Garicano lidera en Ciudadanos la ofensiva contra Vox: “Es nuestro grandísimo enemigo”

Crece en Ciudadanos el número de dirigentes que apuesta por arrinconar a Vox y descartarlo como socio para cualquier negociación. Luis Garicano, candidato europeo de los liberales, se muestra cada vez más incómodo con una estrategia que veta al PSOE, pero no verbaliza una oposición frontal a Santiago Abascal. El economista lidera esa corriente que, con lealtad y de frente, pide a su partido que encarne el centro absoluto: sin muros a izquierda ni derecha. Al mismo tiempo, Garicano llama a disminuir al máximo la capacidad de influencia de las formaciones "eurófobas", entre las que incluye a Vox.

Aunque Ciudadanos aprobó por "unanimidad" su veto al PSOE, la decisión resquebrajó el habitual sosiego que caracteriza las ejecutivas de los liberales. El auge de Vox escuece más si cabe a aquellos mandatarios naranjas que, como Garicano, todavía apuestan por un centrismo ceñido a la negociación de programas, sin vetos apriorísticos. Estos dirigentes revelaron sus dudas cuando el "no" al "sanchismo" se extendió al PSOE en su conjunto.

Apenas un mes antes de que Rivera oficializara su "no" rotundo e invariable a los socialistas, Luis Garicano explicitaba su preferencia en una entrevista con este diario: "Queremos pactar con PP y PSOE". Definió a Vox como una organización "nacional-populista" asimilable a Salvini. "Me dan un poco de miedo físico", llegó a concretar. El martes pasado, en charla con Radio Nacional, calificó a Abascal y el resto de eurófobos como su "grandísimo enemigo".

Los postulados de Garicano son un arma de doble filo para Rivera. No generan inestabilidad en Europa porque allí la socialdemocracia no es Sánchez y el veto no existe, pero sí alteran el día a día en Madrid, donde los estrategas naranjas han decidido jugarse todo a una carta: no habrá acuerdo con el PSOE "pase lo que pase".

Un portavoz autorizado de Ciudadanos advierte un "guiño al electorado" en la mano que Ábalos ha tendido a Rivera: "Probablemente lo hagan para trasladar una imagen de moderación". No obstante, en la sala de operaciones naranja no descartan que Sánchez vuelva a proponerles la firma del Pacto del Abrazo si los números encajan: "Podría hacerlo, claro. Es camaleónico, el poder por el poder".

Luis Garicano ha moderado su mensaje desde que su formación oficializó el veto. No lo ha criticado ostensiblemente, pero nunca lo ha defendido. "Me incomodaría que renunciáramos a nuestros principios", ha comentado en sus últimas intervenciones. Cuando se le pregunta -en distintas entrevistas- por el veto al PSOE, se limita a contestar: "Rivera ha tomado una decisión clara y es la posición".

El candidato a las europeas ha sido muy duro con el actual presidente del Gobierno, pero siempre ha circunscrito su oposición a lo que Ciudadanos denomina como "sanchismo". Cuando Garicano apostó por un pacto con PP y PSOE, Sánchez ya había tomado en relación a Cataluña las decisiones que terminarían empujando a Rivera a imponer el veto.

Las primarias autonómicas de Ciudadanos terminaron de escenificar las diferencias entre Garicano y el aparato. Rivera fichó para Castilla y León a Silvia Clemente, histórica dirigente del Partido Popular. Paco Igea, diputado y médico de profesión, dio un paso al frente. "Ella no puede representar la regeneración que buscamos", explicó. Garicano, amigo de Igea desde tiempos universitarios, se posicionó a su favor e hizo campaña con él.