Gila.

Gila. Tomás Serrano.

España INDULTOS

Los argumentos de Sánchez en el Liceo no convencen a la oposición ni a los indultables

Casado lo considera una prueba de su proyecto de "cambio de régimen"; Aragonés asegura que "no aportan ninguna solución". 

22 junio, 2021 02:46

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Nada más confirmar en el acto de este lunes en el Liceo de Barcelona que el Consejo de Ministros aprobará este martes los indultos, Pedro Sánchez recibía el primer gesto de desaprobación. Un espontáneo en la selecta platea del templo lírico barcelones, estelada en mano, hacía gestos de desaprobación al tiempo que le espetaba, en catalán, que "la independencia es el único camino" y profería gritos en favor de la "amnistía".

Sánchez perdía por momentos el hilo y señalaba, dadas las circunstancias, que "no ignoro, como estamos viendo, que hay personas contrarias a esta medida, y tampoco ignoro sus razones".

Un argumento fabricado por el equipo de Moncloa que vale tanto para quienes, como el espontáneo, se oponen a la medida desde la óptica separatista como para quienes, antagónicamente, lo hacen desde la perspectiva del constitucionalismo en Cataluña. 

Un momento del discurso de Sánchez en el Liceu.

Un momento del discurso de Sánchez en el Liceu. EFE

Pero lo cierto es que, más allá del incidente durante el medido y preparado discurso, el presidente del Gobierno no convencía ni a la oposición política nacional ni a los indultables. 

Casi a la misma hora, Pablo Casado dejaba clara una vez más su total rechazo a la medida de gracia, fruto, explicaba en una reunión conjunta de los grupos del PP en el Congreso y el Senado, de la pretensión del líder socialista de "dar continuidad a su proyecto de cambio de régimen".

El líder del primer partido de la oposición, en un discurso escrito, calificaba al inquilino de La Moncloa como el "político menos fiable y más destructivo de nuestra historia democrática", tachaba de "ópera bufa" el acto del Liceo e incluso arremetía en términos muy duros contra algunos de quienes lo apoyaban: "No hay grandeza alguna en los extraños compañeros de cama que Sánchez ha logrado para su causa, solo expresan su debilidad económica y moral. Eso es lo que vemos en el Liceo, una supuesta sociedad civil rota y débil entregada a un Gobierno con dinero pero sin principios".

Casado, este lunes en el Congreso.

Casado, este lunes en el Congreso. EFE

No menos severos con el Gobierno se mostraban Vox y Ciudadanos. "Sánchez ha ido a volver a arrodillarse ante el golpismo, ante el separatismo, ante la barbarie, la desorganización, el caos y la violencia en las calles" decía Jorge Buxadé, portavoz de la dirección nacional de los de Santiago Abascal, mientras que Inés Arrimadas ironizaba sobre el escenario elegido por el jefe del Ejecutivo: "Hace teatro del malo. Se disfraza de hombre de Estado, pero sólo le importa permanecer en Moncloa".

Aragonés: "No aportan nada"

Pero tampoco Sánchez se llevaba buenas palabras del presidente de la Generalitat, el republicano Pere Aragonés, quien zanjaba que los indultos "no aportan ninguna solución a una represión que va mucho más allá", decía, de los nueve presos del "procés". Lo único que hacen, en opinión del jefe del Gobierno autonómico, es corregir "una sentencia del Tribunal Supremo que fue injusta". 

Por su parte, el llamado Consejo por la República, un pseudo organismo dirigido por el ex presidente Carles Puigdemont, afirmaba en un comunicado que todo es una "operación de distracción" de Sánchez.

Veinticuatro horas antes, Puigdemont ya había dejado clara su opinión, asegurando "que nadie nos intente vender, especialmente el señor Pedro Sánchez, la idea de que con los indultos se ha resuelto un problema político, porque no es así".

Desde otro ámbito, el ex presidente del Gobierno, Felipe González, cuya Fundación organizaba en Madrid un acto de homenaje al fallecido Alfredo Pérez Rubalcaba, decía de manera críptica durante el mismo que "hay algunas decisiones que llevan a callejones difíciles y estrechos, con salidas complicadas si no se tiene claro cuáles son los marcos de convivencia que hay que respetar". 

Ni con consenso en el conjunto del país ni con excesivo entusiasmo en el mundo del independentismo catalán. Así llega a la mesa del Consejo de Ministros la medida más polémica adoptada por Sánchez desde que hace tres años llegase a la presidencia del Gobierno.