Independentistas catalanes se concentran, este viernes, ante el Consulado de Italia en Barcelona para exigir la puesta en libertad de Puigdemont.

Independentistas catalanes se concentran, este viernes, ante el Consulado de Italia en Barcelona para exigir la puesta en libertad de Puigdemont. Quique Garcia EFE

España

Las 20 horas y media en las que Puigdemont creyó que sería entregado a España

Los enredos de la camarilla de Puigdemont con el Kremlin y su intento de agitar los movimientos secesionistas en otras regiones han agotado su crédito en Europa.

25 septiembre, 2021 10:08

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El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont abandonaba la cárcel de Sassari (Cerdeña) este viernes a las 18:00 hora con gesto triunfalista y una frase de desprecio: "España no pierde la oportunidad de hacer el ridículo".

Su visita a la isla italiana ha permitido a Puigdemont convertirse durante unas horas en el héroe del independentismo catalán que, necesitado de nuevos episodios épicos, no logró llenar las calles de Barcelona en la pasada Diada.  

Tras su puesta en libertad y el presumible baño de multitudes de este fin de semana en Cerdeña, el prófugo regresará a la irrelevancia de Waterloo, donde ha creado su propia Corte, el Consell de la Repùblica, que juega a los espías con los emisarios de Putin.

La realidad es que los enredos de la camarilla de Puigdemont con el Kremlin y su intento de agitar los movimientos secesionistas en otras regiones del Continente, como Cerdeña o el sur de Francia, ha hecho que se agote su crédito ante los principales gobiernos europeos.

Durante 20 horas y media, Puigdemont creyó que podía ser entregado a España. Y hay quien apunta que es lo que buscaba.

21.15 La detención

Carles Puigdemont llega al aeropuerto de L'Alguer (Cerdeña) a las 21:05 del jueves a bordo del vuelo FR6732 de la compañía low cost Ryanair, que ha despegado dos horas antes (a las 19:10) desde Bruselas. Su propósito es participar en el festival de folklore Aplec Internacional Adifolk, junto a la presidenta del Parlament, Laura Borràs, y la consellera de Acción Exterior de la Generalitat, Victoria Alsina.

Pocas horas antes de tomar el vuelo, Puigdemont publica en Twitter su enésimo mensaje insultante: "España es una monarquía bananera". Pero apenas ha descendido la escalerilla del avión se le aproximan varios agentes de paisano de la policía fronteriza italiana que, tras confirmar su identidad, le comunican su detención en cumplimiento de la orden internacional de busca y captura que pesa contra él.

Puigdemont acepta acompañar a los agentes, con aparente contrariedad. Durante los últimos meses se ha movido con absoluta libertad, a la espera de que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) resuelva la demanda que presentó contra la decisión del Parlamento europeo de retirarle la inmunidad.

Por eso, mientras los agentes le conducen a las dependencias policiales del aeropuerto para efectuar los trámites de su detención, Puigdemont se muestra convencido de que se trata de un error. Luego facilita a los policías el contacto de su abogado, Gonzalo Boye.

El juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena no tendrá conocimiento de la detención del líder independentista hasta media hora después. Los funcionarios de la policía fronteriza italiana han actuado por iniciativa propia, después de que una alerta les informara de que en el vuelo procedente de Bruselas viajaba un pasajero sobre el que pesa una Orden Europea de Detención (OED) dictada el 14 de octubre de 2019.

22:40 Estalla la noticia

La noticia salta a las 22:40 horas del jueves, cuando EL ESPAÑOL informa en exclusiva de que Carles Puigdemont ha sido detenido en el aeropuerto de Cerdeña.

Minutos después, a las 23:19, el abogado de Puigdemont confirma la noticia en su perfil de Twitter: "El President Puigdemont ha sido detenido a su llegada a Cerdeña donde acudía como eurodiputado; esta detención es en función de la euroorden de 14 de octubre de 2019 que, por imperativo legal -según establece el Estatuto del TJUE, se encuentra suspendida".

Mientras el prófugo es conducido a la cárcel de Sassari, se suceden las reacciones políticas en España. El líder del PP, Pablo Casado, confía en que Puigdemont sea juzgado en España y exige a Pedro Sánchez que se comprometa a "respetar la sentencia de la Justicia sin indultos a cambio de permanecer en el poder".

Desde Unidas Podemos, Jaume Asens califica de "ilegal" la detención del líder del golpe del 1-O. Mientras tanto, el Gobierno guarda silencio. No será hasta entrada la madrugada cuando la Moncloa emita un escueto comunicado en el que afirma que expresidente "debe someterse a la acción de la Justicia exactamente igual que cualquier otro ciudadano". 

Es una noche de nervios para el equipo del presidente Sánchez que, tras intervenir el miércoles en la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, ha regresado a la isla de La Palma para acompañar a Felipe VI y Letizia en su visita a los afectados por la erupción del volcán Cumbre Vieja.

Otro volcán acaba de estallarle al Gobierno en la isla de Cerdeña, que puede hacer saltar por los aires todo el tablero político. La detención de Puigdemont amenaza la continuidad de la Mesa de Diálogo con Cataluña, fundamental para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado.

La noticia agranda el abismo entre los socios mal avenidos que gobiernan la Generalitat. Junts apuesta por la ruptura para dejar en evidencia a ERC, en una deriva que llevaría a la ingobernabilidad a Cataluña y el resto de España. Justo lo que quiere Puigdemont.  

8:00 La movilización

La noticia de la detención de Puigdemont es el revulsivo que necesitaba el independentismo para levantar los ánimos de sus fieles. Tras la noche de zozobra que Puigdemont ha pasado en la cárcel de Sassari, el president Pere Aragonès anuncia a las 8:00 que ha suspendido toda su agenda prevista para el viernes, con el fin de reunir a su Consell de Govern y mantenerse en contacto con el entorno de Puigdemont.

Pilar Rahola canta Bella Ciao en la Diagonal, después de que los Mossos impidan a un grupo de manifestantes protestar ante la sede del Consultado de Italia en Barcelona. Se anuncia una peregrinación de independentistas catalanes a Cerdeña, para velar a su líder mientras permanezca en prisión.

Casi a la misma hora, poco después de la 1 del mediodía, se pronuncian Pedro Sánchez y José María Aznar, con un tono muy distinto. Desde la isla de La Palma y (una vez más) en una comparecencia sin preguntas, el presidente del Gobierno mantiene su apuesta por la Mesa de Diálogo con la Generalitat para superar el "trauma" que los catalanes sufrieron en 2017.

También sin que nadie le pregunte, Aznar dice en la clausura del Campus FAES: "Este prófugo de la Justicia para ser juzgado por los tribunales españoles".

El juez Pablo Llarena acaba de enviar a Eurojust (la agencia europea para la cooperación judicial penal) un oficio en el que recuerda que la euroorden contra Puigdemont sigue en vigor: "el procedimiento judicial del que deriva la euroorden está activo y pendiente de la captura de los procesados en situación de rebeldía".

18:00 De nuevo libre

El desenlace del drama es conocido. Poco antes de las 4 de la tarde, el jefe de la oficina de Puigdemont en Bruselas, Josep Lluís Alay, anuncia que la Corte de Sassali ha resuelto dejar al expresidente en libertad sin medidas cautelares. Podrá declarar por videoconferencia desde Waterloo en la vista convocada para el 4 de octubre, tras la cual el tribunal decidirá si debe ser entregado a España. 

Carles Puigdemont abandona la cárcel de Sassali a las 6 de la tarde. A la puerta le esperan la presidenta del Parlament, Laura Borràs, la consellera Victoria Alsina y varias decenas de independentistas que se han desplazado a la isla. Puigdemont agradece el trato que le han dispensado la Policía italiana y los funcionarios de la prisión.

Su entorno confirma que el expresidente permanecerá en Cerdeña durante el fin de semana para participar en el festival de folklore catalán, tal como tenía previsto, antes de regresar a la Casa de la Repùblica de Waterloo. Otra página épica en la historia del independentismo.