Sánchez se reunió con Moscovici, que le pidió que apoyase el tratado CETA con Canadá.

Sánchez se reunió con Moscovici, que le pidió que apoyase el tratado CETA con Canadá. EFE

España EL NUEVO PSOE

Mayoría de diputados del PSOE contra el viraje de Sánchez sobre el CETA

"Es una foto horrible. Los de Podemos sí están en contra, pero al menos tienen huevos de defenderlo", dice un diputado.

23 junio, 2017 03:38

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Es un tratado de libre comercio con Canadá. Se llama CETA por sus siglas. Sus intríngulis son difíciles de comprender a menos que los explique un experto en una conversación que forzosamente durará más de 10 minutos. Es también el primer incendio de Pedro Sánchez tras el congreso en el que se hizo con casi todo el poder en el PSOE.

El grupo parlamentario socialista, compuesto por 84 miembros, está mayoritariamente a favor del texto del acuerdo. Así lo expresó en todas las votaciones previas, celebradas en el Congreso y en el Senado. Los socialistas fueron unánimes en el Parlamento Europeo en febrero, cuando todos ellos ratificaron el acuerdo. También la nueva portavoz del PSOE en la Eurocámara, Iratxe García, del círculo más cercano de Pedro Sánchez, ha defendido con vehemencia el texto, reivindicado por la familia socialdemócrata europea como el más progresista de todos cuantos tratados de libre comercio ha firmado la UE.

Un tuit a las 21:06 del martes de la nueva presidenta del PSOE, Cristina Narbona, desató la especulación. "No lo vamos a apoyar", dijo. Desde entonces y hasta la misma mañana de este jueves, el equipo de Sánchez comenzó a maniobrar para alentar la "abstención motivada" que anunció el nuevo líder socialista en un comunicado de prensa

“En 1.600 páginas del Tratado, sólo hay 4 sobre nuestros derechos medioambientales. Tenemos diferencias en el modo de resolución de disputas, en el desequilibrio en la protección de los derechos laborales frente a los inversores y en la ausencia de penalizaciones en la violación al Tratado", dijo Sánchez en el comunicado. 

El vendaval trató poco en levantarse en el grupo socialista y más allá. Tanto en la Comisión Europea como en algunas cancillerías se expresó preocupación por el repentino cambio de postura del PSOE. El grupo socialista en el Congreso de los Diputados afronta dividido la votación definitiva del texto. Tendrá lugar el próximo jueves en el pleno de la cámara.

"Un buen acuerdo con un buen país"

"Es un buen acuerdo con un buen país”, dijo el socialista francés, Pierre Moscovici, el comisario europeo de Economía y uno de los pesos pesados del Ejecutivo comunitario. "Es progresista, entre Europa y un país que comparte nuestros valores", dijo en Madrid, antes, durante y después de celebrar una reunión con Sánchez.

El CETA lleva más de un lustro sobre la mesa y está en su fase final de ratificación. Negociado por Canadá y la Comisión Europea, recibió en febrero el aval de la Eurocámara (408 a favor, incluyendo a la mayoría de socialdemócratas europeos, y 254 en contra), pero cada país miembro debe ratificarlo en sus parlamentos nacionales. Es decir, que si un país lo rechaza, lo tumba. No será el caso de España, porque el texto tiene garantizado el voto a favor del PP, Ciudadanos, PNV, PDeCAT y otros diputados que superan ampliamente la mayoría absoluta. Unidos Podemos ha llevado la voz cantante al considerar que es una puerta abierta al neoliberalismo que atenta gravemente contra derechos laborales y medioambientales europeos. 

Una mayoría de diputados socialistas no dan crédito. "Cuando se negoció el TTIP [tratado de libre comercio con EEUU], una parte de la izquierda lo tomó como un símbolo. Llegó Donald Trump, lo tumbó y ahora empuñan el CETA. Pero no tiene nada que ver. Los socialdemócratas hemos conseguido muchas reglas que salvaguardan los derechos de los europeos", dice un diputado crítico.

"La gran mentira es que se abre la puerta a un arbitraje privado para los conflictos entre los Estados y las empresas, cuando lo que se hace es crear un tribunal con jueces y académicos que sigue las pautas de la Corte Penal Internacional. Y además se hace permanente. Hay 47 tratados de libre comercio en vigor y todos tienen arbitrajes privados. Este es el primero que logra un salto cualitativo. Un ejemplo para todos los demás", explican las mismas fuentes. 

"Todo empieza antes de lo que nos temíamos"

"En este acuerdo hay más geopolítica que economía", según otro parlamentario. "Canadá, la Canadá del progresista Justin Trudeau, es el mejor país con el que aliarnos. Su salario mínimo es de 1.300 euros al mes, invierten más que España en Sanidad y Educación, han ratificado todos menos uno de los convenios sobre derechos laborales de la Organización Internacional del Trabajo que en la UE están en vigor. Y con el último están en trámites. Incluso muchos parámetros medioambientales son más estrictos que los nuestros. Canadá es el país más europeo que existe. Por eso, en este mundo con tanto proteccionismo y con nuevas potencias que emergen al margen de la UE, si con algún país debemos aliarnos, es con Canadá", explica. 

Otros diputados se quejan de las formas. "Nos enteramos por un tuit. Sin debate en la Ejecutiva [se celebrará el lunes], ni en el grupo parlamentario [el martes], sin preguntar a nadie. Primero Cristina Narbona dice que no lo apoyaremos y luego llega la decisión de abstenernos dictada por Pedro Sánchez. No parece que haya consultado a las bases sobre esto", ironiza. 

Sin embargo, en su comunicado sí aludía a la democratización de las decisiones. "Hay que contar con la sociedad civil. Hagamos los tratados de abajo a arriba", reclamaba. Partidarios de Sánchez aseguran que entre sus plataformas y sectores de referencia existen muchos temores respecto al CETA y lo que hacen es escucharlos.

"Hemos ido a una concepción cesarista del partido. Todo empieza antes de lo que nos temíamos", lamenta otro diputado. "En el fondo Podemos nos tiene donde quiere tenerlos. Va a decidir si somos de izquierdas. Si apoyamos moción de censura, somos de izquierdas. Si estamos contra el CETA, somos de izquierdas". "Es una foto horrible. Los de Podemos sí están en contra, pero al menos tienen huevos de defenderlo", dice otro distinto.

Pese a estas amargas críticas, ningún diputado socialista de los contactados por este periódico tiene previsto votar a favor y romper la disciplina de voto. "No somos como ellos. Seremos disciplinados y acataremos la decisión de la dirección de nuestro partido", prometen.