Diseño: Arte EE / Gtres, iStock

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Política FISCALIDAD

Sánchez llama al orden a los barones ante el temor de que decidan ir por libre con los impuestos

Moncloa se moviliza para que los presidentes regionales esperen a la presentación de los cambios fiscales que prepara María Jesús Montero.

29 septiembre, 2022 03:02

Hace sólo 12 días que Pedro Sánchez reunió a sus barones regionales en Zaragoza para mostrar unidad y dar imagen de bloque ante las elecciones municipales y autonómicas de mayo y, posteriormente, las generales de diciembre. 

Y desde ese día se han multiplicado las discrepancias de los dirigentes regionales socialistas, entre ellos y con el Gobierno central, dando imagen de pánico ante esos comicios.

De hecho, fuentes de la Moncloa y de Ferraz muestran su temor a que el episodio sobre los impuestos sea sólo el primer paso de la voluntad de los candidatos municipales y autonómicos por buscar discursos propios para esas elecciones.

Por eso, el presidente del Gobierno y líder socialista, Pedro Sánchez, se esfuerza estos días en intentar tapar la sangría y en intentar sofocar las rebeliones. Desde Moncloa han sido contactados todos para intentar unificar su posición, aunque con éxito relativo, porque Sánchez no sólo no logró que el valenciano Ximo Puig frenara la deflactación de la tarifa del IRPF, sino que mantuvieron un duro enfrentamiento, según fuentes del Gobierno.

El mensaje es que esperen a que el Gobierno presente su propuesta fiscal, que negocia con Unidas Podemos y que podría estar cerrado en los próximos días. 

[Sánchez, empujado por sus barones a deflactar el IRPF a las clases medias: otros imitarán a Ximo Puig]

Justo después de la reunión de Zaragoza, Emiliano García Page, presidente de Castilla-La Mancha, criticó con dureza en El Mundo la estrategia de pactos de Sánchez y su táctica de presentar a Alberto Núñez Feijóo como insolvente.

El resto de barones regionales se desmarcaron en privado y criticaron a Page por el método elegido y por no plantearlo en Zaragoza. Y Puig hizo público su rechazo a las palabras de Page, pero en todos ellos se mantiene el temor a que Sánchez imponga una agenda nacional en las elecciones de junio, el miedo a que les penalicen pactos con ERC y Bildu, y el pánico a que les arrastre el desgaste del Gobierno central, como avanzó EL ESPAÑOL.

Negociación con Podemos

A ese miedo se ha sumado el generado por la iniciativa del andaluz Juanma Moreno de rebajar impuestos. El PP ha conseguido atrapar al PSOE en el debate sobre los impuestos, entre otras cosas porque sus encuestas cualitativas indican que es un asunto que les favorece y en el que están cómodos porque los ciudadanos les identifican con las bajadas de impuestos. 

El PSOE ha entrado en ese marco en las comunidades y el propio Gobierno al anuniar un “paquete fiscal” que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, negocia con Unidas Podemos. Fuentes de esta formación explican que Montero se negaba a discutir cambios fiscales, hasta que Moreno anunció la rebaja.

Desde el PP recuerdan que cuando llegó Feijóo a la dirección del partido propuso la rebaja del IVA del gas y la luz, la deflactación de la tarifa del IRPF y ahora la bajada del IVA de productos básicos.

Lo de la energía lo ha terminado haciendo el Gobierno de Sánchez y la deflactación lo defienden ahora comunidades gobernadas por el PSOE, que presionan al Gobierno para que haga lo mismo.

La han aprobado en el País Vasco, donde los socialistas gobiernan con el PNV; en Valencia lo han anunciado y lo estudian en Aragón, Canarias, Cantabria y Navarra donde forman parte de coaliciones.

En Castilla-La Mancha, García Page se somete el martes a un debate sobre el estado de la región en el que no se prevé que anuncie deflactación de IRPF, pero sí “bajadas de impuestos con cirugía”.

Debilidad política

Las comunidades socialistas que no han decidido bajar impuestos consideran que este debate les hace quedar en una situación de debilidad política notable, frente a sus compañeros de partido y frente al PP, que sostiene la rebaja fiscal.

Eso provoca acusaciones cruzadas como la realizada este miércoles por el extremeño Guillermo Fernández Vara, quien ha asegurado que espera “con una sonrisa cómo serán las reuniones en el futuro para negociar el modelo de financiación con comunidades autónomas que quieran solicitar más recursos y previamente han reducido sus ingresos a través de según qué medidas. Será algo interesante de ver en el futuro”.

El consejero de Hacienda, Celso González, ha señalado este miércoles que La Rioja es "una de las regiones con menor presión fiscal para las rentas medias y bajas" y las comunidades que están planteando rebajas en el IRPF "están haciendo lo que ya hace" el Gobierno riojano.

[Barones del PSOE objetan la estrategia de Sánchez de contagiar las autonómicas con el debate nacional]

En el paquete que negocia el Gobierno con Unidas Podemos se incluye el llamado impuesto para grandes fortunas, cambios en el impuesto de sociedades y reducción del IVA de productos de higiene femenina. Además, Montero quiere introducir reducción en el IRPF para rentas bajas y medias, aunque la ministra no quiere hablar de deflactación. El resultado es casi similar, aunque no lo llame deflactación.

Según explica, Bruselas no permite bajadas generalizadas, no es conveniente cuando se piden fondos a Europa y no es posible cuando se trata de paliar los efectos de la inflación.

Otros miembros del Gobierno, por contra, sí ven inevitable algo parecido a la deflactación, ya que todos los trabajadores sufrirán pérdida de poder adquisitivo por la inflación y la recaudación fiscal está disparada.

Explica Montero que la estructura del IRPF, por escalas, hace que la deflactación también favorezca a los que tienen elevados ingresos.

Su tesis es la de favorecer ayudas directas.