Acto de "rebelión" de la militancia socialista en Madrid contra Díaz y la Gestora

El PSOE es un "partido secuestrado por un grupo de mediocres al servicio de intereses personales", pero son "puras marionetas". Una parte importante de los más de 180.000 militantes socialistas está enfadada, como Miguel Arranz, afiliado de Alcorcón y coordinador de la plataforma de Madrid que pide unas primarias y un congreso cuanto antes para elegir nuevo liderazgo. Este lunes celebró su presentación en Madrid con varios discursos, mucho calor por la afluencia y la Internacional como broche final. 

Miriam García, militante del Álamo, aseguró sentir "dolor" y "vergüenza". "No podemos calmarla intentando culpar al contrario porque nos lo están causando desde nuestro propio partido. Estos compañeros nuestros son los que nos están causando ese dolor", lamentó en un abarrotado auditorio en el centro de Madrid donde se dieron cita alrededor de unas 500 personas.

Contra "la costurera"

"A partir de mayo, Rajoy puede cuando quiera convocar elecciones. ¿Qué cara se nos va a quedar?", se preguntó Álex Martín, de Móstoles, uno de los intervinientes más jóvenes. "Si mañana hay nuevas elecciones, a quién presentamos, ¿a la costurera?", dijo Arranz, en clara referencia a Susana Díaz, la presidenta de Andalucía, que habla a menudo de coser el partido. 

Se calcula que hay una treintena de plataformas similares en toda España. En teoría, ninguna apoya a ningún candidato, pero en realidad la mayoría recelan mucho de Díaz y son más cercanas a Sánchez, el líder del PSOE que trató de hacer un congreso en el que se dirimiese, a través de una votación sobre el liderazgo, si él era avalado para mantener el "no" del PSOE a Mariano Rajoy. Este lunes había hasta algunas camisetas de promoción de su viaje por toda España para hacer campaña frente a la Gestora. 

Las diputadas Maríluz Martínez Seijo, Sofía Hernanz y Margarita Robles. D.B.

Los asistentes

Entre los asistentes había muchos dirigentes próximos a Sánchez y otros que lo acabaron apoyando por su "no" a la investidura de Rajoy. En total hubo seis de los 15 diputados que votaron "no": Zaida Cantera, Margarita Robles (ambas parlamentarias por Madrid), Sofía Hernanz (Baleares), Rocío de Frutos (Ourense), Mariluz Martínez Seijo (Palencia) y Odón Elorza (Guipúzcoa), el único en hablar. También estuvieron José Luis Ábalos (Valencia), uno de los promotores del primer acto de Sánchez tras abandonar el PSOE y la cámara baja, hace semanas en Xirivella (Valencia). El presidente del PSOE en la Comunidad de Madrid, Manuel Robles, también alcalde de Fuenlabrada, intervino también. Entre el público estaba Enrique Rico, secretario de Organización del partido, cuya líder, Sara Hernández, apoya sin titubeos a Sánchez. María Luisa Carcedo, senadora asturiana y de la estricta confianza de Sánchez, se sentó entre el público. 

Elorza y Robles fueron los más comedidos en el uso de la palabra y pidieron que no hubiera descalificaciones hacia otros socialistas. 

"Convicciones y sentimientos"

"Este es un acto de partido" y nadie debe "hacer nada ni decir nada" que vaya contra otros socialistas. "No podemos hacer nada que ayude a romper un poco más este partido. No valen las descalificaciones a nadie", pidió. Sin embargo, los insultos, incluso de "golpistas" o "fascistas", se escuchaban entre el público. 

"Es un acto de rebelión democrática de las bases del partido", dijo Elorza, que aseguró hablar "en nombre de los diputados del no". "Esta batalla la vamos a ganar desde las convicciones y desde los sentimientos", dijo.

Elorza también pidió "autocrítica". "Lo que nos ha traído hasta aquí es un ejercicio continuado de errores. De las direcciones del PSOE", dijo ante un gran silencio de la sala, que comprendió que se refería también a Sánchez. 

Robles aseguró respetar a la Gestora y a Díaz. "Pero tengo que denunciar que están equivocados", advirtió. El alcalde de Fuenlabrada hizo un "llamamiento a la Gestora" para que reflexione y lamentó que el PSOE, "pionero en muchos elementos", está metiendo "el freno de mano".

El acto acabó con la Internacional, el himno obrero e histórico del PSOE, que los asistentes cantaron con el puño en alto y que muchos pudieron entonar gracias a las letras que fueron proyectadas sobre una fotografía de Pablo Iglesias, el fundador del PSOE.