Díaz y Sánchez en un acto del PSOE en Sevilla.

Díaz y Sánchez en un acto del PSOE en Sevilla. EFE

España

Díaz busca maniatar el liderazgo de Sánchez en el congreso federal

La baronesa, junto a Javier Lambán, rechaza la oferta del secretario general de pactar listas únicas y le reta a medirse con la militancia andaluza.

24 mayo, 2017 03:22
Sevilla

El susanismo andaluz sigue con las espaldas en alto tras la incuestionable derrota en las primarias del PSOE. Susana Díaz, al contrario que la mayoría de los barones que la han apoyado durante este proceso, ha rechazado la oferta de unidad y listas únicas propuesta por el renacido Pedro Sánchez de cara a los congresillos provinciales del que saldrán elegidos los delegados que participarán en el congreso federal.

La intención de los sanchistas es llevar la integración a todos los rincones del país y garantizarse la configuración de una ejecutiva sólida y leal. Para ello, Pedro Sánchez ha propuesto un modelo de listas conjuntas que respete la proporción de votos obtenidos en las primarias con el número de delegados, lo que le supone tener a su favor el 50%. A cambio, el líder de los socialistas también respetará el poder orgánico de los actuales barones.

En el PSOE andaluz no están de acuerdo con este reparto de delegados pese a que fue el único territorio en el que Susana Díaz logró más votos: un 63,16% frente al 31,66% que obtuvo Pedro Sánchez. El equipo de la dirigente socialista pretende distanciar aún más este porcentaje en unas primarias andaluzas con el objetivo de llegar al congreso federal con el mayor número de delegados afines posibles.

Díaz quiere boicotear la "unidad"

Los congresillos elegirán a los más de 1.000 delegados que votarán a la futura dirección del PSOE. De esos mil socialistas, Andalucía aportará 255 representantes, lo que supone más del 25% del total, un porcentaje que, unido a algunos apoyos que aún puede mantener -Aragón, con Javier Lambán a la cabeza, también ha rechazado la oferta de los sanchistas-, podría dar margen a Susana Díaz para negociar una ejecutiva federal con una importante representación afín.

El equipo de Pedro Sánchez no piensa quedarse de brazos cruzado mientras Susana Díaz intente boicotear la “unidad” que tanto defiende el líder de los socialistas. Según fuentes sanchistas, si finalmente no se llega a ningún acuerdo con el PSOE-A, “no tendremos más remedio” que presentar una segunda lista de cara a las asambleas que empiezan este miércoles y a los congresillos del fin de semana, “aunque lo estamos tratando de evitar”.

El acuerdo entre sectores parece una quimera en Andalucía. Primero fue el secretario de Organización del PSOE-A, Juan Cornejo, el que comunicó la negativa de aceptar el plan de los sanchistas y propiciar la “participación de los militantes”; pero luego ha sido la propia Susana Díaz quien ha dicho que “ya todos estamos con Pedro” y, por lo tanto, “que los militantes participen libremente en las asambleas”.

El dilema andaluz de Sánchez

La lideresa andaluza pretende así retar a Pedro Sánchez pero con la militancia socialista andaluza. En la región, el líder del PSOE no cuenta con el apoyo orgánico de ninguna de las ocho provincias y, si finalmente presentara listas alternativas, tendrían que obtener el respaldo mínimo en las asambleas del 20% para obtener representación.

Esta nueva batalla entre sectores socialistas podría marcar las futuras relaciones entre el renacido secretario general del PSOE y Susana Díaz, que ya ha puesto fecha para el congreso regional en el que pretende reforzar su liderazgo: el 28 y 29 de julio, una cita que ha precitado con el fin de blindarse ante posibles represalias. Los sanchistas no descartan disputarle el trono andaluz.

La presidenta de la Junta y secretaria general del PSOE-A ha agilizado su agenda desde este mismo lunes para consolidar su liderazgo en la región. En cuanto a lo orgánico, Susana Díaz ya ha mantenido un encuentro con los secretarios provinciales y ha reunido a su ejecutiva regional; y, desde lo institucional, este miércoles ha citado a su socio de Gobierno, Ciudadanos, para ver si se puede acelerar el cumplimiento del acuerdo de investidura.