Pablo Iglesias junto con Íñigo Errejón en el Parlamento.

Pablo Iglesias junto con Íñigo Errejón en el Parlamento. J. J. Guillén Efe

Política HACIA VISTALEGRE II

Podemos inicia 2017 como terminó 2016: a golpes entre tres corrientes

Bescansa reta otra vez al número dos a competir en Vistalegre II contra el secretario general. Urbán afea a Iglesias y Errejón su disputa "de patio de colegio". 

2 enero, 2017 19:24

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Poco antes de acabar 2016, Pablo Iglesias pidió contención a sus correligionarios porque el enfrentamiento interno podía "destruir" Podemos. Sin embargo, 2017 ha empezado con el partido morado en la misma tesitura. Juan Carlos Monedero ha denunciado en un artículo que la "bronca de estos días" se enmarca en el contexto de un intento de "cargarse" al secretario general. Carolina Bescansa ha retado al número dos a competir en Vistalegre II contra el número uno. Y, además, el eurodiputado Miguel Urbán ha afeado a Iglesias y Errejón su disputa "de patio de colegio".

El segundo día de 2017 ya se iniciaba convulso merced a un artículo de Juan Carlos Monedero, que siempre dice que su tarea consiste en agitar a las bases con sus reflexiones. En un texto publicado en 20 minutos, el cofundador de Podemos advierte del "intento impenitente del sistema por acabar" con el partido morado.

Después, considera que la "bronca" en el seno de la formación en las últimas semanas se encuadra en el intento que algunos tienen de "acabar como fuera" con el partido de los círculos. "Con el añadido de que hemos sido tan ingenuos y tan tontos de ayudarles a esa tarea de intentar cargarse a Pablo Iglesias, responsable de haber juntado cinco millones de votos en cinco años", denuncia Monedero. A su juicio, si cae Iglesias, caerá todo el partido. 

Bescansa apunta a Errejón

Más allá de esa reflexión, este lunes de nula actividad política también han llegado los golpes internos en Podemos. La secretaria de Análisis Político del partido, Carolina Bescansa, afín a Iglesias, decía que "si alguien tiene un proyecto diferente" al del actual secretario general, debe presentar su candidatura en la próxima Asamblea de Vistalegre. Como ya contó este diario, Bescansa es una del grupo cercano a Iglesias que reniega de un pacto con los errejonistas y reta al número dos a presentarse. 

En declaraciones a Cuatro recogidas por Europa Press, Bescansa decía que será Errejón quien tenga que decidir si da ese paso. Pero, eso sí, agregaba, en tono crítico, su lamento por el hecho de que se intente centrar el debate en este tema cuando "hay cuestiones muy importantes sobre la mesa" como el futuro de las pensiones, el modelo productivo español o la reforma de la Constitución. "Eso es lo que la gente espera que haga Podemos, que plantee una alternativa de país, cómo vamos a poner a Podemos como herramienta para trabajar en esa dirección", afirmaba. Era, por tanto, una llamada a que el partido morado mira hacia fuera y no tanto hacia dentro. 

Urbán: "Da igual si Pablo e Íñigo se llevan bien"

El eurodiputado Miguel Urbán, líder de la corriente anticapitalista, insistía este lunes en que Podemos debe centrarse en los debates políticos y olvidarse de "las disputas de poder" que erosionan a la formación. En una entrevista a EP, llamaba a "desdramatizar la vida política interna" del partido morado y acabar con esas luchas internas porque lo único que están consiguiendo es "dar una imagen que está generando desafección y desilusión" entre los 5 millones de españoles que les votaron en las últimas elecciones generales y entre sus militantes.

"Me da igual si Pablo e Íñigo se llevan bien o mal. Eso no es lo importante", se lamentaba, antes de denunciar que "el culebrón interno tiene que acabar para verdaderamente ser un relato colectivo de debate político". Según el eurodiputado, la última disputa entre 'pablistas' y 'errejonistas' es propia de un "patio de colegio. "Lo que me preocupa es que la disputa es por sillones, cargos y por el poder. No, la disputa tiene que ser política. El problema es que la gente no entiende el debate que estamos teniendo porque no lo entendemos ni nosotros mismos", se quejaba Urbán, quien pedía a sus compañeros un esfuerzo para hacer que las "cosas sean sencillas" y "la gente pueda incorporarse a los debates".