El Govern tras el 1-O

El Govern tras el 1-O Efe

España EL POST 21-D

Los separatistas reabrirán las embajadas y "restituirán" a los cesados por el 155

Junts per Catalunya insiste en que Forcadell presida el Parlament y Junqueras sea el vicepresidente. ERC, de momento, a la expectativa.

28 diciembre, 2017 02:03
Barcelona

Noticias relacionadas

La palabra de moda es "restitución", que según la Real Academia Española es "restablecer o poner algo en el estado que antes tenía" o "volver algo a quien lo tenía antes". No se debe confundir con "restaurar", que según el diccionario es "reparar, renovar o volver a poner algo en el estado o estimación que antes tenía". Son dos conceptos que los arqueólogos manejan con soltura cuando deciden cómo afrontar la recuperación del patrimonio. Mientras que restituir se refiere a colocar las piezas originales en el sitio que se supone que les corresponde, restaurar implica más cambios para tratar de recuperar, aun con materiales modernos, el aspecto primitivo. 

Junts per Catalunya, la lista electoral que encabezó Carles Puigdemont, no quiere restaurar nada. No quiere cambios en la nueva-vieja Generalitat. Al menos hay uno que no quiere a toda costa: el que afecta a la presidencia. Por eso este miércoles, la vuelta a la actividad política en Cataluña, los portavoces de su candidatura se apresuraron a mantener la promesa hecha en campaña de "restitución" de lo que ellos consideran el Gobierno legítimo de la Generalitat, que fue cesado por el Gobierno central cuando aplicó el artículo 155 de la Constitución.

Lo hicieron Eduard Pujol, el portavoz de la lista, un independiente cercano a Puigdemont, y Jordi Turull, exconseller de presidencia y peso pesado del PDeCAT, en sendas entrevistas. 

La situación distinta de los electos con causas

Pero algunos tienen más fácil ser restituidos que otros. Por ejemplo: los tres electos en prisión preventiva (Oriol Junqueras, de ERC, Joaquim Forn y Jordi Sánchez, de JuntsxCat) podrían salir en libertad a principios de enero y seguir el camino de los otros seis exconsellers que volvieron a casa a tiempo para hacer campaña electoral.

Sin embargo, Puigdemont y los cuatro exconsellers huidos a Bruselas (dos de ERC, dos de JuntsxCat) saben que al poner un pie en Cataluña serán detenidos y puestos a disposición judicial. Tras casi dos meses como prófugos de la Justicia española, es poco probable que el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena les conceda la libertad provisional. 

Fuego cruzado entre Turull y Rufián

Por ese motivo, Turull aventuró que Puigdemont considera "todas las posibilidades", incluida una complicada investidura telemática, para lo que haría falta cambiar el reglamento del Parlament. ERC frenó en seco la pretensión. "No se puede tener un presidente por Skype", dijo en una entrevista Gabriel Rufián.

No es ninguna sorpresa que dirigentes de ERC, tan escéptica durante la campaña, ahora apuesten firmemente por Puigdemont al tiempo que reconocen en privado que saben que no volverá. El plan b, como dijo Rufián, es Junqueras. ¿Quién si no es el vicepresidente sucede al presidente de un Gobierno legítimo cuando no puede ejercer su cargo?

El empeño de Puigdemont congela, de momento, cualquier avance. Incluso la primera decisión, que es elegir a los miembros de la Mesa del Parlament, su órgano de gobierno, incluido al presidente. JuntsxCat apuesta firmemente por que repita Carme Forcadell. Sería la primera pieza de un dominó que concluiría con Puigdemont de nuevo en el Palau de la Generalitat.

Pero ni Forcadell tiene claro que quiera repetir ni ERC que deba hacerlo, ya que suena también el nombre del exconseller Carles Mundó. Y si Mundó es presidente del Parlament, puede comenzar la restauración del independentismo en las instituciones, pero no la restitución de sus antiguos protagonistas.

Recursos contra el cierre de DiploCat

Las grandes orientaciones del programa que podrían impulsar JuntsxCat y ERC son una incógnita, pero sí hay algunas medidas que los dos partidos están deseando tomar. Una de ellas es la reapertura de DiploCat, la agencia diplomática de la Generalitat, en liquidación por orden del Gobierno, y la vuelta de las embajadas fuera de Cataluña, cerradas en su mayoría. 

Diversas fuentes independentistas confirman que esa será una de las primeras medidas, en consonancia con lo defendido durante la campaña, ya que consideran que son fundamentales para la promoción económica y cultural de Cataluña en el mundo. En ese empeño seguramente lograrán un apoyo mayor que el que tendrá el independentismo, ya que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha presentado recurso contra la disolución de DiploCat y la Asociación Catalana de Municipios (ACM) ha anunciado este miércoles el suyo propio.