez e Íñigo Errejón.

La foto de Errejón y Rodríguez juntos es todo un cambio en ese espectro político. El primero fue uno de los fundadores de Podemos y el segundo fue su secretario de Organización y luego rompió relaciones por no sentirse apoyado cuando se le quitó el escaño tras su condena.

Sin embargo, desde Sumar entienden que la posición de Podemos respecto a la ley del sí es sí parece tener como motivación la necesidad de diferenciarse y de fortalecerse para una eventual negociación con Díaz. Incluso, algunos entienden que en el entorno de Irene Montero podría mantenerse la intención de aprovechar los sucesos de las últimas semanas para no descartar a la ministra de Igualdad como cabeza de lista de una eventual candidatura propia al margen de Sumar.

"Adversarios irreconciliables"

Las responsables de Podemos han hablado reiteradamente de coalición y no de integración, y Pablo Iglesias pidió hace unos días que la futura candidatura de Sumar se someta a una primarias. El exlíder de Podemos señaló a Díaz como su sucesora en 2021 y todavía sus posiciones marcan el camino que luego suele seguir este partido.

“Tiene que haber candidatura unitaria de todas las fuerzas. De Podemos, de Sumar, de IU, de los comunes. También, ojalá, de Más Madrid, Compromís, la Chunta Aragonesista y de todas las fuerzas a la izquierda que se quieran sumar”, dijo Iglesias el pasado domingo. El problema de ese planteamiento es cuál debe ser la correlación de fuerzas.

Por eso, en ese espacio de la izquierda hay crecientes dudas sobre la posibilidad de lograr una sola candidatura. Se preguntan, por ejemplo, cómo será posible incluir en una misma lista a "adversarios irreconciliables" como Irene Montero e Íñigo Errejón. O si es posible ver a ambos participar juntos en actos de campaña.

Los enfrentamientos por el sí es sí han dejado en Twitter mensajes desde cuentas de afines a Podemos en los que se ha criticado a Díaz por no apoyar a Montero y por supuesta proximidad con Errejón y los suyos.

La idea de Díaz es empezar a armar el proyecto después de las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo, para lo que será importante la correlación de fuerzas que salga de las urnas. Por supuesto, ninguno querrá asumir el coste de no haber facilitado una candidatura única.

En todo este proceso tiene especial interés el PSOE y, por eso asiste preocupado y, por eso, Pedro Sánchez prefiere mantener el Gobierno de coalición. Porque sacar a los cinco ministros de Unidas Podemos le debilitaría, y necesita sus escaños para completar una mayoría tras las generales de diciembre.

Le va la vida política en el futuro de Yolanda Díaz y necesita para ello que haya sólo una candidatura a su izquierda para que el reparto de escaños no les penalice. Y necesita que Yolanda Díaz lidere una opción fuerte que esté comprometida como está con repetir la coalición desde 2024.

Por eso, Sánchez hace caso omiso a duras descalificaciones que escucha desde Unidas Podemos, como las que ha escuchado a propósito de la ley del sí es sí. Y mucho más a los pocos que defienden sacar a sus ministras del Gobierno.