Pedro Sánchez en videoconferencia de presidentes.

Pedro Sánchez en videoconferencia de presidentes. Efe

Política CORONAVIRUS

Clamor de los presidentes autonómicos contra Sánchez: "No pacta las medidas, va por libre"

Líderes regionales reclaman, sin éxito, un cierre de empresas escalonado y días de margen para poner en marcha esta medida tan excepcional.

30 marzo, 2020 02:52

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Pedro Sánchez se reunió este domingo a mediodía por videoconferencia con los diecisiete presidentes autonómicos y los presidentes de Ceuta y Melilla para informarles de la decisión del Gobierno de "hibernar la economía".

La reunión comenzaba minutos después de conocer la nueva cifra de fallecidos: 838 más que el día anterior, el día que España supera por primera vez a Italia en número de víctimas mortales.

El jefe del Ejecutivo no pudo ocultar "cierto retraso" en el aprovisionamiento de material médico, aunque lo equiparó al tiempo de espera en el resto de Europa, y evitó hacer cualquier tipo de autocrítica: ni siquiera dio explicaciones a los presidentes autonómicos de por qué no compartió con ellos la decisión de suspender todas las actividades económicas no esenciales. 

Cada presidente autonómico ha asumido la medida como ha podido, pero a ninguno le ha dejado indiferente. Conscientes de que tienen muchas plantas de UCI al borde del colapso, se reclamó a Sánchez cerrar un calendario de manera urgente con la llegada del material a sus respectivas autonomías, para poder trabajar con un pequeño margen de maniobra.

La manera en la que el Gobierno decidió aprobar la medida más excepcional que se recuerda en democracia, "un domingo, después de haberse negado a aprobarlo cinco días antes, sin contar con nadie", provocó un enfado en todos los territorios: "No pacta las medidas, no sabemos quién tiene que parar hasta que no lo veamos en el real decreto. Va por libre", reconoce en privado uno de los presidentes convocados a la reunión.

"El decreto ya está aprobado, así que poco hemos podido aportar al mayor cerrojazo empresarial de la historia. Nos reunimos y ni siquiera supimos a ciencia cierta qué entiende el Gobierno por sector esencial y sector no esencial", se quejan desde las direcciones autonómicas.

Hubo presidentes, como el gallego Alberto Núñez Feijóo, que pidió, sin éxito, conocer el contenido del real decreto antes de ser aprobado. El presidente de la Xunta apostó, también sin ser atendida su demanda, por un "cierre ordenado" en aquellos sectores que no sea "imprescindible" echar el cerrojazo en horas, como por ejemplo las obras. 

El lehendakari Iñigo Urkullu también mostró en la reunión su disconformidad con la manera que tiene el Gobierno central de gestionar la crisis. A media tarde del domingo, desde el Ejecutivo vasco apremiaban a Sánchez a publicar ya el real decreto para saber qué personas tienen que ir a trabajar el lunes y quiénes no.

"No puede ser que ni la administración pública vasca ni el conjunto de empresas y miles de personas trabajadoras estén teniendo que interpretar los borradores filtrados por Moncloa a los medios de comunicación", se quejó a través de las redes sociales la consejera de Desarrollo Económico del Gobierno vasco, Arantxa Tapia, en la misma línea de la queja que el lehendakari manifestó a Sánchez en la videoconferencia de la mañana. 

"Dos o tres días"

Las quejas no solo llegaron a Moncloa desde autonomías que no estén gobernadas por el PSOE. El aragonés Javier Lambán reclamó al Ejecutivo central un margen de "dos o tres días" para poder hacer efectivo el cierre total de las empresas no esenciales y no apenas unas horas, como recogerá el real decreto aprobado en el Consejo de Ministros extraordinario de este domingo. Así, los empresarios tendrían margen para preparar sus compañías para este cierre obligado. "Hay que equilibrar la prioridad sanitaria con el mantenimiento de la actividad", reflexionó el presidente de Aragón.

El también socialista Emiliano García Page puso sobre la mesa la necesidad de reforzar la coordinación entre el Gobierno y las comunidades autónomas, muchas de ellas ya colapsadas por el abultado número de ciudadanos contagiados por Covid-19.

Todas las fuentes consultadas coinciden en que quien habló con más dureza fue la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que hizo un recuento delante de sus homólogos del material que le ha entregado el Gobierno central y de las necesidades reales que tiene Madrid, la región más castigada por la pandemia: "En siete días hemos recibido 0 gafas de protección, 0 soluciones hidroalcohólicas y 0 buzos, cuando se habrían necesitado 24.000, 44.000 y 31.000 unidades".

Ayuso continuó recitando el déficit de material al que se enfrentan, con las UCI ya colapsadas: "Recibimos 1,1 millón de guantes por 8,5 millones necesarios; 82.000 batas frente a 465.000; 6.070 mascarillas para profesionales FFP2 y FFP3 y hacían falta 240.000; y 229.604 mascarillas quirúrgicas cuando se necesitan un millón". Y solicitó al Gobierno un fondo extraordinario dotado de 1.200 millones de euros para afrontar los efectos devastadores del Covid-19.

La lealtad de Torra

Sorprendió la lealtad de Quim Torra ante Sánchez y los demás presidentes autonómicos. El presidente de la Generalitat de Cataluña presumió de que él había sido uno de los primeros líderes en pedir el cerrojazo total de la actividad empresarial como medida preventiva para combatir el virus y brindó su apoyo al Ejecutivo para que todos cumplan la orden en su comunidad autónoma. Además, coincide con el PP en que se deben suspender los pagos de las cuotas de autónomos y pidió una moratoria de los créditos de hipotecas. 

El socialista Guillermo Fernández Vara transmitió a Sánchez la incertidumbre de algunos sectores como el transporte o el energético, pero fue uno de los que más cerró filas en torno al presidente y puso en valor el mando único en una crisis como la actual. "El virus no entiende de territorios", dijo. 

Otros presidentes autonómicos como el murciano Fernando López Miras o el castellanoleonés Alfonso Fernández Mañueco, ambos del PP, se felicitaron por que el Gobierno central accediera a cerrar todos los sectores que no sean imprescindibles, como ellos venían pidiendo desde hace días.

En concreto, el presidente de Castilla y León consideró necesario garantizar un canal continuo de suministro y pidió cerrar lugares de culto, restringuir más el transporte e incluso incrementar los controles por carretera. Para el confinamiento total, solicitó tener en cuenta las peculiaridades industriales y comerciales de cada comunidad autónoma. 

El presidente de Murcia recordó al jefe del Ejecutivo que él mismo ya había hecho una lista de actividades esenciales y se congratuló de que finalmente pusiera en marcha esta medida, aunque mostró su disconformidad a que lo haya hecho sin contar con unas autonomías en las que Sánchez podría pedir información.

"Nosotros tenemos experiencia en gestión, podemos aportar nuestra experiencia", puso encima de la mesa López Miras. También solicitó a Sánchez que para que la crisis sanitaria no se convierta en una crisis económica peor que la de 2008, disponga un plan de recuperación económica para el día después.

También aprovechó su turno para quejarse de que el material de protección sanitario no llega a Murcia: "De las 100.000 mascarillas que necesitamos solo hemos recibido 8.000. Hay que cambiar el procedimiento de adquisición de material y su distribución", se quejó en rueda de prensa posterior.

En la misma línea se mostró el andaluz Juan Manuel Moreno. "No quiero hacer críticas fáciles, pero los días pasan y el material no llega. Lo necesitamos aquí y ahora", dijo tras poner en duda la buena gestión del mando único.

Solidaridad europea

Sánchez recibió un cierre de filas de los presidentes autonómicos cuando explicó por qué España se plantó en la reunión del Eurogrupo. Todos los líderes coinciden en que ahora es más necesaria que nunca la solidaridad de la Unión Europea para poder hacer frente a la pandemia.

El presidente del Gobierno, sin embargo, tuvo que escuchar las quejas de presidentes -tanto del PP como del PSOE- sobre todo por las formas, por haber tomado una medida tan excepcional sin haber contado antes con su opinión y apenas cinco días después de que los socialistas hubieran votado en contra de esta decisión en el debate de prórroga del estado de alarma celebrado en el Congreso.