El ministro portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, en una imagen de archivo.

El ministro portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, en una imagen de archivo. Efe

Política DESAFÍO SECESIONISTA

El Gobierno pide un candidato sin "cuentas pendientes" tras los "elocuentes" mensajes de Puigdemont

Moncloa se felicita de su paso al frente para neutralizar la investidura del expresidente y celebra la incoherencia entre lo que el prófugo dice en público y lo que realmente piensa.

2 febrero, 2018 12:37

El Gobierno cree que los "elocuentes" mensajes que Carles Puigdemont envió al exconsejero Toni Comín y que fueron revelados el miércoles por El programa de Ana Rosa revelan la diferencia entre la actuación de Puigdemont y lo que realmente piensa". El ministro portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, cree que esa investidura "es imposible" y por ello insta al presidente del Parlament, Roger Torrent, que busque con la Mesa de la Cámara un candidato "sin cuentas pendientes" con la justicia para poder poner en marcha la legislatura en Cataluña.

El ministro portavoz añadió además que si, como dicen los líderes independentistas, "esto ha terminado, pongamos los medios para restablecer la normalidad en Cataluña. Esto es lo que quiere la ente".

En Moncloa se respira más tranquilo después de pedir al Tribunal Constitucional medidas cautelares para bloquear la investidura telemática de Puigdemont. "Hubiera sido un ridículo sin precedentes en ninguna democracia europea", reflexionó tras el consejo de ministros de este viernes Méndez de Vigo, que recordó que el expresidente sigue "fugado" y las únicas cuentas que tiene que rendir son ante la justicia.

En Madrid no tienen claro todavía si el reloj hacia una segunda convocatoria electoral está en marcha. Son "los letrados del Parlament" los que están diseñando un informe en el que analizarán los pasos a seguir después de que el pleno de investidura de Puigdemont quedara suspendido. "Serán ellos los que digan cuál es el camino a seguir", indicó el ministro tras recordar que el artículo 155 sigue en vigor y, por tanto, la administración catalana continúa funcionando con normalidad.