Puigdemont e Iglesias posan en un restaurante de Madrid.

Puigdemont e Iglesias posan en un restaurante de Madrid. Dani Gago Podemos

España La cita del Mr Frank

Iglesias apoya a Puigdemont en el momento álgido de su reto a los tribunales

El líder de Podemos dirá 'no' a que se juzgue a Homs por el 9-N, pero rechaza la unilateralidad del desafío.

11 octubre, 2016 00:27

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Pablo Iglesias se sube al escenario. Le aplauden más de ochocientas personas. Al día siguiente se celebra el consejo ciudadano de Podemos y el partido cierra filas. La dirección no quiere grietas ni heridas que supuren en público. Gritos, vivas y un clásico en las reuniones moradas: "Sí se puede". Su discurso, de más de una hora, pasa por Cataluña. Grita: "¡España es un estado plurinacional, lo que pasa es que muchos no lo entienden!". Entonces, el auditorio se rompe y jalea. Era viernes siete de octubre.

Sólo tres días después, Iglesias mantuvo un almuerzo con Carles Puigdemont en el restaurante Mr Frank de Madrid. El presidente de la Generalitat, como si hubiera visto aquel fragmento del mitin, regaló al líder de Podemos un libro titulado "Con otros ojos". Porque Iglesias es el único líder de los cuatro grandes partidos que mira a Cataluña y acepta un referéndum por la independencia. Así se lo transmitió a Puigdemont, mesa de por medio, en el citado establecimiento, próximo al Congreso de los Diputados.

Iglesias acepta la petición de Puigdemont

El presidente catalán pidió algo que no estaba en la carta. La comanda fue para Iglesias, y no para el camarero. El Tribunal Supremo va a solicitar a la Cámara el 'permiso' -llamado suplicatorio- necesario para juzgar por desobediencia y prevaricación al portavoz del Partit Demòcrata Català -antigua Convergència-, Francesc Homs, a raíz de la consulta del 9-N de 2014. El Congreso tendrá que decidir si levanta el aforamiento que le blinda. Iglesias, aceptando la sugerencia de Puigdemont, prometió que su partido votará en contra.

Con esta garantía, Podemos muestra su apoyo al Ejecutivo catalán en el momento álgido de su desafío a los tribunales. El Parlament aprobó la semana pasada celebrar un referéndum por la independencia en 2017, se haya conseguido o no la aprobación del Estado.

Podemos quiere un referéndum

Con este movimiento, Iglesias pretende reforzar su relato de "fraternidad" sobre Cataluña y marca una posición 'intermedia' entre quien quiere votar y decir 'sí' a la independencia y el Estado, que niega con contundencia este extremo. Podemos desea las urnas, aunque su posición sería 'no'.

El secretario general de Podemos mide sus pasos. No ha querido echarse en brazos del presidente catalán, a sabiendas de que el Parlament contempla una votación sin el permiso del Gobierno español, opción que Iglesias no comparte. De ahí que el líder del partido morado no fuera a escuchar la conferencia de Puigdemont y prefiriera charlar a solas con él.

Puigdemont, en Madrid

El líder catalán programó su viaje a Madrid para colocar en los medios un mensaje: ofrecer al Estado fijar las pautas del referéndum. Incluso da a Rajoy la oportunidad de incluir en la papeleta otra pregunta. "Que nos propongan algo", pidió un Puigdemont empeñado en trasladar la imagen de que él trabaja por la resolución del conflicto mientras Moncloa se cruza de brazos.

Puigdemont pide 'soluciones políticas' a las demandas catalanas

Iglesias concibe que "no tiene sentido" una consulta "si no se reconoce a una de las instituciones del Estado" porque no disfrutaría "de las garantías necesarias".

Podemos acogió con los brazos abiertos a Puigdemont durante su visita a Madrid. Dijo 'sí' a la petición bajo manga del catalán, pero le recordó su 'no' a la unilateralidad. Es la segunda vez que ambos se reúnen. La primera fue en el Palau de la Generalitat el pasado abril. El presidente se fue contento y describió la reunión como "punto de encuentro para la democracia".

El malestar del Gobierno

El encuentro escoció en el Gobierno en funciones. Por boca del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, expresó: "Puigdemont ha perdido la oportunidad de aterrizar en la realidad".

También criticó que el presidente de la Generalitat eligiera reunirse con Iglesias antes que con Rajoy: "Para hablar de cosas serias siempre estamos dispuestos". Eso sí, volvió a dejar clara que "muchas cosas son negociables, pero no la unidad de España".