Inés Arrimadas, en el Panteón de Hombres Ilustres.

Inés Arrimadas, en el Panteón de Hombres Ilustres. Carmen Suárez

Política CIUDADANOS

La 'hora' Arrimadas: su contrarreloj para jugársela en las generales o integrar Ciudadanos en el PP

La presidenta de Ciudadanos apuesta por colaborar con el PP, pero sin dejarse absorber. No obstante, deberá debatir esta opción con su Ejecutiva.

27 junio, 2022 03:07

No hay ruido de sables en Ciudadanos. Muchos de sus dirigentes mostraron su extrañeza: "¿Cómo es posible que tras un batacazo así reine la calma?". Quienes han exigido la dimisión de Inés Arrimadas no tienen peso real en la organización o ya están fuera de ella. El aparato naranja está sumido en una suerte de luto.

Generalmente, cuando se producen descalabros como el del 19-J en Andalucía, los grupos de WhatsApp oficiales se convierten en un hervidero. No fue el caso. Ni siquiera la Ejecutiva arrojó debates enardecidos. Cuando Begoña Villacís, por ejemplo, mencionó la posibilidad de que todos dimitieran, se quedó sola. Pero la opinión no cosechó sobresaltos.

Inés Arrimadas dio su primera entrevista la noche del lunes 20. Habían pasado veinticuatro horas desde que supo que su formación desaparecía de Andalucía. Era el enésimo capítulo de una serie de catastróficas desdichas: Cataluña, Murcia, Madrid, Castilla y León...

Ciudadanos ya no vicepreside ninguna Comunidad autónoma. Tampoco vicelidera ayuntamientos importantes. Madrid capital –ahí sí mantienen la vicealcaldía– se ha convertido en una isla a la espera del veredicto de las próximas municipales.

En esa conversación con Onda Cero, Arrimadas reconoció por primera vez que la marca "está quemada" y que su actual dirección se siente incapaz de "reconectar" con el electorado. Mencionó el plan de acción revelado semanas antes por EL ESPAÑOL: un nuevo catálogo de propuestas elaborado de la mano de los liberales europeos para "reilusionar a la gente".

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Esta semana, en Bruselas, la jerezana ganó algo de aire. Participó en una cumbre donde pudo charlar unos minutos con Macron y fotografiarse con él. Allí, a Arrimadas le cambia la perspectiva. Comenta con sus compañeros los casos de Alemania y Holanda, donde los liberales rozaron la desaparición para luego entrar en los gobiernos.

El ciclo de las municipales decidirá el futuro. Faltan once meses. El objetivo de la presidenta, tal y como ha venido contando, pasa por poner su cargo a disposición de la militancia. Quiere que "refrenden" su candidatura y el programa. Intentará convencer con una "refundación". Pero, a tenor de las fuentes consultadas por este periódico, no ha decidido cómo estructurarla.

¿Un cambio de nombre? ¿Un cambio de color? ¿Un cambio de programa? ¿Qué es, en realidad, una refundación? Arrimadas se ha puesto en contacto con su equipo jurídico. Los estatutos podrían, en cierto modo, determinar el camino.

La ausencia de oposición interna –nadie con influencia quiere hacerse cargo de la formación o presentarse a unas primarias– la coloca sola en el alambre. Francisco Igea, que sobrevivió a las elecciones de Castilla y León y fue el rival de Arrimadas en los comicios anteriores– no parece que vaya a dar el paso.

A tenor de lo contrastado por este diario, el exvicepresidente autonómico llamó a la jerezana para coincidir en el diagnóstico: "No es momento de tomar decisiones drásticas". Pero sí es momento de tomar decisiones.

El Partido Popular acabará llamando a la puerta. Los de Feijóo buscarán una integración de Ciudadanos en su organización. Pero no una absorción realizada a partir de fichajes concretos, tal y como buscó Casado, sino una negociación de cara que dé lugar a tal propósito.

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La Ejecutiva de Ciudadanos continúa de luto. No se han producido debates oficiales. No existe un orden del día. Pero este lunes habrá una nueva reunión, y no se descarta que, por separado, algunos dirigentes pregunten qué hacer respecto al PP.

El descalabro de los partidos suele desembocar en una situación prototípica, como ya pasó con UPyD. De pronto, desaparecen decenas y decenas de puestos de trabajo. Muchos de ellos con una familia detrás. Los cargos políticos, pero también sus asesores, fotógrafos, jefes de prensa, etcétera.

En esta ocasión, desde la llegada de Feijóo, se produce la siguiente paradoja: "Quienes más ganas tienen de irse al PP... son los que jamás ficharía este PP". Son palabras de un propio dirigente de Ciudadanos.

Las puertas abiertas a cualquiera que pudiera laminar las estructuras naranjas son cosa del pasado, de Teodoro García Egea y Fran Hervías –ex secretario de Organización de Ciudadanos que puso su agenda al servicio de Génova–. De ahí que pueda palparse en la dirección de Arrimadas una suerte de calma tensa: ella sabe que Villacís, Bal o Daniel Pérez no cruzarán a casa del adversario por la calle de en medio.

"Inés se queda por sentido de la responsabilidad. Lo más fácil sería dimitir ahora y marcharse, pero ella no quiere dejar esto así, sino procurar la continuidad del proyecto", refiere uno de sus compañeros.

En los próximos meses, Arrimadas ofrecerá a la militancia –e indirectamente al electorado– su refundación. Con esos mimbres, decidirá si el cesto naranja aguanta, si conviene dejarlo morir... o si debe integrarse en el PP. Son los tres únicos caminos.