El presidente y el vicepresidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco (PP) y Francisco Igea (Cs).

El presidente y el vicepresidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco (PP) y Francisco Igea (Cs). Efe

España MOCIÓN DE CENSURA

El PSOE busca cuatro díscolos en Cs para hacer un 'tamayazo' a Mañueco e Igea en Castilla y León

Francisco Igea reprocha a Luis Tudanca que intente "comprar voluntades" y defiende que todos sus diputados tienen "convicciones, moral y decencia".

5 marzo, 2021 02:50

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Los socialistas quieren pescar en el río revuelto de Ciudadanos y se han fijado como próximo objetivo la Junta de Castilla y León, un territorio pintado en azul desde hace más de tres décadas.

Luis Tudanca, secretario general del PSOE en la región, ha lanzado el misil: presentará una moción de censura contra el Gobierno que comparten Alfonso Fernández Mañueco (PP) y Francisco Igea (Cs).

Las cuentas, sin embargo, no salen sin el capote de Ciudadanos. El PSOE, que fue el partido más votado en las elecciones de 2019, cuenta con 35 escaños en el Parlamento castellanoleonés. Para que la moción prosperase, necesitaría del voto a favor de Vox, Unión del Pueblo Leonés y el partido Por Ávila, que consiguieron un diputado cada uno. Unidas Podemos entró en el grupo mixto con dos parlamentarios.

Con estos mimbres, la balanza solo se inclinaría a favor del PSOE con la ayuda de Ciudadanos, que dispone de 12 asientos en el órgano legislativo. Los socialistas necesitarían convencer al menos a cuatro de sus diputados para que prosperara la moción, ya que ni Vox, ni Unión del Pueblo Leonés, ni Por Ávila van a participar en esta maniobra.

La caída de Ciudadanos en sus expectativas electorales ha animado a los socialistas a dar un paso al frente, que ven que "es el momento" de "encontrar a tránsfugas en las filas de Inés Arrimadas"; miembros "desencantados" con el proyecto que sean capaces de darles el Gobierno a cambio "de mantenerles en nómina", según denuncian fuentes del Gobierno castellanoleonés.

De momento, parece que hay "más ruido" en la operación que una posibilidad real capaz de sacar al PP de la Junta, donde lleva instalado desde 1987. Pero ahora depende del apoyo de Cs.

Fuentes del partido conservador dan por hecho que los socialistas "cumplirán su palabra y presentarán esa moción en el peor momento posible: en mitad de una pandemia". Sin embargo, respiran tranquilos porque "el Gobierno goza de muy buena salud" y la relación entre los equipos de PP y Cs "es fantástica".

Sobre qué votarían los doce diputados de Cs en una hipotética moción de censura liderada por el socialista Luis Tudanca, en el PP no se atreven a poner la mano en el fuego, pero ven "muy difícil" que ese velero llegue a puerto. "Si de verdad hubiera diputados interesados en darles el gobierno no lo dirían y la presentarían: lo hacen para hacernos saltar", reflexionan fuentes del partido conservador.  

Los nervios han aflorado en Cs, donde intentan cerrar una polémica que, aseguran, no existe. El vicepresidente de Castilla y León y máximo representante del partido en la región, Francisco Igea, pidió este miércoles al PSOE que se limite a presentar "un proyecto alternativo" cuando registre la moción de censura.

"Comprar voluntades"

"Tudanca está intentando comprar voluntades, lo peor de la vieja política", afeó, dando por hecho que los socialistas han ofrecido algún tipo de prebendas a miembros de su equipo a cambio de su voto afirmativo. 

El enfado de Igea por la insinuación de que en su grupo habría personas dispuestas a dar un vuelco al Gobierno se notó en el tono de su intervención: "Tudanca debe saber que ningún procurador de Ciudadanos se apellida Tamayo".

Con esta afirmación, Igea metió el dedo en la herida que más duele al PSOE, al recordar que hubo dos diputados socialistas que evitaron que Rafael Simancas se convirtiera en presidente de la Comunidad de Madrid en 2003, ausentándose de la votación.

Los socialistas, vino a decir, son los que no son de fiar. Igea resaltó que todos los diputados de su grupo parlamentario tienen "convicciones, moral y decencia" y acusó a los socialistas de estar "desesperados".

Casi al mismo tiempo, la líder de Ciudadanos visitaba al presidente de Aragón, el socialista Javier Lambán. Inés Arrimadas evitó evaluar esta maniobra de los socialistas y simplemente recordó que "en el momento actual no podemos desviarnos por el interés del PSOE".