Driss, enfermo de los riñones, murió mientras pedía ayuda.

Driss, enfermo de los riñones, murió mientras pedía ayuda.

Política MARRUECOS

Driss, el marroquí que no pudo regresar a tiempo a Cádiz para su diálisis y murió pidiendo ayuda

Residente en España y atrapado en Marruecos, falleció el 25 de mayo sin conseguir ser repatriado en los viajes especiales organizados por Exteriores.

28 mayo, 2020 02:30
Tánger

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Driss Abu Frias murió sin poder regresar desde Marruecos a España, donde residía y trabajaba de manera regular en el sector de la agricultura para enviar dinero a su familia. En marzo, viajó a su país una semana para visitar a su mujer y a sus dos hijos menores, pero las autoridades cerraron las fronteras debido al coronavirus el 13 de marzo -sucedió en menos de 24 horas- y se quedó bloqueado.

Este hombre reservado y discreto padecía insuficiencia renal aguda y seguía un tratamiento de diálisis en Cádiz tres veces por semana. Tras recibir una atención médica precaria en Marruecos, sucumbió a la espera de ser repatriado en alguno de los viajes especiales recientemente organizados por España.

No consiguió entrar en las listas consulares para ser evacuado en los dos vuelos de Iberia, el 3 de abril y el 7 de mayo; y su salud ya estaba muy deteriorada para intentar salir en el barco de Balearia del 22 de mayo.

El llamamiento de Abu Firas Driss pidiendo ayuda

De hecho, tres días más tarde, fallecía en Marruecos debido a su enfermedad crónica, que no pudo ser tratada adecuadamente al no disponer del expediente médico de la Seguridad Social española. La Asociación Amigos del Pueblo Marroquí ITRAN lo califica de “racismo institucional porque se hace distinción entre españoles y binacionales”.

A pesar de su timidez, un miembro de la ONG le consiguió algunas sesiones de diálisis gratuitas en la Fundación Amal de Casablanca, aunque no resultaron suficientes; y posteriormente le trató un médico especialista en su localidad, Settat. No era un caso sencillo porque también padecía diabetes y requería mucha medicación, que no pudo conseguir.

Resistió dos meses y medio atrapado por las restricciones de frontera fruto del coronavirus, a pesar de los llamamientos a diferentes instituciones españolas y marroquíes: aludió a su necesidad urgente de volver a España para continuar un tratamiento controlado.

Incluso grabó este vídeo que ahora publica EL ESPAÑOL informando de su delicado estado de salud y solicitando ayuda: una sesión de diálisis le costaba 750 dírhams (poco menos de 75 euros) en Marruecos.

La situación de la viuda

La viuda, una mujer sin estudios, no sabe leer ni escribir y se ha quedado ahora sin su único sustento familiar. “Como su marido, ella es una persona humilde y le da vergüenza pedir ayuda”, explican desde ITRAN. Por eso, la asociación la ha animado a abrir una cuenta corriente a su nombre con “la intención de realizar una colecta discreta y transparente”, detalla uno de sus miembros.

ITRAN envió a las instituciones las listas de las personas enfermas "para tratar las situaciones más urgentes", incluido el caso de este fallecido: "Por desgracia, en estos aviones han viajado personas con excelente salud y se ha dejado atrás a los más necesitados, como es el caso de Driss".

Finalmente, este hombre tampoco pudo apuntarse en los formularios de las líneas navieras del día 22 de mayo, puesto que su salud había empeorado notablemente. Lo explica el presidente de ITRAN, Alami Susi.

Desde esta organización denuncian "las malas gestiones y el abandono de las autoridades, embajadas y consulados": "No tenemos contacto alguno con los consulados, solo recibimos contestaciones automáticas a nuestros mails de socorro. Ningún cónsul atiende nuestras peticiones de urgencia, y el resultado ha sido la muerte del Sr. Driss por fallo renal”.

El presidente de la ONG considera que las instituciones no “tuvieron en consideración el estado de salud en el que se encontraba el fallecido” y solicita que desde el Gobierno  “asuman todas las responsabilidades que han conllevado que Driss ya no esté con nosotros”.

Por su parte, el ministerio de Asuntos Exteriores transmitió esta semana a la embajada de España en Rabat la lista de los casos urgentes que elaboró ITRAN. Desde el gabinete de comunicación se defiende la labor de los consulados y de la embajada, “al margen de la posibilidad, que nunca se puede descartar, de que en algún caso no se haya evaluado correctamente la prioridad de alguna persona en relación con otras". "Tenga la certeza de que están realizando su trabajo, más allá de sus obligaciones legales, con auténtica entrega y dedicación”, zanjan estas fuentes.

Más atrapados

Durante estos meses de espera, varias embarazadas han dado a luz. No todas en las circunstancias adecuadas, y al menos dos mujeres han abortado. También hay personas mayores, Bouchra Rais tiene 60 años y espera volver a su residencia en Barcelona.

Mohamed Essaoui (57 años), cocinero en España, padece una gran úlcera en las extremidades a causa de la diabetes. En enero le amputaron un dedo del pie y mientras se recuperaba viajó a Marruecos para vender una propiedad tras la muerte de su madre. “No está siendo atendido y necesita regresar a Sevilla”, advierten desde ITRAN. Además, allí está su esposa enferma de cáncer con su niña pequeña.

Su hijo Salah ha conseguido el permiso para desplazarse de Casablanca a Tánger este jueves 28 de mayo, para intentar embarcar en el Balearia rumbo a España. Lo intentará a pesar de que no le han seleccionado tras rellenar el formulario y enviar toda la documentación de la enfermedad de su padre.

En una conversación con EL ESPAÑOL, confesaba nervioso: “A ver qué consigo, porque he escuchado que hay gente que ha pagado allí para salir sin estar en la lista”. El joven se refiere a un video grabado y difundido por un residente en Alicante, que consiguió embarcar el 21 de mayo con otros europeos, alentando a sus colegas aún atrapados a “irse al puerto de Tánger directamente sin pasar por los consulados”.

Días antes, en conversación con este medio, confesaba que le habían ofrecido “colarle en las listas de Balearia por 4.000 dírhmas (375 euros)”. Al día siguiente, otra mujer viajó en el barco organizado por España y se reunió con su hijo en Madrid, previo pago de 3.000 dírhmas (275 euros), cuando el billete cuesta 75 euros.

Este medio informó el lunes a Balearia, sin recibir respuesta, acerca de un supuesto intermediario marroquí que capta a las personas desesperadas en los alrededores del consulado de Tánger y les ofrece incluirlas en las listas de los barcos de esta compañía por una cantidad elevada de dinero. 

A pesar de que España finalmente consiguió organizar otros tres barcos, que salen el 28 de mayo, el 3 y el 4 de junio, los atrapados lo consideran insuficiente, y apuntan a EL ESPAÑOL que “Francia ha puesto 200 vuelos, y ahora cinco barcos, del 5 al 9 de junio, de Tánger Med a Málaga”.