Pedro Sánchezy, al fondo, Boris Johnson, Joe Biden y Jens Stoltenberg, en la cumbre de la OTAN de Bruselas.

Pedro Sánchezy, al fondo, Boris Johnson, Joe Biden y Jens Stoltenberg, en la cumbre de la OTAN de Bruselas. EP

Política GUERRA EN UCRANIA

Informes de inteligencia que maneja Moncloa advierten de que Putin atacará "un país OTAN"

"Ha entrado en fase destructiva", explica una fuente cercana al presidente, tras la cumbre de Bruselas. "La escalada está garantizada". 

25 marzo, 2022 03:36

La noche antes de que Vladímir Putin le diera al botón de la guerra, un mensaje de texto advertía a este periódico: "Ojo a Ucrania de aquí a dos días como mucho". No pasaron ni 12 horas hasta que comenzó la invasión.

Una semana antes, el mismo comunicante, con acceso a los informes de inteligencia que maneja Moncloa, daba por hecho que los diálogos abiertos ya eran inútiles: "Putin va a por todo, ataque total tipo blitzkrieg, quiere tomar Kiev y deponer al Gobierno de Volodímir Zelenski en días".

Efectivamente, así estaba diseñada la "operación especial" del Kremlin. Y en los tres primeros días de guerra, eso pareció que iba a ocurrir, hasta que la resistencia ucraniana y la decisión del presidente del que, hasta entonces, sólo sabíamos que había sido cómico televisivo, logró detener el avance de los tanques pintados con una zeta.

Carro de combate ruso marcado con una Z

Carro de combate ruso marcado con una Z Reuters

Ahora, los informes de inteligencia que han sido remitidos a la Presidencia del Gobierno y al Ministerio de Asuntos Exteriores, advierten de que "todo parece indicar que Putin atacará en breve un país de la OTAN". Así lo afirma esta fuente, atribuyendo la advertencia a los mismos informes confidenciales que remiten los servicios estadounidenses y británicos.

"Lo de las conversaciones con 15 puntos de discusión no es cierto, no hay nada de eso", añade. "Moscú sólo quiere ganar tiempo con esas negociaciones para reconstruir sus columnas de suministros y reagrupar a su infantería".

Hasta 40.000 bajas

El último informe del Institute for the Study of War estadounidense señala que "los esfuerzos de movilización rusos se vuelvan urgentes dadas las pérdidas en la guerra". Y, por su parte, el Wall Street Journal cita a un funcionario anónimo de la OTAN que afirma que Putin ha perdido hasta 40.000 soldados -entre muertos, heridos o desaparecidos- de los aproximadamente 190.000 desplegados en la invasión de Ucrania.

Esa evaluación -que es plausible dadas las estimaciones previas de las muertes rusas en combate- y la pausa prolongada de las operaciones ofensivas por tierra en Ucrania, explican otra de las revelaciones de las fuentes de este periódico: "Putin no sólo ha entrado en una fase destructiva disparatada, es que a la vez se siente atacado y traicionado".

Atacado por las decisiones occidentales de armar a Kiev -este mismo jueves, Pedro Sánchez anunció un nuevo envío de "material ofensivo"-. Atacado por las sanciones económicas y financieras de la Unión Europea, coordinada con Estados Unidos y Canadá. Y atacado por el despliegue militar de la Alianza Atlántica en su flanco Este.

De hecho, la cumbre de la OTAN, este jueves en Bruselas, certificó que multiplicará por dos su despliegue ante las fronteras rusas, con cuatro nuevos batallones multinacionales que irán a Bulgaria, Rumanía, Hungría y Eslovaquia. Unas fuerzas que se suman a las que ya están actuando en Polonia, Estonia, Letonia y Lituania.

Macron abraza a Johnson y Biden, junto a Draghi y Erdogan, con Pedro Sánchez al fondo, en la sede de la OTAN de Bruselas.

Macron abraza a Johnson y Biden, junto a Draghi y Erdogan, con Pedro Sánchez al fondo, en la sede de la OTAN de Bruselas. EP

En total, ahora mismo hay 40.000 efectivos bajo mando directo de la OTAN en los países del Este, así como 100.000 soldados estadounidenses en territorio europeo. El objetivo último de este despliegue ampliado es disuadir al Kremlin de cualquier tentación de atacar a un país aliado. El artículo 5 del Tratado de Washington obliga a la OTAN a intervenir si uno de sus miembros es agredido.

Pero el mandatario ruso, explican las fuentes conocedoras de los informes de inteligencia que se manejaron en la cumbre, se siente cercado y traicionado por parte de algunos de sus más cercanos. Este miércoles se conoció la dimisión de Anatoli Chubais como asesor especial del Kremlin "y varios oligarcas ya han demostrado su rechazo a la guerra, porque les está causando pérdidas económicas muy graves".

Polonia, posible "intento"

Así, y en plena "fase destructiva" -como demuestra la devastación en Mariúpol-, la información recibida en Moncloa considera altamente probable que Rusia quiera implicar a la OTAN en la guerra: "Va a haber un intento, la escalada está garantizada".

No hay que olvidar que Putin ya advirtió, en la primera semana de guerra, que "la falta de respeto a las preocupaciones legítimas de Rusia" -es decir, el avance de la Alianza hasta sus fronteras- "debe revertirse", al tiempo que lamentaba explícitamente la "traición" de las repúblicas bálticas, Letonia, Estonia y Lituania, las primeras en abandonar la URSS y echarse en brazos de Occidente en los años 90... aunque las sospechas de los aliados no atienden tanto al norte y miran más al sur, a Polonia

¿Por qué? ¿Qué sentido táctico tendría implicar a la OTAN? "Un ataque a Polonia sería un disparate estratégico en lo tocante a la guerra", explica Alberto Priego, "pero supondría una gran dificultad para Ucrania, que perdería su principal línea de suministro".

En conversación con este periódico, el director del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia de Comillas recuerda que "Moscú lleva años amenazando a Varsovia".

"La capital de Polonia desaparecerá en 30 segundos"

De hecho, la televisión estatal rusa ya emite programas de debate sobre la guerra y amenaza directamente a Polonia y a los países bálticos con "una guerra nuclear que dejará en nada Varsovia en 30 segundos".

En los mismos programas en los que, una semana antes, se anunció la invasión de Ucrania, se decía el pasado lunes: "Hace falta abrir un corredor hacia Kaliningrado", el enclave ruso, cercado entre Polonia y Lituania, donde Putin aloja toda la flota naval de guerra del Báltico.

La frontera Este de Polonia ha recibido, hasta el momento, dos millones de refugiados huyendo de la guerra en Ucrania. Por el norte de Rumanía, han cruzado medio millón más. Otros 300.000 han llegado a Hungría y casi un cuarto de millón han pasado a Eslovaquia.

Los cuatro son países socios en la UE y aliados en la OTAN. Los cuatro fueron repúblicas de la órbita soviética hasta el desmoronamiento del bloque comunista y la desaparición del Pacto de Varsovia... un nombre que, hoy, cobra un sentido siniestro.

Las fronteras de 1997

Y para los cuatro, además de para Estonia, Letonia y Lituania, Putin quiere algo parecido a lo que está tratando de imponer a Ucrania: que las fronteras de Occidente no lleguen a las suyas y vuelvan a la situación de 1997.

Al desmembrarse la Unión Soviética, Kiev renunció a ser una potencia nuclear a cambio de que Moscú dejara por escrito que jamás la agrediría sin provocación previa. El bloque occidental sería el garante de ese compromiso, defendiendo a Ucrania en caso de ser agredido. Han pasado 30 años y, al menos, cuatro traiciones por ambos lados: la represión del Euromaidan, la toma de Crimea, la guerra proxi en el Donbás y, ahora, la invasión total.

Ucrania es especial para el tirano del Kremlin porque, efectivamente, el origen mítico de la "madre Rusia" está en el Rus Kiev (s IX-s XIII). Eso y la geopolítica actual animan a Putin a tratar de imponer su voluntad por la fuerza de las armas.

Ninguna de esas dos circunstancias se daban con el resto de países ahora amenazados. Hace 25 años, en aquel 1997, la Rusia de Boris Yeltsin firmó con la OTAN un documento en el que ambos certificaban que no se consideraban "adversarios". Pero ni la Alianza admitió ni Moscú impuso que quedara por escrito un supuesto compromiso de no ampliación hacia el este...

Varios países de la vieja área de influencia soviética se unieron a la OTAN en 1999: República Checa, Hungría y Polonia. Y luego, en 2004, lo hicieron Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Rumania, Eslovaquia y Eslovenia.

El último presidente de la URSS, Mijail Gorbachov, ha lamentado en varias entrevistas que "aquella Rusia era tan débil, y estaba tan deficientemente dirigida, que EEUU se aprovechó de ello... de palabra, Washington se comprometió, pero nadie hizo que se firmara".

Y ya se sabe, que en las relaciones internacionales lo que cuenta es lo que queda negro sobre blanco. Sobre todo, porque lo que importa es lo que no está sellado, lo que nadie puede demostrar. Y así como que Kiev puede alegar que ha sido traicionado por ambos bloques, Putin nunca podrá esgrimir una prueba de que su antecesor arrancó la promesa de que la OTAN nunca llegaría a sus fronteras... y por eso ahora que quiere imponerla, sólo le queda la fuerza bruta.

"Un ataque ruso a Polonia implicaría que la OTAN tendría que reaccionar", concluye Priego. "Porque si no reacciona, es el fin de Europa, ya que Rusia se sentiría libre de atacar cualquier país y sólo estarían a salvo los que tengan armas nucleares".