Un cartel pide la libertad de Oriol Junqueras .

Un cartel pide la libertad de Oriol Junqueras . EFE

Política EL DESAFÍO CATALÁN

El escándalo del despacho de Junqueras en el ala de Psiquiatría de la cárcel de Lledoners

  • "El diario oficial de Cataluña se decide en el despacho que la prisión le ha habilitado a Junqueras para que trabaje de forma habitual", asegura un funcionario de la prisión
  • "Hay visitas que entran con guardaespaldas… entra como autoridad la monja Lucía Caram o el obispo de Solsona"
  • "Ve a su mujer tres veces al mes pero puede ver hasta cuatro veces al día a Rufián o a cualquier alto cargo"
22 octubre, 2018 01:32

Oriol Junqueras dispone de un despacho personal habilitado por las autoridades de la prisión en el ala de Psiquiatría de la cárcel de Lledoners (Barcelona), la más tranquila de todo el centro penitenciario. Es en ese despacho donde, tal y como ha podido conocer EL ESPAÑOL, el líder de ERC se reúne con sus subordinados, gestiona sus asuntos, transmite sus órdenes y decide desde quién será candidato republicano a la alcaldía de Barcelona hasta la estrategia del procés.

"A día de hoy, el Diario Oficial de la Generalidad de Cataluña [el BOE catalán] se decide en el ala de Psiquiatría de Lledoners. Ya no son sólo la cantidad de visitas permitidas, sino el privilegio añadido de los espacios ad hoc para que Junqueras pueda seguir ejerciendo como presidente de facto de la Generalidad desde dentro de la prisión", detalla un funcionario de la cárcel.

No es exagerado asegurar que el líder de ERC maneja los hilos de la política catalana desde su celda. Con Carles Puigdemont aislado en Bruselas y Quim Torra como electrón libre del procés sin apenas influencia, autoridad o ascendente entre los suyos, Junqueras ha acabado asumiendo las funciones de presidente de la Generalidad en prisión. Es a él a quien visitó Pablo Iglesias el pasado viernes para pedirle su sí a los Presupuestos Generales del Estado.

[Más información: Iglesias no convence a Junqueras y asume su posición: "El Gobierno se tiene que mover"]

Pablo Iglesias se reúne con Oriol Junqueras en Lledoners. Atlas

Pero, ¿por qué el ala de Psiquiatría? En la cárcel hay tres espacios para el contacto de los presos con la gente del exterior. El primero lo componen los locutorios con mamparas de cristal, utilizados habitualmente por las familias durante los fines de semana. El segundo es el de los locutorios familiares y de vis a vis, donde no existe separación física entre visitantes y presos, y pueden entrar hasta cuatro personas. Es ahí donde los presos del procés se reúnen normalmente con los políticos que les visitan. "Pero el problema es que no puedes mezclar a Lluís Llach con los gitanos del vis a vis. Así que la prisión le ha habilitado a Junqueras el ala de Psiquiatría. Es en ese despacho donde Junqueras trabaja de forma habitual", señala la misma fuente.

Reuniones políticas

No es el único privilegio para Junqueras. Para el tipo de visitas que reciben los presos del procés debería aplicarse la política de comunicaciones. Sin embargo, se están haciendo pasar visitas personales como visitas institucionales. "La visita de autoridades a la cárcel está, efectivamente, contemplada por el sistema, pero para cuestiones institucionales, no para visitas a personas concretas. Tal y como se está haciendo es un fraude de ley. Hay visitas que entran con guardaespaldas, no se les pide el DNI y no se les cachea", explican.

Las fuentes consultadas en Lledoners aseguran que Junqueras recibe muchísimas más visitas de políticos y periodistas nacionalistas que de familiares. "Ve a su mujer tres veces al mes, quizá cuatro si le dan un extra por las razones que sean. Pero puede ver hasta cuatro veces al día a Gabriel Rufián o a cualquier alto cargo de la Generalidad o de ERC. Y eso es posible porque, en lugar de aplicarles a esas visitas la política de comunicaciones convencional, se les aplica la normativa de autoridades, mucho más flexible. Pero es que ahora entra como autoridad gente como la monja Lucía Caram o el obispo de Solsona. ¿Que autoridades son esas?", señala otro funcionario. 

El ritmo de visitas es tan alto que alguno de los presos del procés se ha quejado por la cantidad que se ve obligado a atender cada día. En más de una ocasión, hay quien ha esquivado una visita no demasiado emocionante con la excusa de que esta coincidía con su hora de piscina o de misa. Las visitas a Junqueras se producen, sobre todo, por las tardes.

Los privilegios alcanzan incluso a los tradicionales cacheos, que son de dos tipos. El primero es el llamado "cacheo policial", muy superficial y poco invasivo. El segundo es el que los funcionarios llaman "taleguero", y que exige desnudar por completo al preso para una inspección bastante menos cómoda que la primera. Cuando, por normativa de la prisión, se tuvo que realizar este último tipo de cacheo a los presos del procés, las autoridades evitaron que este se hiciera de forma reglamentaria. Muy posiblemente, ni siquiera se hizo.

Las mejores celdas

La pregunta es obvia. ¿No hay quejas por parte del resto de presos? "Hicieron una limpia previa antes de su llegada. Las mejores celdas de Lledoners son las que dan a lo que nosotros llamamos la Calle Mayor (Carrer Major). Y son las mejores porque tienen vistas al interior. Antes de que llegaran Junqueras y el resto, sacaron a siete internos de allí. Nada más llegar, Junqueras y el resto ya tenían la televisión en la celda, algo que normalmente implica un trámite de dos o tres días".

Además, se pidieron informes sobre todos los presos del módulo y, a pesar de no tratarse de un módulo conflictivo, "toda la gente 'dudosa' fue trasladada". Es el caso del hijo de un conocido cantante de los años 80, al que hubo que esposar varias veces porque padece problemas psiquiátricos. "Ese chico fue sacado del módulo, al igual que todos los presos mínimamente inestables", continúa una tercera fuente que ha pasado mucho tiempo con los presos del procés en Lledoners.

Sí consiguió conservar su celda un preso que ha acabado convirtiéndose en uno de los mejores amigos en prisión de Oriol Junqueras. Es un preso negro que dice ser brujo y santero, y que cuando vio llegar al líder de ERC se ofreció para "arreglarle" en un sólo día "lo del ojo". Junqueras dio las gracias, denegó amablemente la oferta y ahí nació una amistad que continúa a día de hoy.