Ocupación del aeropuerto de El Prat orquestada por Tsunami Democràtic.

Ocupación del aeropuerto de El Prat orquestada por Tsunami Democràtic. Efe

España

Un estudio de la Carlos III vincula al 'procés' el deterioro de la atención médica en Cataluña y el aumento de la mortalidad

La principal beneficiada de la 'fuga de cerebros' en el sector médico fue la Comunidad Valenciana. El trabajo concluye que el efecto negativo persiste en Cataluña desde hace siete años.

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Un estudio de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) achaca al procés el aumento de la mortalidad hospitalaria en Cataluña.

Así lo concluye un trabajo, de 84 folios, denominado Political Polarization and Human Capital Allocation y elaborado por David Martínez-Miera, doctor en Economía, y el economista Carlos Sunyer. Ha sido publicado por el Center for Economic Policy Research.

En él, se analiza cómo la polarización política "afecta a la asignación de capital humano" y a la "movilidad y ubicación" de éste. En concreto, el estudio se centra en el sistema sanitario español desde 2017 hasta 2024.

Y demuestra, usando datos del sistema de examen MIR (Médico Interno Residente), que el aumento de la polarización política en Cataluña redujo la calidad promedio de los médicos residentes que eligieron trabajar en esa región desde 2018.

Es decir, el ambiente crispado tras el 1 de octubre de hace ocho años disminuyó la calidad media de los médicos asignados a hospitales catalanes, medida por sus puntuaciones en el examen MIR.

¿Por qué? El documento apunta a lo que denomina "aversión al conflicto". ¿En qué consiste este concepto? En que tanto los médicos más afines al independentismo catalán como los contrarios a esta ideología optaron por elegir otros territorios antes que la tan polarizada Cataluña.

De hecho, el descenso fue más notable entre los médicos con mejores puntuaciones, que son los que tenían más opciones de elegir.

Según el estudio, esta situación se tradujo en un "impacto negativo en la calidad asistencial", que fue sostenido en el tiempo. Y, con ello, aumentó la tasa de mortalidad hospitalaria en un 6,9% en comparación con el resto de España.

"Coherente con la disminución del capital humano, observamos un aumento en las tasas de mortalidad hospitalaria", señalan los autores del estudio.

"Nuestros hallazgos pueden tener importantes implicaciones para el debate sobre las consecuencias económicas de la polarización política y destacan el impacto de la reasignación del capital humano en el bienestar social", valoran.

¿A dónde huyó este talento? La principal beneficiada de la fuga de cerebros catalana fue la Comunidad Valenciana, históricamente receptora de residentes catalanes y sociodemográficamente similar.

Los autores del estudio concluyen, además, que este efecto negativo persiste. Se mantiene, por tanto, desde hace siete años "sin evidencia de tendencias previas que lo expliquen".

En resumen, este análisis concluye que la polarización no sólo afecta a la segregación ideológica, sino que afecta al normal funcionamiento de servicios públicos.

Y provoca una "reubicación significativa" de profesionales altamente cualificados, lo que genera costes sociales —nada menos que una peor atención sanitaria— y económicos persistentes en el tiempo y, a veces, imperceptibles, aunque medibles.

El 1 de octubre de 2017 se produjo el referéndum ilegal convocado por el Govern catalán, presidido entonces por Carles Puigdemont.

Previamente, había sido declarado ilegal por el Tribunal Constitucional. Aun así, se celebró.

El 27 de octubre de 2017, cuando el Gobierno catalán y el Parlament proclamaron la declaración unilateral de independencia, el Ejecutivo central, presidido por Mariano Rajoy, aplicó el artículo 155 de la Constitución Española.

Este mecanismo, que supuso el cese de todos los miembros del Govern, obligó a las instituciones catalanas al cumplimiento de la legalidad constitucional.

En 2019, el Tribunal Supremo acabó condenando a los líderes del procés, con la excepción de Puigdemont, fugado de la Justicia en Bélgica.