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Alfredo Amestoy, a sus 83 años, recibe a El Español dispuesto a hablar de todo. El que fuera un innovador presentador de radio y televisión el siglo pasado hoy escribe libros desde el retiro y la tranquilidad. Su característico flequillo no ha cambiado, así como tampoco lo ha hecho su cercanía y tono irónico.

Como todo en la vida la entrevista comienza con la juventud, una bastante curiosa, pues en el 65, Alfredo pasó "una noche de farra con los Beatles", junto a Javier Krahe. Aunque tras contar cómo fue el brindis de Fino con el grupo británico en pleno Jerez, la política entró al ruedo para acapararlo todo.

Amestoy posa para las cámaras de EL ESPAÑOL en el Hotel Mayorazgo

Amestoy posa para las cámaras de EL ESPAÑOL en el Hotel Mayorazgo Rodrigo Mínguez

Durante la conversación Amestoy en un momento plantea la posibilidad de que Arias Navarro estuviera implicado en el asesinato a Carrero Blanco. El estupor de Daniel Ramírez, entrevistador, corta la entrevista con una pregunta: ¿Tú crees que Arias Navarro estuvo metido en el asesinato de Carrero Blanco? pregunta. "Claro, USA con su silencio o su no sé qué tipo de colaboración. Por supuesto que sí" responde Amestoy. Las declaraciones son duras y tajantes. El propio Alfredo asegura que aunque no duda de sus fuentes, tampoco nunca se preocupó de obtener pruebas, no puede probar lo que perfectamente podría ser una teoría de la conspiración más.

Frente a la actualidad política se plantea la crítica al antifranquismo del actual presidente del Gobierno y la manera en que se conmemora la historia, 100 actos en un año. "Si lo hiciera Putin con Stalin llamaría la atención" asegura Amestoy, apuntando a la evidente incoherencia. Además, reflexiona sobre la reconstrucción de la memoria histórica en España, argumentando que "cuando pasen 100 años" será posible ver la figura de Franco desde otra perspectiva.

Amestoy mira a cámara

Amestoy mira a cámara Rodrigo Mínguez

En un periodista que ha vivido una dictadura, así como la democracia y su transición, se hace inevitable tocar el tema de la censura. "Quizás mucho más fácil es la censura de la dictadura" sostiene Amestoy, porque existía un autocontrol interno. En contraste, critica a aquellos que ahora la ejercen desde la democracia, cuando no debería estar presente: "Los conversos son los peores, en las religiones y en la política"